En el otoño de este año se ha producido una buena afluencia en las costas cantábricas de un curioso pato proveniente de las costas del norte de Europa, desde el Ártico hasta las Islas Británicas, me estoy refiriendo al Eider común (Somateria mollissima).
Principalmente se han podido localizar en distintos puntos de la costa cantábrica, ejemplares hembras y en concreto en las costas asturianas, que yo me haya enterado, han aparecido en lugares tan distintos como en Lastres, Luarca, Tazones, Navia y Gijón, sin contabilizar varios grupos de ellas vistas en paso desde la Punta La Vaca por Jorge Valella, aunque siempre cabe la duda de si alguna de estas sea la misma que se ha ya ido desplazando de un lugar a otro.
El caso es que yo no quise perderme la ocasión de ver a este curioso y original pato que hasta ahora no había visto y decidí trasladarme a la localidad de Navia en donde tenía referencias de que en su ría se habían visto por Nacho Pérez González y Gilberto S. Jardón, cuatro hembras juntas (09/12/2018).
Por su parte, el origen etimológico de la palabra edredón, no me queda claro si proviene del vocablo antiguo nórdico "oedhardun" o de la castellanización de la expresión inglesa "eiderdown".
Principalmente se han podido localizar en distintos puntos de la costa cantábrica, ejemplares hembras y en concreto en las costas asturianas, que yo me haya enterado, han aparecido en lugares tan distintos como en Lastres, Luarca, Tazones, Navia y Gijón, sin contabilizar varios grupos de ellas vistas en paso desde la Punta La Vaca por Jorge Valella, aunque siempre cabe la duda de si alguna de estas sea la misma que se ha ya ido desplazando de un lugar a otro.
El caso es que yo no quise perderme la ocasión de ver a este curioso y original pato que hasta ahora no había visto y decidí trasladarme a la localidad de Navia en donde tenía referencias de que en su ría se habían visto por Nacho Pérez González y Gilberto S. Jardón, cuatro hembras juntas (09/12/2018).
Tenía pocas esperanzas de poderlas encontrar pues aparte de no conocer bien esa localidad de Navia y lógicamente la zona donde encontrarlas, yo me trasladé allí dos días después de su primer avistamiento, por lo que cabían muchas posibilidades de no encontrarlas o de que ya se hubieran marchado. Pero en estas situaciones siempre pienso que si la búsqueda resulta al final fallida siempre te llevarás la experiencia de conocer un poco más a fondo a esta estupenda villa.
La verdad es que me sorprendió bastante la cantidad de gente que se movía por la ciudad de un lado para otro y el encanto de varios parajes de ella, en especial la playa, la poza de la ría, en donde pude avistar un buen puñado de diversas especies de aves, y el maravilloso paseo marítimo a lo largo de la ría, perfectamente cuidado y preparado para pasear y poder observar las aves que se mueven por su entorno.
Tras dar varias vueltas de reconocimiento de la zona, en especial por la poza de la ría donde no paras de ver distintas especies de aves, decidí centrarme en las aguas de la ría. Tras una minuciosa revisión de la misma, tuve la fortuna de descubrir a una buena distancia, a una pareja de hembras de Eider común que aún permanecía en esas aguas y que se desplazaban por la orilla contraria buscando alimento y sumergiéndose a bucear cada poco tiempo. Una gran alegría encontrarlas aunque se echaban de menos a las otras dos, a las cuales no pude localizar en el buen rato que estuve en la zona.
No me sorprendió que hubieran desaparecido, pues desde mi punto de vista, la ría de Navia no es muy ancha que digamos y por ella discurren con cierta frecuencia embarcaciones pesqueras y de recreo que, lógicamente, alteraban su estancia allí, ya que pasaban a escasa distancia de ellas. En el tiempo que yo estuve allí, pude apreciar como dos embarcaciones pequeñas discurrían bastante cerca de ellas.
El caso es que no fue fácil encontrarlas dado lo apagado de su plumaje que se mimetizaba con las rocas de la orilla y así como por las continuas inmersiones para bucear que hacían, pero la verdad es que tras localizarlas con mis prismáticos su seguimiento fue bastante fácil.
Además, aunque al principio estaban muy distantes, poco a poco se fueron acercando a la orilla contraria donde está el paseo por el que transitaban bastantes personas, mostrándose muy confiadas, lo que me permitió poderlas fotografiar con más precisión y en posturas muy diversas.
