lunes, 13 de abril de 2015

A modo de despedida. Gaviota cabecinegra (Larus melanocephalus). Gaviota Tiesta prieta.

Desde hace semanas llevo queriendo dedicar una entrada en mi blog a la Gaviota cabecinegra (Larus melanocephalus) de las que, desgraciadamente ya en estas fechas, prácticamente no quedan por nuestras latitudes, debido a la migración prenupcial hacia sus territorios de reproducción.








Las llevo fotografiando, más o menos, desde el mes de enero y he ido acumulando imágenes hasta que hoy por fin, me he decidido a publicarlas.





He querido limitarme a incluir imágenes mayoritariamente de individuos adultos con plumaje de invierno y verano (incluidos los de transición) que, para mí, son los que presentan un plumaje más llamativo y de una mayor belleza.





La Gaviota cabecinegra se la puede considerar como perteneciente al grupo de gaviotas de pequeño tamaño aunque sea un poco mayor de su prima hermana la Gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus) y por supuesto mucho más que la Gaviota enana (Larus minutus) como bien indica su denominación.





Hasta que consiguen llegar al plumaje de adulto al tercer año de vida, habría que diferenciar diversas fases del mismo: juvenil, primer invierno, primer verano, segundo invierno, segundo verano y los de adulto invierno (de julio a febrero) y verano (de marzo a julio) que veremos aquí. 





El adulto viene a tener un tamaño de entre 36-40 cm, una envergadura de unos 92-100 cm y un peso entre los 215 y los 350 gr Su figura es esbelta y tal vez sus rasgos característicos más llamativos se dan en el verano (periodo prenupcial) en el que presentan toda la cabeza, incluida la nuca, de un llamativo color negro. Éste se irá perdiendo según se acerca el invierno, presentando entonces su cabeza de color blanco con unas manchas pardas negruzcas por detrás de los ojos y en la nuca.





Tienen un pico grueso de un llamativo color rojizo brillante que se hace más apagado en el invierno. Presenta una marca negra subterminal, frecuentemente mayor en la mandíbula inferior, y la punta más pálida.





En la cara también destaca el anillo ocular rojizo bordeado por dos medialunas blancas que destacan más en verano sobre el fondo negro de la cabeza.





Sus patas relativamente largas son también de color rojo escarlata en verano y más apagado en invierno.





Aunque el aspecto general del cuerpo parezca que es totalmente blanco, lo cierto es que, aunque cuello, pecho, vientre y cola son completamente blancos, las partes superiores (manto) son de color gris muy pálido con una pequeña línea negra en la pluma de vuelo más externa, que a veces resulta difícil de apreciar. Es la única gaviota que tiene las primarias totalmente blancas.





En plumaje juvenil tiene el manto y escapulares de color marrón oscuro con ribeteado claro, cuello grisáceo y banda terminal negra en la cola. El pico es negro y las patas oscuras.





En los adultos, un rasgo característico y claramente diferenciador con la Gaviota reidora es la ausencia de color negro en los extremos de las alas primarias, las cuales también son grises en el dorso.





La Gaviota cabecinegra es una especie migratoria, principalmente costera, que se desplaza hacia el sur-suroeste para pasar el invierno (a partir de julio) y a principios del mes de abril regresa a sus territorios de reproducción. Las aves provenientes de la Europa oriental invernan principalmente en el sur del Mediterráneo, mientras que las del Oeste lo hacen en las costas Atlánticas desde Inglaterra hasta Portugal y en menor número pero de forma constante y creciente, en las cantábricas. 





Tiene una conducta gregaria, de hábitos diurnos, suele congregarse en dormideros cuando llega la noche. Cuando dormitan posadas en el suelo realizan movimientos oscilatorios de izquierda a derecha, tanto sobre una pata como sobre las dos. Pudiera ser un comportamiento innato y defensivo, destinado a aparentar ante sus predadores que se encuentran en vigilia, dispuestas a emprender el vuelo en caso de peligro.





Su área de cría es muy reducida, situándose fundamentalmente en el Mar Negro (Ucrania). Su población resulta más escasa hacia el oeste de Europa, nidificando en número reducido en muchos países europeos y del entorno del Mediterráneo. 





En la Península Ibérica se reproduce regularmente, pero siempre en muy escaso número, alrededor de 50-60 parejas, distribuidas principalmente en el delta del Ebro (Tarragona), en la albufera de Valencia, en varios humedales alicantinos (las salinas de Santa Pola, El Hondo y las lagunas de La Mata y Torrevieja), así como en San Pedro del Pinatar (Murcia) y en diversos humedales de las provincias de Toledo, Ciudad Real y Cuenca.





En España, a pesar de contar con un escaso número de reproducciones, la cantidad de individuos invernantes es muy elevada constituyendo la cuarta especie más abundante en ese periodo, principalmente en las costas mediterráneas y en números más modestos aunque crecientes, en las atlánticas y cantábricas. 





Las zonas de cría las sitúan a lo largo de las costas, lagunas, estuarios, deltas y marismas, habitualmente en lugares con vegetación baja y escasa y cerca del agua. Lo hacen en colonias y a menudo junto a otras especies de gaviotas o charranes. 





De mayo a junio construyen sus nidos en una pequeña depresión revestidos de hierba, entre la arena o entre los carrizos o el matorral.





Durante mayo tiene lugar la puesta de entre 1-5 huevos en una sola nidada que serán incubados por ambos padres durante 23-26 días. Los pollos vuelan a los 35-40 días. Alcanzan la madurez sexual al cabo de 2-3 años de edad.





Su alimentación es omnívora a base de peces, crustáceos, moluscos, insectos, invertebrados acuáticos y gusanos aunque cada día es más frecuente el verlas alimentándose de basura de los vertederos cercanos a los núcleos urbanos, de las alcantarillas con salidas de deshechos y de restos de comidas en playas.





En invierno y en migración las principales amenazas son la caza ilegal, la contaminación petrolífera y los cambios en los usos pesqueros.





La gaviota cabecinegra se incluye en el Libro Rojo de las aves de España (2004) en la categoría de “Rara” y aparece como “De interés especial” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.





A nivel global, según los criterios de la UICN (Birdlife Internacional, 2008) se la considera una especie “Segura”, debido a que se encuentra en expansión tanto poblacional como de distribución.

2 comentarios:

  1. Una de mis gaviotas preferidas, las fotos en vuelo son una pasada. Saludos desde Cantabria.

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  2. Gracias Gemán. La verdad es que es un ave preciosa que da gusto fotografiar, sobre todo con buena luz. Saludos.

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