Allá a mediados del mes de febrero de este año, dedicaba una entrada a este blog al Zampullin cuellinegro (enlace) que con su plumaje invernal se las veía y deseaba para poderse comer una presa que había pescado (posible pez aguja) y que hizo una numantina resistencia antes de ser engullido.
En aquella ocasión, como es costumbre, hacia una revisión detallada de las características peculiares de esta bonita especie, pero la entrada quedaba algo coja porque no podía mostrar ninguna fotografía del Zampullin cuellinegro con su espectacular plumaje nupcial.
Afortunadamente, a finales de esta pasada primavera tuve la oportunidad de encontrarme con varios ejemplares de este simpático zampullín, cuyo nombre común y científico hacen clara referencia al plumaje nupcial que exhiben en esa época del año, durante la época de cría, y que como podéis comprobar viendo el enlace anterior, difiere bastante con el que presentan en otoño e invierno.
En esa temporada primaveral (abril-junio), como podéis observar en estas fotografías, presentan el dorso, el pecho y el cuello de color negro intenso.
Los flancos son de un color castaño rojizo y el vientre, al igual que la zona caudal, son blanquecinos.
Las alas son marrones muy oscuras y en ellas al volar se distinguen las secundarias de color blanco.
La cabeza es de tamaño grande y el píleo tiene forma redondeada o ligeramente en punta, ya que las plumas de la parte anterior del píleo se erizan asemejándose a un moño.
La frente la tiene en pendiente y ambos (pileo y frente) son de color negro.
Pero si algo llama poderosamente la atención en esta época, es sin duda, la zona auricular y de la mejilla, las cuales presentan un llamativo mechón de plumas largas y filiformes de color amarillento dorado que, con forma de abanico, parten desde el ojo hacia atrás y que contrastan notablemente con el fondo negro del resto de la cabeza y cuello.
No menos llamativos son también los ojos que presentan un color rojo intenso (como un rubí) y que están rodeados por un fino anillo periocular también rojo.
El pico es diminuto, fino, puntiagudo y un poco curvado hacia arriba en su punta. Su color es negro en esta época.
La cola está poco definida y en su conjunto toda la zona caudal posterior tiene un aspecto de “borla de polvera” como la del Zampullín común o chico.
Las patas son cortas y de color gris verdoso con los dedos palmeados y se caracterizan porque se unen al cuerpo en su extremo posterior (al lado del ano), de ahí el término “podiceps” que hace referencia al género de su denominación científica (Podiceps nigricollis), al igual que ocurre con los somormujos (lavanco y cuellirrojo) y otros zampullines (chico y cuellirrojo), que toman su nombre científico de la etimología de la palabra latina “podicis” que significa ano y “pes” que significa pie.
Esa disposición tan atrasada de sus patas las convierte en unas excelentes buceadoras y acostumbran a estar continuamente zambulléndose (de ahí lo de “zampullín”), tanto para alimentarse como para huir cuando se sienten en peligro.
Cuando se zambullen no lo hacen iniciando un salto, sino suavemente, sin apenas mover el agua de la superficie. Nadan muy bien y bucean a gran profundidad, a menudo durante un período de hasta 50 segundos, aunque lo habitual son unos 20-25 segundos.
El Zampullín cuellinegro se pasa la mayor parte del año sin volar (de 9 a 10 meses) y es una de las aves con un vuelo menos eficiente. Generalmente evita volar todo lo que puede, y realiza vuelos de larga distancia exclusivamente en la migración, sin embargo, durante la migración invernal llegan a desplazarse hasta 6.000 km.
Su área de distribución incluye el sur de Europa, Asia, África y Norteamérica.
En España se trata de un ave invernante aunque existe también población residente habitual que durante el invierno suelen realizar desplazamientos hacia lugares menos fríos del sur.
Los ejemplares que se reproducen en nuestro país se localizan principalmente en los humedales de la mitad meridional peninsular, en Andalucía occidental (marismas del Guadalquivir), las lagunas manchegas y El Hondo (Alicante).
En la época de cría sus hábitats preferidos son las zonas húmedas de pequeño o mediano tamaño, a menudo temporales, que sean poco profundas, abiertas, con abundante vegetación de carrizos y otras plantas acuáticas que sean ricas en nutrientes, como es el caso de lagunas, marismas, lagunas litorales e incluso ambientes modificados por el hombre, como salinas, graveras restauradas, balsas de riego, etc.
Fuera de la época de reproducción (otoño e invierno), se encuentran en lagos, embalses, salinas y sobre todo, en lagunas costeras, estuarios y costas
La época de reproducción se extiende desde el mes de abril hasta junio. Normalmente hacen una sola puesta, pero en caso de pérdida de esta, pueden hacer una segunda.
Su parada nupcial es bastante llamativa y se asemeja a la del Somormujo lavanco pero es más difícil de observar, ya que tiene lugar por la noche entre los carrizos, donde esta especie oculta el nido.
Para anidar, acostumbran a agruparse en colonias no muy numerosas. El nido es una especie de plataforma flotante que construyen ambos sexos con materia vegetal que enganchan a la vegetación sumergida o emergente.
La puesta se compone normalmente de 2-3 huevos y ambos sexos participan en la incubación, que dura 21 días aproximadamente. Las crías son semi-nidífugas ya que a las pocas horas abandonan el nido pero luego se suben encima de la madre ya que ésta les sirve de nido flotante y los cuida durante unos 20 días.
Entre los factores que amenazan a esta ave cabe citar la pérdida o la degradación de sus hábitats y las grandes sequías. También inciden negativamente la contaminación en medios costeros, las molestias causadas durante la época de nidificación. La especie figura como “Casi amenazada” en el Libro Rojo de las aves de España (2004) y aparece como “De interés especial” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.
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