Una gozada poder observar y fotografiar cómodamente sentado en un banco de ese bello paseo marítimo a esta pareja de hembras, en especial cuando buceaban o se bañaban dando fuertes aletazos con sus alas y se semi sumergían en el agua para mojar bien su plumaje.
Tampoco estuvo nada mal verlas como se levantaban sobre su cola para sacudir bien al viento las plumas de sus alas desplegándolas en toda su extensión y exponiendo su estructura tanto externa como interna con todo detalle.
Para terminar realizando las tareas propias de rascado, limpieza y aseo cuidadoso de su plumaje.
Tras llegar a casa ese mismo día 11 de diciembre del 2018, me comentaron que ese mismo día por la mañana había aparecido otra hembra en el puerto del Rendiello de Gijón a cuyo lugar me traslade tres días después para comprobar si seguía allí y si fuera posible poderla fotografiar.
Efectivamente, allí permanecía en una zona muy concreta donde se la podía observar a poca distancia, mostrándose sumamente confiada y donde disfrute viéndola evolucionar mientras le realizaba un amplio reportaje fotográfico.
El Eider común (Somateria mollissima) es una especie de ave anseriforme de la familia Anatidae ampliamente distribuida por las regiones costeras árticas y subárticas. Presenta un acusado dimorfismo sexual característico de su género, siendo además, los machos ligeramente más grandes que las hembras.
De las cuatro especies de eíderes: E. común (Somateria mollissima), E. real (Somateria spectabilis), E. de Fischer (Somateria fischeri) y E. de Steller (Polystica stelleri), el E. común es el más grande y según tengo entendido, también es el pato de mayor tamaño de Europa. Vienen a medir unos 60-70 cm de longitud y su envergadura media es de aproximadamente 1 m. El peso puede llegar a los 2,200 Kg.
La etimología de su denominación científica (Somateria mollissima) proviene de los términos griegos “Somateria”: “soma”, cuerpo, más el de “herion”, lana. “Mollisima” proviene del superlativo latino “mollis, -e”, flexible, blando. Ósea, “cuerpo de lana, flexible o blando”.
Por su parte, el origen etimológico de la palabra edredón, no me queda claro si proviene del vocablo antiguo nórdico "oedhardun" o de la castellanización de la expresión inglesa "eiderdown".
A ese respecto, también he podido leer que el español adoptó del francés la voz “édredon”, el cual a su vez, la había importado del alemán “eiderdaun”.
Cuando observas de cerca a esta especie de pato marino, lo primero que llama la atención es el característico y singular perfil triangular o con forma de cuña que tiene su cabeza.
Dejo aparte para una mejor ocasión, la descripción anatómica del macho adulto de Eider común, en el cual se pueden diferenciar dos tipos de plumaje: durante el verano lucen el llamado plumaje de eclipse que es poco vistoso y durante el resto del año el nupcial que es mucho más vistoso.
La hembra adulta es en general de color pardo con tintes grisáceos presentando en el dorso un aspecto jaspeado debido al color marrón oscuro que tienen las plumas en su zona central.
Las alas son anchas y cortas en comparación con el resto del cuerpo y tienen un espejuelo oscuro bordeado de blanco en las mismas.
El cuello es grueso y corto.
Tanto el pecho como los flancos y el vientre están muy estriados de color marrón oscuro.
El píleo y la nuca tienen una coloración marrón algo más oscura que la del resto de la cabeza.
En la cara se les puede apreciar una gran ceja blanquecina.
Los ojos son pequeños y con el iris de color marrón muy oscuro.
El pico es de forma cuneiforme (ancho en la base y largo) y de color gris azulado con la punta pálida. A los lados de su pico presentan unas cuñas alargadas de plumas marrones que se extienden hasta los orificios nasales.
Las patas son de color grisáceo verdoso y tienen los dedos palmeados.
Los jóvenes son parecidos a las hembras adultas pero con la cabeza y partes superiores más uniformes sin un estriado tan definido.
Tienen también el espejuelo oscuro como las hembras pero no está bordeado de blanco como en ellas.
Tienen la punta del pico más oscura que las hembras.
Durante su peculiar cortejo, los machos emiten un sonido semejante a un arrullo tipo “auo auuo” hueco, parecido al que emiten las palomas, mientras que la hembra produce una especie de risotada “gac-acac- ac” más parecido al de los gansos.
