domingo, 25 de julio de 2021

Un gran tenor de nuestros campos. Escribano triguero (Emberiza calandra). Cascabeleru.

El protagonista de esta nueva entrada es uno de esos pajarillos que cuando llega la primavera y salimos a pajarear al campo nos anuncia con su característico e inconfundible canto el inicio de la que para mí es la estación más bella del año.




Se trata de un pajarillo abundante y popular en nuestro país con un plumaje discreto de tonos pardos, terrosos y listado, que recuerda más a la familia de los aláudidos y que, como ya sabréis, incluye a las alondras, las terreras, las calandrias y las cogujadas.




Además no sólo presenta una similitud con los aláudidos en lo referente al patrón de coloración sino que también tienen un cierto parecido en el hábitat y el comportamiento.




Como más tarde veremos, el Escribano triguero es un ave característica de los medios abiertos y agrícolas de secano o incluso regadío, dehesas y pastizales pero siempre y cuando no haya mucho arbolado.




Esta primavera (28/05/2021) tuve la oportunidad, no solo de poderle fotografiar en los campos arados de secano, sino también en algunos de los muchos campos de amapolas que le daban un colorido muy especial a la R. N de las Lagunas de Villafáfila (Zamora).




A pesar de esas similitudes, el Escribano triguero, más conocido popularmente como Triguero, pertenece a la familia de los emberícidos (Emberiza calandra), es decir a la de los escribanos, de los que mantiene unas características propias, sobre todo en su cabeza. En su día se le había incluido en el género “Miliaria” (Miliaria calandra), como único representante del mismo, aunque los más recientes estudios indican que no hay diferencias suficientes como para sacarlo del género.




En esa temporada primaveral (nupcial) lo habitual es poder encontrar a los machos posados siempre al descubierto en un cable, una alambrada o lo más elevado de un arbusto o poste, entonando su inconfundible trino para marcar su territorio. Por su parte las hembras se suelen comportar de una manera mucho más discreta, siendo habitual verlas posadas en el suelo ocultas entre las hierbas, en donde pasan mucho más inadvertidas dado lo críptico de su color pardo que las hace mucho más indetectables.




Es un pájaro bastante voluminoso, de tamaño considerablemente mayor que otros escribanos. Miden entre los 16-19 cm de longitud, con una envergadura que puede alcanzar los 30 cm. Su peso puede llegar a los 50 gr. En ésta especie existe un pequeño dimorfismo sexual y además los machos son más grandes y algo más pesados que las hembras.




El dorso es de color pardo grisáceo con listas de color pardo negruzco.




La garganta, pecho, flancos y vientre son de color blanco ocráceo con gran cantidad de listas de color pardo oscuro.




Las plumas primarias y las secundarias son de color pardo oscuro con los bordes más pálidos.




En la cabeza el píleo es también de color pardo muy rayado de marrón oscuro.




Como comentaba anteriormente, los rasgos más característicos de esta especie residen en la cabeza que es bastante grande. En el caso de los machos adultos las plumas de los lados de la garganta están rayadas de marrón, de forma que marcan como un incipiente mostacho o bigotera. Por encima de ella presentan una delgada ceja blanquecina poco marcada que comienza por encima del ojo y acaba en la nuca.




Tienen una franja malar blanquecina que bordea la parte inferior de la cara y que en algunos individuos puede ascender hacia arriba bordeando la parte posterior de las auriculares. También pueden tener una mancha oscura en la zona de las auriculares que es más visible en algunos individuos que en otros.




El otro rasgo característico de esta especie reside en su pico que es más grande que el del resto de los escribanos.




Se trata de un pico robusto, adaptado al consumo de granos, de forma cónica y de color pardo amarillento claro con el culmen negruzco.




El pico del E. triguero muestra un pequeño "diente" o filo pronunciado en la mitad de la mandíbula superior muy característico que le sirve para partir los granos y las semillas. Este curioso aspecto se ha puesto de manifiesto a la hora de asignarle alguno de los nombres vernáculos por los que se le conoce como: dentón, diente, londra de muela, londra diente, pájaro del diente, etc.




El iris de los ojos son de un color pardo oscuro, casi negro y están rodeados por un fino anillo periocular de color blanquecino.




