El pasado viernes por la mañana, aprovechando la bonanza del tiempo, decidí acercarme a intentar ver, y si fuera posible fotografiar, a una Serreta mediana (Mergus serrator) que desde hacía días había sido vista en el puerto de Tazones (Villaviciosa).
Dado que ya había transcurrido cerca de una semana desde entonces, la verdad es que no tenía muchas esperanzas de poderla encontrar, pero el desplazamiento hasta allí me parecía más que justificado, ya que ante la muy probable desaparición de este interesante pato en ese pequeño puerto, siempre sería un verdadero placer dar una vuelta por este precioso pueblo marinero, en una mañana de un día laborable sin apenas turismo.
Para mí constituyó un auténtico privilegio pasear por sus estrechas calles con sus antiguas casitas de pescadores que desembocan en el núcleo principal del pueblo, su pequeño puerto pesquero. No es de extrañar que hace tan sólo unos días haya pasado a pertenecer al pequeño pero selecto grupo de los “Pueblos más bonitos de España”. Un título que otorga la Asociación de los Pueblos más bonitos de España, la cual lo incorporará en su guía a partir del 1 de enero de 2019 y que es un referente de prestigio y calidad a nivel nacional e internacional.
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Tazones se une de esta manera a la Asociación que cuida de los pueblos más maravillosos de la geografía española. Lugares de gran belleza que destilan historia y cultura a la par. No nos olvidemos de que Tazones, es el único puerto asturiano con carácter imperial y es que este coqueto y pequeño puerto ubicado en las inmediaciones de la ría de Villaviciosa fue lo primero que conoció el emperador Carlos V en su primer viaje a la Península.
Pero volviendo al tema, nada más llegar al puerto y echar un rápido vistazo general al mismo, pude darme cuenta de que mi gozo iba a quedar en un pozo, porque por allí no había el más mínimo atisbo de la presencia de la Serreta mediana. Dato que además me pudo ratificar un paisano mayor que paseaba por el puerto y me vio mirando por los prismáticos en su busca, afirmándome que desde hacía aproximadamente una semana, ya no se había vuelto a ver a la serreta.
Sin embargo, la decepción no fue total ya que sí que pude descubrir en sus aguas al primer álcido que he visto esta temporada. Se trataba de una bella y confiada Alca común (Alca torda) que se alimentaba sin cesar en la zona más cercana a las rampas de acceso al agua y que me permitió realizarle alguna que otra fotografía.
Tras este fallido intento de poder observar y fotografiar a la Serreta mediana, decidí aprovechar el desplazamiento y darme una vuelta por la cercana ría de Villaviciosa, lugar donde casi siempre encuentras algún ave interesante.
Nada más llegar pude observar a lo lejos a un pato que cada poco se sumergía y tras echar mano de mis prismáticos, pude descubrir que se trataba de un precioso ejemplar macho de Serreta mediana. La alegría, como comprenderéis, fue inmensa.
Se trataba como decía de un precioso macho adulto que en todo momento se comportó bastante confiado, acercándose poco a poco a mi posición, lo que me permitió, en un momento dado observarle bastante cerca y sacarle alguna que otra fotografía en la que se pueden descubrir sus principales características anatómicas.
También me permitió poderle fotografiar realizando sus frecuentes inmersiones, e incluso, en varias ocasiones, ver como se alimentaba en superficie y las dificultades que ello le conllevaba para tragar y posteriormente deglutir a alguna de sus presas. Todo un espectáculo.
Su aspecto general, como podéis ver en las fotografías, es bastante peculiar, pero a mí particularmente una de las características que en principio me llamaron más la atención, fue su “peinado” tan original que me recordaba al estilo punk (con los pelos en punta), así como también su largo y estrecho pico de un llamativo color rojo, al igual que el iris de sus ojos.
La Serreta mediana (Mergus serrator) es una anátida buceadora perteneciente al género “Mergus” y es la única de las tres especies de serretas (grande, mediana y chica) que aparece de forma habitual en nuestras aguas, ya que acude a invernar todas las temporadas, aunque eso sí, en escaso número y más frecuentemente ejemplares hembras.
La etimología de su denominación científica (Mergus serrator) proviene del verbo latino “mergere” que significa “sumergirse” y de “serrator”, que significa “serrador”, en referencia a la forma aserrada de los bordes internos de su pico.
Presentan un tamaño mediano-grande, ya que tienen una longitud de entre los 52-58 cm, con una envergadura que puede alcanzar los 85 cm. Su peso puede alcanzar los 1,200 Kg. En esta especie existe un gran dimorfismo sexual, siendo además, los machos algo más grandes que las hembras.
En el caso de los machos, durante la época nupcial, tienen la parte superior de color negro que contrasta con el obispillo de color gris ceniza claro, qué además, está finamente vermiculado.
En sus negruzcas alas destaca un espejuelo blanco con dos bandas divisorias negras que se distinguen fácilmente en vuelo.
