lunes, 26 de abril de 2021

Un sorprendente e interesante encuentro. Lavandera boyera (Motacilla flava). Llavandera mariella. Zarapito trinador​ (Numenius phaeopus).Algaraván Piqueñu.

Ayer, 24 de abril de 2021, decidí darme una vuelta para pajarear por los numerosos prados de la rasa costera del concejo de Gozón (Asturias). Hacía un día espléndido con una temperatura primaveral que invitaba a pasear en manga corta disfrutando de la cercana brisa marina.




Nada más llegar a la zona pude observar a un numeroso grupo de zarapitos trinadores que junto a otro numeroso grupo de agujas colipintas, se alimentaban compulsivamente de invertebrados en los prados recientemente segados para reponer la energía necesaria que les permita continuar con su migración prenupcial.




El único y principal inconveniente fue el que siendo sábado y haciendo un día tan esplendido la cantidad de senderistas por esa zona tan atractiva era considerable y como consecuencia, las aves se encontraban sumamente recelosas y cada poco tiempo se veían obligadas a levantar el vuelo para, una vez realizado un nuevo rodeo por la zona, volverse a sedimentar en la misma zona o en zonas próximas.




Se trata de dos especies de aves que en estos días están llegando a nuestras costas en un gran número procedentes del continente africano donde pasan el invierno camino de sus territorios de reproducción en el Norte de Europa. No tardarán mucho en iniciar esa nueva etapa migratoria.




Pues bien, cuando me encontraba observando y realizando alguna que otra fotografía a ese numeroso grupo de aves oculto tras una hilera de matorrales, hizo su presencia muy cercana a mi posición la principal protagonista de esta nueva entrada al blog, un ejemplar hembra de Lavandera boyera (Motacilla flava).




Enseguida la pude identificar como un ejemplar hembra porque, aunque su parecido con los machos es importante, ellas presentan un color del plumaje más apagado que el de ellos, en especial por la parte inferior que tienen un color blanquecino con tintes amarillentos. Como viene siendo habitual en ésta migración prenupcial, en primer lugar acostumbran a llegar los machos y el "paso" se nota sobre todo en las zonas costeras.




La Lavandera boyera (Motacilla flava) se distribuye por Europa, Asia, el norte de África y Alaska. Las zonas de cría de las subespecies que habitualmente podemos observar en España son: M. f. iberiae en la Península Ibérica y el noroeste de África; M. f. flava en el centro de Europa; M. f. flavissima en Gran Bretaña; M. f. cinereocapilla en Italia; M. f. thunbergi en Escandinavia; y M. f. feldegg en los Balcanes. Estas tres últimas, mucho menos frecuentes.




Claramente pude identificar a ésta bella hembra como una Lavandera boyera de la subespecie ibérica (M. f. iberiae), ya que se le puede apreciar el color totalmente blanco del mentón y la garganta en la parte anterior del cuello. En la cara tienen una fina ceja poco desarrollada (lista superciliar) de color blanco que va desde la base de la mandíbula superior hasta la nuca, también tienen una brida negra por delante del ojo y tintes grises oscuros o negros en la zona ocular y de las auriculares.




Al margen de estas apreciaciones y a modo de curiosidad, al observar las fotografías en mi ordenador, no dejó de sorprenderme ver las larguísimas uñas que portaba, al más puro estilo de la cantante de moda "Rosalía".




Allí, en lo más alto del matorral, permaneció ella durante un buen rato, hasta que al poco tiempo apareció él. El segundo protagonista de ésta entrada.




Se trataba de un bonito macho que cada cierto tiempo entonaba sus cantos en una zona próxima al lugar donde se encontraba la hembra.




La verdad es que viendo las imágenes de él, he tenido mis dudas sobre la subespecie a la que pertenece, habiéndome finalmente inclinado por que fuera de la subespecie M. f. flava (Lavandera boyera centroeuropea o alemana), ya que esa tienen la cabeza y nuca gris azulada con una destacada ceja blanca y una subbigotera blanca entre la mejilla de color gris y la garganta amarilla bordeada de blanco. El mentón es de color blanco.  La zona de las auriculares es de color gris más claro que el de la ibérica y ligeramente más oscura que el píleo, ocasionalmente con manchas blancas (pequeña mancha clara debajo del ojo). No obstante, hay que tener en cuenta que entre las diversas subespecies de esta ave, son relativamente frecuentes las hibridaciones.




La sorpresa vino cuando, de buenas a primeras,  la hembra comenzó a adoptar una serie de posturas propias del cortejo nupcial para conseguir atraer al macho.




Unas posturas que inmediatamente me recordaron a las que habitualmente vemos en el Chochín común (Troglodytes troglodytes), alzando la cola hasta ponerla casi en posición vertical, mientras ahuecaba su plumaje y emitía un débil canturreo.




Ante semejante provocación, el macho que se encontraba a escasos metros de ella, inició también sus maniobras para ganarse los favores de la hembra y que consistían en realizar un bello despliegue de su larga cola, en la que claramente se podían observar el color blanco de las rectrices externas que contrastaban con el color negro del resto de la cola.




Al igual que la hembra, hacía un despliegue de todos sus encantos, ahuecando constantemente su bello plumaje y batiéndolo levemente, mientras entonaba un reclamo mucho más llamativo que el de la hembra.




Lamentablemente, no pude ser testigo del más que seguro encuentro entre ambos (cópula), ya que, momentos después el macho y la hembra se desplazaron a una cercana zona más segura y con menos inestabilidad que la de las ramitas donde se habían situado y donde presumiblemente consumaron la unión.




Pero lo que realmente me sorprendió fue que, cuando no habían transcurrido muchos minutos,  de nuevo aparecieron por la zona los dos protagonistas, pero en ésta ocasión ella portaba en su pico un buen número de hierbas secas y pequeñas raicillas para iniciar la construcción del nido. Al poco rato, ambos ejemplares se alejaron juntos de la zona.




Y al final de todo este "enamoramiento" flash,  la duda me surge sobre la verdadera taxonomía del macho, ya que, en teoría, si se trataba de un macho de la subespecie nominal "M. f. flava" (Lavandera boyera centroeuropea o alemana), esos, que yo sepa, no se reproducen en nuestro país. La otra posibilidad, es que se tratara de un macho de la subespecie ibérica. Lo que tengo claro es que en la zona no había otros ejemplares de lavanderas boyeras.
  



Y hasta aquí ésta nueva entrada que espero y deseo os haya gustado o, al menos, entretenido un rato.


4 comentarios:

  1. Muy bueno el trabajo y fantástica tu capacidad de observación. Nos tienes muy mal acostumbrados.

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  2. Muchas gracias Celestino, eres muy amable. Saludos.

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  3. Yo creo que es flava. Muy bonita la entrada. Un saludo.

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  4. Pues no sabes como me alegro de que te guste la entrada y de coincidir contigo. Muchas gracias y saludos.

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