La cola es larga, está mínimamente bifurcada y es de color pardo oscuro. Carece de las bandas exteriores blancas que otros escribanos.




Las patas son medianamente largas y de color carne anaranjado.




Aunque no hay diferencias notables entre los machos y las hembras, éstas carecen de las rayas marrones a ambos lados de la garganta.




Por su parte los ejemplares jóvenes tienen la parte superior de una coloración más clara (beige) que la de los adultos y además sus estrías son más anchas y están más marcadas.




Por la parte inferior son más ocráceos y tienen menos estrías que los adultos. Tienen puntos oscuros en la garganta.




Su canto es un trino muy característico que lo repiten incansablemente, hiperextendiendo el cuello, elevando el pico y situados al descubierto en sus perchas ubicadas en lo más alto de las ramas de los arbustos, de las zarzas, en los postes o en los cables eléctricos o alambradas.




Tiene un comienzo titubeante que se acelera a continuación para acabar con una especie de chirrido. Ese aspecto también se ha recogido en alguno de los nombres vernáculos por los que se le conoce al Triguero, como: chilrraera, chicarlo, chilla, chilrrera, chilrrera de diente, chinchirrión, chirlaera, chirle, chirrera, chirrita, chirro, etc.




Lo emiten durante todo el año, incluso durante el invierno (aunque en menor cuantía), pero es en la época de cría cuando es más fácil, gracias a los machos que cantan en posaderos elevados, para marcar su territorio.




En lo referente a su comportamiento hay que destacar que es un pájaro bastante confiado y poco tímido, siendo fácil de ver a los machos en solitario durante la época de cría (primavera/verano) defendiendo los territorios. En temporada invernal acostumbra a moverse en pequeños grupos poco cohesionados en los que pueden mezclarse con otras aves granívoras.




La distribución del Escribano triguero es muy amplia alcanzando a Europa, Asia occidental y el norte de África (Magreb). España alberga las mayores poblaciones de E. triguero de Europa.


En nuestro país se comporta como residente o como parcialmente migradora, según la zona, siendo la Cornisa Cantábrica, algunos lugares de Galicia o zonas de los Pirineos dónde la especie se encuentra más fragmentada y parece huir de las zonas montañosas. Curiosamente, las poblaciones centroeuropeas son, en general, más migradoras que las del norte de su área de distribución.



Como comentaba al principio, su hábitat se encuentra en zonas abiertas y agrícolas con árboles y arbustos dispersos, paramos, pastizales, campos de rastrojos, dehesas, en los campos de cultivos herbáceos, tanto de secano como de regadío, y en los olivares.




Como su nombre indica, el E. triguero se alimenta principalmente de semillas de diversos cereales de especies cultivadas o silvestres, aunque también comen otras partes de las plantas.




Durante la primavera y el verano también comen insectos, arácnidos, gusanos, lombrices y caracoles. Los pollos son alimentados mayoritariamente con invertebrados.




El periodo de reproducción lo llevan a cabo entre los meses de abril y junio, pudiendo llegar a efectuar 2-3 puestas por temporada. Al parecer se ha podido constatar que los machos practican la poligamia. Ante estos dos últimos datos, no es de extrañar que no pare de emitir sus reclamos territoriales.




El nido lo sitúan en el suelo, normalmente entre la hierba seca o bajo el amparo de alguna planta o un arbusto denso y enmarañado. Tiene forma de cuenco y para su elaboración utilizan pequeños tallos secos y hierbas secas, después lo tapizan con hierbas y pelos.




La puesta se compone habitualmente de 4-6 huevos. La incubación dura 14 días aproximadamente. Las crías abandonan el nido cuando tienen unos 7-10 días de edad pero siguen siendo alimentadas por sus padres durante al menos al menos una semana más.




Sus poblaciones han bajado mucho desde los años 60 en Europa occidental a causa de las prácticas agrícolas intensivas que constituyen la principal amenazas para esta especie. La utilización abusiva de insecticidas reduce su disponibilidad de alimento y, especialmente, la de los pollos, que precisan de una dieta insectívora. Asimismo, la eliminación de árboles, linderos, setos y matorrales en las zonas de cultivo acaba con sus posaderos, y la ausencia de barbechos disminuye sus territorios de alimentación en invierno.

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