La primera entrada que dediqué a esta peculiar especie en mi blog, era allá por el mes de mayo de 2015 y
para ello elegí el parque natural de Las Ubiñas-La Mesa, para lo cual me dirigí
hasta el bonito pueblo de Tuiza de Arriba desde donde sale un camino pedregoso
hasta Vega de Meicín y el Refugio de Meicin. Desde allí y tras bordear el
bonito circo de las Ubiñas, fui ganando altura hasta el Collado Terreos (a unos
1.900 m.s.n.m), que hace de frontera entre el Principado de Asturias y Castilla
y León y que está situado entre el pico Cerreos (2.104) y Peña Ubiña (2.417).
El paisaje en esa zona es simplemente impresionante y ya solo por eso merece la pena pasar el día por esos parajes. Además hay que tener en cuenta la facilidad que supone el poder subir en tu automóvil hasta el alto del Puerto de la Cubilla (1.689 msnm) para más tarde, si quieres, poder alcanzar el collado de La Mesa (1.918 msnm), donde según ascendemos podremos divisar a nuestra espalda (hacia el sur) los Puertos de la Bachota y una vez en el collado, añadir las bonitas vistas sobre el espectacular valle de Tuiza.
De camino por la senda a la
majada en donde abunda el piornal, pude encontrar entre otros, a algún ejemplar de Escribano
cerillo y montesino, Zorzal charlo y de Acentor común, así como abundantes
Chovas piquirrojas y piquigualdas, Buitres leonados, Alimoche, Cernícalo vulgar y también
Culebrera europea.
Como ya acostumbra a ser
habitual, por más que subí y baje tropecientas veces por las vertientes de las
diversas cumbres de la zona, del Gorrión alpino nada de nada, y no fue ya una
vez bien entrada la tarde y cuando casi, casi, ya estaba decidido a marcharme,
cuando empecé a encontrarme con varios ejemplares de él.
La verdad es que después de
estar todo el día dando vueltas de aquí para allá, subiendo y bajando sin
parar, y de repente encontrarte con él, es bastante emocionante y tan sólo
piensas en que el pajarillo tenga buena voluntad y te permita fotografiarle en
condiciones más o menos dignas.
A ese respecto no me puedo
quejar pues tuve la oportunidad de fotografiarle en unas condiciones bastante
aceptables, con lo cual hay que dejar claro que si la calidad de las imágenes no
son muy allá, se debe a mi impericia al respecto y no al ave o al entorno.
Una vez que capté al primer
ejemplar y dado lo despejado de la zona en la que ya no existen árboles o
arbustos en donde se puedan esconder, es relativamente fácil seguirlos con la
vista en sus cortos desplazamientos y de esa manera ir descubriendo nuevos
ejemplares con los que con frecuencia van formando grupo.
Inmediatamente pensé que se
trataba de una cría suya, pero al ver que no llegaba a ofrecerle el alimento al
pollo, aunque él se lo reclamara insistentemente, y que a continuación se iba
de la zona a posarse sobre lo alto de una pequeña roca, yo seguí al adulto y
pensé que lo que estaba haciendo era una maniobra de distracción para alejarme
a mí de la zona donde estaba la cría, pero me sorprendió que no volviera a la
zona donde estaba la cría y se alejara definitivamente de la zona con el pico
repleto de alimento.
Una vez en casa y repasando
las imágenes de ese lance, me pude percatar de que la cría en cuestión, no
parece que sea de Gorrión alpino, o al menos a mí eso me parece, y tal vez se
dio la circunstancia de que justo en esa zona donde el Gorrión alpino se
proveía de alimento, había una cría de otra especie que perfectamente podría
ser de Collalba gris que por allí abundaban.
Esta teoría tiene bastante
sentido si se tiene en cuenta el aspecto de la cría y que las imágenes están
tomadas a mediados del mes de julio (la época reproductiva suele ir desde el
mes de mayo al de junio, aunque, eso sí, pueden realizar dos puestas por
temporada) y la cría parece tener escasos días. Además no aparenta poder volar
y se encontraba en una zona bastante distante de la zona de rocas donde podría
existir el nido, entre las grietas o en
los agujeros que pueden existir en ellas.
Más tarde pude fotografiar a
una pareja de jóvenes volanteros que estaban posados en lo alto de un roquedo y
que me hicieron sudar tinta para poderme aproximar a ellos, escalando por las
escarpadas rocas, pero que al final mereció la pena y pude realizarles unas
cuantas fotografías.
Como puede comprobarse en
las imágenes, los jóvenes, al igual que
en los adultos en temporada invernal, tienen el pico de color anaranjado amarillento
con el extremo ligeramente oscuro.
La actitud del Gorrión alpino es característica cuando se les ve posados en una roca o en un alto risco, llamando la atención
la costumbre de estar muy erguido, como alarmado y sacudiendo la cola
nerviosamente.
Este pájaro es inconfundible
cuando vuela y no existe posibilidad de confusión, tanto por su gran tamaño,
alas largas, estrechas y puntiagudas y sobre todo por la ancha banda blanca que
las atraviesa y que es muy llamativa al tener el resto del plumaje de las
partes superiores de color pardo achocolatado y las primarias de las alas
negras. La cola tiene las dos rectrices centrales negras y el resto blancas,
terminadas en punta negra, lo que forma un dibujo llamativo que el pájaro
muestra bien al volar.
Como su nombre común indica,
el hábitat de esta especie se encuentra en zonas de alta montaña (franja alpina
y subalpina) de la Cordillera Cantábrica y Pirineos, en cotas entre los 1500 y
2000 msnm y ya por encima del límite de los bosques, donde alternan los
roquedos cortados y calizos, con los pedregales de montaña y los prados alpinos.
En el invierno, con temporadas de frió intenso, los podemos encontrar en cotas
algo más bajas, donde se encuentra el límite de las nieves.
Nuestro país representa el
límite suroccidental de su distribución mundial y está fraccionada en dos
núcleos. Uno ocupa el oriente y centro de los Pirineos, desde el este de
Navarra hasta el oeste de Lleida y el otro ocupa la cordillera Cantábrica desde
la zona de Somiedo en el occidente, hasta el entorno de Peñe Ten (Ponga) en
el oriente, alcanzando las mayores concentraciones en los tres macizos de los
Picos de Europa.
Su alimentación en primavera y verano es a base de insectos y sus larvas, arácnidos, lombrices, frutos, semillas y algo de hierba.
Durante el invierno comen piñones y semillas así como los restos de comida que encuentran cerca de las zonas con presencia humana como son las estaciones de esquí, refugios de montaña y aparcamientos.
El gorrión alpino no sufre
amenazas relevantes al estar casi toda su área de distribución amparada bajo
algún tipo de protección y por ocupar siempre zonas de alta montaña. Esta
especie aparece incluida en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas en la categoría
“De interés especial”.
Jo, menudo paseo te diste!. Gracias por compartirlo. Un saludo
ResponderEliminarPues si de sol a sol como se acostumbra a decir, pero aunque llegues agotado de tanto sube y baja, al final cuando llegas a casa y repasas lo visto y fotografiado, te compensa ampliamente. De todas formas, la zona es una autentica pasada.Gracias por tu comentario. Un saludo.
ResponderEliminarFantasticas fotos si que lo visteis de lujo!!
ResponderEliminarUn saludo.
Martinreybirdwatching
Muchas gracias Martín. La verdad es que si que me lo curré, pero de eso es de lo que se trata, disfrutar de la natureleza y hacer ejercicio. Saludos.
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