miércoles, 20 de julio de 2016

Un bello espectáculo de flamenco. Flamenco común (Phoenicopterus roseus)

Un año más he podido tener un nuevo encuentro con esta espectacular y exótica ave, el Flamenco común, un ave con una estética tan particular que le confiere una belleza, elegancia y exotismo que resultan asombrosas, sobre todo a la hora de fotografiarlos.





Si a ello le añadimos el hecho de que además acostumbran a habitar en lagunas, salinas, albuferas o marismas con aguas someras y en espacios muy abiertos, que también aportan una gran belleza y que facilita su observación, el resultado es de una gran satisfacción para el observador o fotógrafo que tenga la fortuna de encontrarse con ellos.





Son aves muy gregarias que habitualmente se reúnen formando grandes colonias, llegando a juntarse miles de parejas en las zonas de cría. Se comunican verbalmente emitiendo un sonido muy similar al que hacen los gansos. Los padres pueden reconocer a su propio polluelo entre miles tan solo con escuchar la vocalización del pequeño.
 




Dependiendo del tipo de dieta que lleven, tendrán una mayor o menor coloración rosácea de sus plumas, ya que la obtienen de los pigmentos carotenoides de los crustáceos y algas con que se alimentan.





Además de la dieta, la edad influye notablemente en el tono rosado de su plumaje, ya que éste lo van adquiriendo gradualmente a partir del segundo año y suele hacerse más marcado con el paso de los años.





Si no son capaces de recoger suficientes alimentos, se les produce una despigmentación de las plumas quedando enteramente blancos e inhibiéndoseles también la reproducción.





Son aves bastante longevas pudiendo llegar a vivir hasta 20-30 años aproximadamente. Los individuos en cautiverio pueden vivir hasta 50 años.





Los dos sexos son parecidos siendo los machos algo más grandes, pero la fiabilidad de la determinación del sexo no es tal si se hace simplemente por la vista.





Como puede apreciarse fácilmente, son aves muy altas, esbeltas con patas y cuellos muy largos. Pensemos que su longitud viene a ser de entre 1,25 y 1,45 m y que su peso oscila tan solo entre los 0,8 y 1,9 Kg. Su envergadura oscila entre los 1,4 -1,7 m.





Llama la atención que en sus largas patas (40-50 cm), los tobillos se encuentren a la altura de la mitad de estas, mientras que las rodillas se encuentren cerca del cuerpo, no siendo visibles al exterior. Los pies son palmeados y los utilizan activamente para remover los lodos de los fondos.





A la vez que realizan esta acción con los pies, van realizando los característicos movimientos de balanceo que hacen con la cabeza entre las patas (total o parcialmente sumergida) consiguiendo de esta manera, ir llenando su pico con agua terrosa mezclada con pequeños invertebrados acuáticos, que quedan dentro de la boca después de expulsar el agua con la lengua, cosa que hacen a un ritmo de tres o cuatro succiones y expulsiones por segundo.






Los pequeños organismos son filtrados gracias a las filas de laminillas pectinadas presentes, a modo de peines, a lo largo del borde del pico que actúan como filtros. Su lengua es carnosa y está provista de proyecciones pilosas que le ayudan a filtrar el agua y seleccionar las partículas de alimento.






Su peculiar y especializado pico, es rosado en su mayor parte, aunque tiene la punta negra y como hemos visto anteriormente, está adaptado perfectamente para la alimentación por filtración.  





Cuando vemos volar a individuos adultos, podemos apreciar que aunque la mayor parte del plumaje de su cuerpo es rosa claro, este se hace más intenso en las plumas coberteras e infra coberteras alares, llegando en primavera, a ser de color un rosa carmesí que contrasta notablemente con el color negro de sus plumas primarias y secundarias.





Es precisamente en vuelo cuando mejor apreciamos la gran longitud de estas aves ya que lo hacen con el cuello y las patas estiradas, al igual que las espátulas, las cigüeñas o las grullas. A ello contribuye notablemente su largo cuello compuesto de 19 vértebras cervicales alargadas, que les proporciona una gran capacidad flexibilidad y torsión y que habitualmente lo tienen doblado en forma de “S” y en muchas ocasiones, inclinado para abajo para poder sumergir la cabeza en el agua.





Los flamencos comunes son capaces de correr con las patas sumergidas en el agua con el propósito de tomar vuelo y ascender por el aire.





Frecuentemente podemos ver a estas aves zancudas mantenerse sobre una sola de sus delgadas patas. El porqué de esta postura se debe a que de esa manera regulan su temperatura corporal.





Su plumaje mantiene la temperatura de su cuerpo al funcionar como aislante, pero el pico y las patas, al carecer de plumas, son zonas del cuerpo por las que se pierde calor.





Pérdida que se acrecienta cuando el flamenco se encuentra en el agua, por lo que adopta en ella con mayor frecuencia la mencionada postura, replegando una de sus largas patas (con mucha superficie de contacto) bajo el cobijo de su plumaje. Así la pérdida de calor se reduce a casi la mitad. Este mecanismo es utilizado por otras aves zancudas como las cigüeñas.





Los flamencos comunes tienen un excelente sentido de la vista y son capaces de percibir colores. Sus ojos son de un tamaño pequeño y de color amarillo con una pequeña pupila negra. Están bordeados por un fino anillo periocular blanquecino que se torna amarillento durante la primavera.





Otra interesante curiosidad acerca de los flamencos, es que se cree que son monógamos, es decir, mantienen una sola pareja reproductiva hasta que uno de los dos muere o se aleja.





La relación entre el hombre y el Flamenco común ha sido desde hace muchos siglos estrecha y de ella ha quedado huella en diferentes culturas y civilizaciones. Una de las referencias más antiguas está en España, en donde se encontró la pintura rupestre de un flamenco que data de 5.000 años a. C.





Las personas del Antiguo Egipto creían que los flamencos comunes eran representaciones terrestres del dios Ra, deidad del Sol y usaron su imagen como símbolo en su escritura para el color rojo.


La admiración de los emperadores romanos fue más allá: ellos comían las lenguas de las aves y mientras ellos consideraban los platillos elaborados como una verdadera delicia, los poetas de la época creían que era un acto vergonzoso matar a unos animales tan bellos solo para comer sus lenguas.

   


   


El ave fénix, como todos sabemos se trata de un animal de la mitología griega del cual se decía que tras morir podía resurgir de sus cenizas. Se cree que los flamencos comunes de rojas plumas pudieron inspirar las historias sobre esta legendaria ave, cuya supuesta presencia abarcaba el norte de África y el oeste de Asia.





Incluso se sabe que los nativos de la cultura mochica del Perú decoraban muchos objetos con figuras de flamencos.

        

Se cree que el flamenco fue el único animal del Edén que resistió la tentación, lo que le convirtió en un ser eterno. Este animal simboliza para las distintas culturas prácticamente la misma cosa; la inmortalidad y la resurrección.





El flamenco es el ave nacional de Bahamas (Flamenco del Caribe) y por eso el escudo de armas de la nación contiene un flamenco del Caribe y un pez vela.

Si quieres saber más acerca de esta espectacular ave, te sugiero estos dos enlaces:

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