Se trata de unas aves muy buenas nadadoras y buceadoras que utilizan sus alas para propulsarse debajo del agua. Como buenas buceadoras, las patas se unen al cuerpo en posición bastante retrasada, lo que si bien favorece el impulso en el agua, les convierte en unas aves de torpes movimientos terrestres.
Cuando migran, acostumbran a volar en grandes grupos formando largas hileras sobre la superficie del mar.
Como muchos ya sabréis, el plumón del Eider común es muy apreciado por sus cualidades de aislamiento y por eso desde hace mucho se utiliza para rellenar edredones, ropa de abrigo y sacos de dormir.
La hembra saca de su parte baja del pecho el plumón con el que construirán ella y su compañero el nido no lejos de la línea de marea alta. Incuba sola y lo hará durante días sin moverse. Cuando por fin se va, reorganiza el plumón para cubrir los huevos y mantenerlos calientes en esos climas helados del norte. .
Su plumón fino y oscuro es excepcionalmente suave y tiene propiedades aislantes superiores a cualquier otro plumón, por lo que es muy apreciado para rellenar edredones, ropa de abrigo y sacos de dormir. La recolección del plumón se efectúa cuando termina la temporada de cría, aunque antes esto no era así y se les cazaba sin respetar la reproducción, cosa que incidió negativamente en esta especie.
En algunos lugares del Ártico y sub Ártico, como en Islandia, el plumón se cosecha a nivel comercial en "granjas de eíderes" sobre la costa, donde los agricultores les dan alimentos y las protegen de predadores tales como los zorros árticos, animando así a las aves silvestres a nidificar en rincones protegidos construidos para ellas. En los últimos años se ha registrado una considerable merma en la producción de ese plumón y en la actualidad en gran parte es sustituido por el de gansos de granja y por fibras sintéticas.
El Eider común se distribuye por las islas Británicas, las costas del mar del Norte y del mar Báltico, las costas e islas del noreste de Asia, Norteamérica y Groenlandia. Durante la invernada en Europa se instala en áreas costeras de los países más occidentales, y solo alcanza nuestras aguas de forma muy marginal.
En la península Ibérica e Islas Baleares es un invernante escaso de septiembre a febrero, alcanzando cifras máximas en diciembre y enero. Inverna en grupos reducidos en rías, bahías y marismas de las costas cantábricas, la costa de Cataluña y ocasionalmente, en el litoral levantino y la costa atlántica de Galicia. La subespecie que se presenta en nuestro territorio es la “S. mollisima”.
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Su hábitat es eminentemente marino y se encuentra en las costas poco profundas, bahías, rías, playas, estuarios y también en las islas.
Se alimentan principalmente de moluscos, crustáceos, erizos de mar, berberechos, mejillones, estrellas de mar, peces y gusanos, que captura buceando en aguas relativamente profundas o introduciendo parte del cuerpo en el agua, allí donde el alimento resulta más accesible.
El periodo de reproducción lo realiza entre los meses de abril y junio. Normalmente crían en colonias. Construyen el nido en alguna depresión del suelo, generalmente cerca del agua y entre la vegetación, a la que recubren con materia vegetal y posteriormente tapizan con su propio plumón que, una vez concluida la reproducción, se recolecta para fabricar los conocidos edredones.
La puesta se compone normalmente de 3-6 huevos. La incubación dura 27 días aproximadamente. Las crías son nidífugas, a las pocas horas abandonan el nido aunque la madre cuida de ellas hasta que tienen alrededor de un mes y medio de edad.
En las últimas décadas se ha producido un gran aumento de las poblaciones nidificantes del norte de Europa a partir de la protección del saqueo que sufrían sus áreas de nidificación en busca de huevos y plumón. También se ha constatado una expansión de su área de cría hacia el sur dentro del continente europeo.
El Eider común hasta hace dos décadas era accidental en la Península ibérica. A partir de 1976, al menos en Cataluña, pasó a ser un invernante casi regular. Actualmente es considerado como una especie de presencia regular en la costa cantábrica y Cataluña y accidental en aguas interiores.
Precioso reportaje con fotos excepcionales de un pato que me encanta. Hay un buen grupo entre Galicia, Asturias y Cantabria. El macho de Santoña es realmente espectacular aunque a mucha gente les parezca feo. Enhorabuena. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias. Siempre tan amable. A mí también me encanta y he disfrutado mucho realizándoles ese amplio reportaje fotográfico. Saludos cordiales.
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