También es de color negro con grandes y llamativas pintas blancas la parte anterior de los flancos, en su unión con el pecho. Esta zona negra con pintas contrasta con unas grande y longitudinal mancha blanca, que se interponen entre el dorso y el resto de los flancos, que son de color gris ceniza claro y están finamente vermiculados.
Las partes inferiores son de color blanco.
Es bastante llamativa la presencia en la parte inferior del cuello de un ancho collar de color blanco.
El pecho es de color pardo rojizo claro con abundantes estrías verticales de color pardo oscuro.
En la cabeza de color negro, en época nupcial, se pueden observar unas llamativas tonalidades verdosas iridiscentes, pero en ella lo que más llama la atención es la presencia de una especie de cresta erguida de plumas filiformes que se extiende hasta la zona de la nuca en donde se puede apreciar alguna de estas plumas de una considerable mayor longitud.
El iris de sus ojos es de un llamativo color rojo.
Otra característica peculiar de este pato y que se pone de manifiesto en parte de su denominación vulgar o común (serreta), es su largo y muy estrecho pico de color rojo vivo que presentan unos bordes aserrados debido a la presencia de unas púas córneas dirigidas hacia atrás, cuya finalidad es evitar que los peces se resbalen y escapen.
Presentan una cola de color negro, ancha, corta y redondeada en su extremo, dándole forma de abanico.
Las patas son de color rojo.
Por su parte, las hembras son mucho menos llamativas (más apagadas) que los machos, ya que a diferencia con ellos tienen las partes superiores y los flancos de color pardo grisáceo. Las alas son de un color pardo grisáceo más oscuro que el del dorso. La garganta es blanca y el pecho grisáceo con algunas manchas más oscuras. Las partes inferiores son de color blanco.
La cabeza es totalmente de color pardo acastañado y, al igual que los machos, presentan una especie de cresta hirsuta de plumas filiformes que son más largas en la zona de la nuca. A diferencia de los machos, el iris de los ojos es de color pardo rojizo. El pico y las patas son de color rojo menos brillante que el de los machos.
Los jóvenes presentan un gran parecido con las hembras pero con el pico de un color rojo más apagado y la cresta más corta y menos erguida. Su espejuelo también es blanco pero es más pequeño que el de los adultos. El iris es de color pardusco.
Entre las características destacables de la Serreta mediana hay que señalar que es una anátida muy sociable y que tiene un comportamiento muy gregario durante todo el año.
Es una hábil y veloz buceadora, sirviéndose para ello tanto de sus patas como de sus alas. Busca su alimento nadando con la cabeza y ojos bajo el agua y sumergiéndose cuando divisa alguna presa.
También destaca por ser un volador potente que en vuelo horizontal pueden alcanzar una velocidad punta de hasta 129 km/h, figurando en la mayoría de las listas de las aves que vuelan más rápido.
En lo referente a su distribución decir que la Serreta mediana es una anátida que cría en el norte de Europa, de Asia y de América (distribución holártica), e inverna al sur de estas zonas. Las hembras y los jóvenes se desplazan hacia las áreas de invernada a principios de septiembre, antes que los machos, y el retorno tiene lugar entre finales de febrero y finales de mayo.
En nuestro país son invernantes habituales aunque en escaso número y fundamentalmente en zonas costeras atlánticas y cantábricas, así como en las Rías Bajas, la ría de Villaviciosa, o algunas marismas de Cantabria, aunque también se la puede encontrar en el mar Menor, las marismas del Odiel y el delta del Ebro. Es escasa en Baleares y accidental en el interior peninsular y en Canarias. Acostumbran a aparecer entre primeros de noviembre y mediados de abril, con máximos en pleno invierno, aunque también puede observarse durante los pasos migratorios, principalmente a lo largo de las costas del Cantábrico.
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Su hábitat es fundamentalmente marino acostumbrando a encontrarse junto a las costas y estuarios y también en los grandes lagos, no obstante durante la reproducción se encuentran en la tundra, en la taiga, en zonas de montaña y también en los lagos bien conservados del interior o en las islas y costas marinas.
Se alimenta fundamentalmente de peces y en menor cuantía de crustáceos, anfibios, gusanos, insectos e incluso plantas acuáticas.
El periodo de reproducción lo realiza entre mediados de mayo y finales de septiembre. Construyen el nido con materia vegetal y lo sitúan cerca del agua aprovechando las grietas y las oquedades de los acantilados o alguna pequeña depresión en el suelo situada entre los matorrales o entre las raíces de los árboles. La puesta se compone normalmente de 8-12 huevos y la incubación dura 31 días aproximadamente. Las crías son nidífugas, a las pocas horas de nacer abandonan el nido aunque la madre sigue al cuidado de ellas durante al menos dos meses.
En cuanto a las principales amenazas a las que está sometida esta especie, decir que en las zonas de cría son la disminución de los lugares con hábitat adecuado para su reproducción, la contaminación de las aguas y la merma de sus recursos alimenticios, así como la depredación de nidos por parte de gaviotas. En nuestro territorio no se han descrito amenazas concretas para esta especie.
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