Me resulta sumamente difícil pasar por encima del reportaje fotográfico que recientemente he tenido la fortuna de poder realizar al Zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis) y no compartirle con los aficionados a la fotografía de la naturaleza y al pajareo en particular.
Digo esto, porque me parece que es un ave acuática sumamente fotogénica, en especial en esta época del año, en la que luce sus mejores galas con su espectacular plumaje nupcial.
Parece mentira la transformación tan llamativa que se produce en él desde su plumaje invernal, poco llamativo, al actual de primavera verano, en el que se adorna con unos colores negros, amarillos-dorados y castaños, en los que resalta de manera conspicua sus ojos de color rojo rubí.
Si además, como suele ser habitual, consigues encontrarte con ellos en un bonito entorno (humedales manchegos), a una distancia prudencial, en el que no se sientan inseguros y con una luz a la que en Asturias no estamos muy acostumbrados, el disfrute es inmenso.
Estaréis conmigo en que el Zampullín cuellinegro con su plumaje nupcial, es una de las más vistosas y elegantes aves de las que tenemos la fortuna de poder disfrutar en charcas, estanques, lagunas, marismas y zonas palustres de nuestro país.
El Zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis) es uno de los componentes de la familia de los “Podicipediformes”, que como muchos ya sabéis también incluye a otros zampullines como el Z. cuellirrojo (Podiceps auritus), el Z. chico o común (Tachybaptus ruficollis), el Z. picogrueso (“Podilymbus podiceps”) y a los somormujos lavanco (“Podiceps cristatus”) y cuellirrojo (“Podiceps grisegena”).
Su tamaño es pequeño ya que vienen a medir entre los 28-35 cm de longitud, con una envergadura que puede llegar a los 60 cm. Su peso puede alcanzar unos 400-450 gr en el caso de los machos, mientras que las hembras no superan los 300 gr. No existe dimorfismo sexual en esta especie, aunque los machos son ligeramente más grandes que las hembras.
Como su denominación científica y común describen, en esta época del año presentan el dorso, el pecho y el cuello de color negro intenso, lo que sirve para diferenciarle (entre otras) claramente de su congénere, el Zampullín cuellirrojo (Podiceps auritus) (enlace), con el que guarda un gran parecido. La presencia de este último en nuestro entorno es excepcional y en periodo invernal, ya que no cría en España y por lo tanto no le podemos observar con su plumaje nupcial.
El cuello es algo más fino que el del Zampullín cuellirrojo, lo que le proporciona un aspecto algo más estilizado y elegante.
Los flancos son de un color castaño rojizo, y el vientre, al igual que la zona caudal, son blanquecinos.
Las alas son marrones muy oscuras, y en ellas, al volar, se distinguen las secundarias de color blanco.
La cabeza es de tamaño grande y el píleo tiene forma redondeada o ligeramente en punta (más visible con el plumaje invernal). La frente la tiene en pendiente y ambos (píleo y frente) son de color negro.
Las plumas de la parte anterior del píleo tienen capacidad de erizarse lo que le hacen cambiar notablemente de aspecto.
Pero si algo llama poderosamente la atención en esta época, es sin duda, la zona auricular y de la mejilla, las cuales presentan un llamativo mechón de plumas largas y filiformes de color amarillento dorado que, con forma de abanico, parten desde el ojo hacia atrás y contrastan notablemente con el fondo negro del resto de la cabeza y cuello.
No menos llamativos son también los ojos que presentan un color rojo intenso (como un rubí) y que están rodeados por un fino anillo periocular, también rojo.
El pico es diminuto, fino, puntiagudo y un poco curvado hacia arriba en su punta. Su color es negro en esta época. Las hembras lo tienen discretamente más pequeño.
La cola está poco definida y en su conjunto, toda la zona caudal posterior, tiene un aspecto de “borla de polvera” similar a la del Zampullín común o chico.
Las patas son cortas, de color gris verdoso y con los dedos semi-palmeados. Se caracterizan porque se unen al cuerpo en su extremo posterior (al lado del ano), de ahí el término “podiceps” que hace referencia al género de su denominación científica (Podiceps nigricollis), al igual que ocurre con los somormujos (lavanco y cuellirrojo) y otros zampullines (chico, cuellirrojo y picogrueso), que toman su nombre científico del término latino “podex, icis” que significa “parte trasea” o “ano”, y “pes” que significa “pie”. Por su parte, el término "nigricollis” proviene del latín “niger, um”, “negro” y “collum, i”, “cuello”.
Esa disposición tan atrasada de sus patas, les convierte en unos excelentes buceadores y acostumbran a estar continuamente zambulléndose (de ahí lo de “zampullín”), tanto para alimentarse, como para huir cuando se sienten en peligro.
Se trata de un ave acuática especializada en la técnica del buceo, con un cuerpo muy hidrodinámico, en el que destaca esa posición muy atrasada de sus patas, que junto con los dedos muy lobulados, le facilitan un rápido buceo.
Cuando se zambullen no lo hacen iniciando un salto, sino suavemente, sin apenas mover el agua de la superficie. Nadan muy bien y bucean a gran profundidad, a menudo durante un período de hasta 50 segundos, aunque lo habitual son unos 20-25 segundos.
El Zampullín cuellinegro se pasa la mayor parte del año sin volar (de 9 a 10 meses), siendo una de las aves con un vuelo menos eficiente. Generalmente evita volar todo lo que puede y realiza vuelos de larga distancia exclusivamente en la migración, sin embargo, durante la migración invernal, llegan a desplazarse hasta 6.000 km.
Se alimentan principalmente de insectos y sus larvas acuáticas, aunque, según el lugar y el momento del año, puede alimentarse también de crustáceos, moluscos, anfibios o pequeños peces.
El reclamo territorial del Zampullín cuellinegro consiste en un “puhiiií-phí” agudo, ascendente y repetido, seguido de un “uit” sibilante, corto y más discreto. En la parada nupcial emite un trino corto, tembloroso y nervioso, muy discreto, que recuerda a un murmullo agudo. Durante el invierno es silencioso.
Su área de distribución incluye el sur de Europa, Eurasia, África y Norteamérica. Se reconocen tres subespecies: El “P. n. nigricollis” (nominal) que cría en Eurasia (pasa el inverno en el sur y el oeste), Asia central y oriental, y en el este de África. El “P. n. gurneyi” que se encuentra en África austral, y el “P. n. californicus” que se extiende por Norteamérica. (irregularmente).
En España se trata de un ave invernante regular, restringida y dispersa. En invierno, tras el periodo de cría, acostumbran realizar desplazamientos hacia el sur y concentrándose en zonas húmedas interiores libres de heladas y también en algunas zonas costeras protegidas, como marismas, salinas, albuferas, rías, estuarios y otros humedales próximos a la costa, mostrando cierta predilección por las salinas andaluzas y mediterráneas. También hay cierto movimiento de ejemplares hacia el norte de África.
Los ejemplares que se reproducen en nuestro país se localizan principalmente en los humedales de la mitad meridional peninsular, en Andalucía occidental (marismas del Guadalquivir), las lagunas manchegas y del Levante (el Hondo. Alicante).
En la época de cría sus hábitats preferidos son humedales de aguas dulces y abiertas de pequeño o mediano tamaño, a menudo temporales, que sean poco profundas, con abundante vegetación de carrizos y otras plantas acuáticas que sean ricas en nutrientes, como es el caso de lagunas, marismas, lagunas litorales e incluso ambientes modificados por el hombre, como salinas, embalses, graveras restauradas, balsas de riego, etc.
Fuera de la época de reproducción (otoño e invierno), se encuentran en lagos, embalses, salinas y sobre todo, en lagunas costeras, estuarios y costas.
La época de reproducción se extiende desde el mes de abril hasta junio. Normalmente hacen una sola puesta, pero en caso de pérdida de esta, pueden hacer una segunda.
Su parada nupcial es bastante llamativa y se asemeja a la del Somormujo lavanco pero es más difícil de observar, ya que tiene lugar por la noche entre los carrizos, donde esta especie oculta el nido. En síntesis, ésta consiste en una iniciativa del macho que se sumerge en el agua y sale a la superficie a poco menos de un metro delante de la hembra, que ya le espera con el cuello situado horizontal sobre el agua y las alas abiertas. Inmediatamente ambos estiran sus cuellos hacia arriba y se colocan uno frente al otro sin tocarse, “pecho con pecho y pico con pico”, permaneciendo así los pájaros hasta 15 segundos en que, sacudiendo la cabeza, inician un desfile nupcial, nadando uno al lado del otro hasta la vegetación de carrizos más próxima.
Para anidar, acostumbran a agruparse en colonias no muy numerosas. El nido es una especie de plataforma flotante que construyen ambos sexos con materia vegetal y que enganchan a la vegetación sumergida o emergente.
La puesta se compone normalmente de 2-3 huevos. Ambos sexos participan en la incubación, que dura 21 días aproximadamente. Las crías son semi-nidífugas ya que a las pocas horas de nacer abandonan el nido para subirse encima de la madre, utilizando el plumaje de esta como nido flotante, durante 20 días aproximadamente.
Entre los factores que amenazan a esta ave cabe citar la pérdida o la degradación de sus hábitats y las grandes sequías. También inciden negativamente la contaminación en medios costeros y las molestias causadas durante la época de nidificación. La especie figura como “Casi amenazada” en el Libro Rojo de las aves de España (2004) y aparece como “De interés especial” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.
Verdaderamente preciosos. Enhorabuena.
ResponderEliminarMuchas gracias. Saludos.
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