viernes, 5 de junio de 2020

La “gran golondrina de mar” una atípica, acróbata y singular limícola. Canastera común (Glareola pratincola).

Al ave limícola que le dedico esta nueva entrada al blog, ya le pude dedicar otras dos anteriores entradas en las que expuse los reportajes fotográficos que conseguí realizarles en un lugar un tanto atípico fuera de sus habituales zonas de cría o residencia. Me estoy refiriendo a la gravera de Grulleros (León) que tuve la oportunidad de conocer a través del magnífico blog de Birdingleon, que desde hace tiempo viene siendo uno de mis blogs de cabecera.





Fueron en las primaveras de 2016 (enlace) y 2019 (enlace) cuando tras tener conocimiento por el mencionado blog de su ocasional y atípica presencia en aquel lugar, no dude en trasladarme desde Asturias para intentar localizarla, y si fuera posible, fotografiarla. El resultado fue más que satisfactorio desde mi punto de vista porque pude localizarla, fotografiarla y, sobre todo, disfrutar de esta singular, atípica y bella especie de ave limícola. 





Tras ese último encuentro en abril de 2019 del que, una vez más, quedé prendado de esa ave limícola, tuve la suerte de coincidir de nuevo con esa especie en unas cortas vacaciones familiares que pude disfrutar a finales del mes de mayo de 2029 en la provincia de Alicante y más concretamente en el P.N. de El Hondo. 





Un verdadero paraíso para cualquier aficionado a la fotografía de aves y donde pude realizar una gran cantidad de fotografías de muy diversas especies que, poco a poco, voy compartiendo en las últimas entradas al blog, aprovechando los muchos días de confinamiento que hemos tenido que soportar esta primavera. 





La Canastera común (Glareola pratincola) es un ave limícola (Charadriforme) de tamaño mediano que pertenece a la familia “Glareolidae” (corredores y canasteras), que presenta una serie de características peculiares que recuerda a una golondrina grande. 





Son aves muy singulares, sobre todo porque para ser limícolas están adaptadas a un tipo de vida muy diferente. En vez de explorar el limo con su pico, han desarrollado una técnica de caza aérea acrobática y en grupo, más parecida a la que usan aves como las golondrinas.





Como todos sabéis, en general, las limícolas acostumbran a vivir y a alimentarse, la mayor parte del tiempo, en el suelo, cerca del agua, sin embargo, la Canastera común, al contrario de sus congéneres, se ha amoldado a una forma de vida mucho más aérea, pasando gran parte del tiempo volando y, así mismo, basando gran parte de su alimentación en la captura de sus presas al vuelo, al contrario que el resto de limícolas. 





Para llevar a cabo esta particular técnica de alimentación, realizan persecuciones de invertebrados aéreos con gran agilidad y rápidos giros, generalmente en bandadas, lo cual hace que se asemejen mucho más a la que utilizan la familia de los Hirundínidos (golondrinas y aviones) o el de los Apodiformes (vencejos) que como ya sabéis, tienen la costumbre de alimentarse de insectos en vuelo. 





Si a esta peculiar característica le añadimos que su aspecto en vuelo es mucho más estilizado, con una cola profundamente ahorquillada de color negro con la base blanca y las alas también oscuras, largas y puntiagudas (como un fumarel común), junto con sus cortas patas, todo esto en su conjunto, contribuye a que se les compare más con una “gran golondrina de mar”, que con el resto de las limícolas. Por ello, no es de extrañar que reciba nombres vernáculos como los de: “Anduriña” (golondrina en gallego) do mar, “Perdiz do mar”, “Perdiu de mar”, “Perdiz de agua”, e incluso el de “Venceja”. 





Se trata de una auténtica preciosidad de ave con un diseño anatómico de lo más original ya que no tiene ningún parecido con el de otras limícolas de nuestro entorno.





Un diseño estilizado que me atrevería a calificar como sobrio y elegante a lo que contribuye sus largas y afiladas alas y la cola muy ahorquillada. 





Qué decir de su corto y curvado pico de un llamativo color rojo brillante en su base, y de la delgada línea negra que enmarca un gran babero de color crema claro que en su conjunto le proporciona una belleza un tanto original.





Para los aficionados que vivimos y desarrollamos nuestra afición en la región más septentrional de España, esta especie nos resulta bastante “rarita” al igual que a los del resto del continente europeo, ya que como luego veremos tan sólo se reproducen en la parte más meridional del continente y de la Península Ibérica. 





Para empezar a describir esta especie, me parece interesante recurrir en primer lugar, a la etimología de su denominación científica “Glareola pratincola” que curiosamente proviene del término latino “Glareola” = “glarea” (latín): gravilla, grava y del de “Pratincola” = “pratum” (latín): prado; “incola” (latín): residente. Me parece curiosísimo que el significado de su denominación científica coincida exactamente con el lugar donde la pude fotografiar en las anteriores ocasiones: en una pradera que bordeaba una gravera (gravera de Grulleros. León). 





La Canastera común tiene un tamaño pequeño-mediano ya que mide entre 24-28 cm de longitud, con una envergadura que puede llegar a los 70 cm. Su peso oscila entre los 60 y los 95 gramos. Como luego veremos, en esta especie existe un ligero dimorfismo sexual. 





Los machos adultos en plumaje nupcial, tienen la parte superior de color pardo ocráceo claro, que se hace un poco más oscuro en la parte superior de la cabeza (menor en las hembras) y en las alas.





El obispillo es de color blanco. 





Poseen un característico babero de color crema claro, que nace debajo de la parte media del ojo, abarca la garganta y está ribeteado por una ancha línea negra que es más acusada en verano, mientras que en invierno puede estar formada por un simple punteado o incluso estar ausente. 





El pecho es de color ocráceo y por la parte inferior (vientre) son de color blanquecino. 





Como ya comenté antes, las alas son largas, estrechas y puntiagudas que recuerdan a las de los charranes.





Las alas por su parte superior son marrones, con secundarias con puntas blancas, mientras que por la inferior, las secundarias son de color castaño rojizo y presentan un fino ribete posterior blanco, mientras que las plumas primarias, son de color negro o marrones muy oscuras.





En la cara destaca un característico pico que es corto, algo curvado hacia abajo y de color rojo intenso desde su base hasta los el orificios nasales, mientras que el resto es de color negro. Además tienen una brida oscura que va desde los orificios nasales hasta la parte anterior de los ojos. 





Los ojos son grandes y de color marrón muy oscuro con el párpado inferior blanco.





La cola es larga, muy ahorquillada y es blanca por debajo (coberteras) y negra por arriba con la base blanca. Cuando están en reposo sobrepasa la punta de las alas. 





Las patas son cortas y de color negro al igual que los pies.





Los adultos no reproductores (invierno) tienen las bridas pálidas, unas estrías finas más oscuras en la garganta, el pecho moteado ligeramente de marrón más oscuro y las plumas de las partes superiores con márgenes claros. 





Las hembras tienen la línea negra que va por encima de la mandíbula superior hasta los agujeros nasales (brida) de color marrón pardusco, mientras que en el macho es de color negro.





Los jóvenes no tienen el babero característico y en su lugar tienen unas estrías finas más oscuras en la garganta y el pecho y dorso moteado ligeramente de marrón más oscuro, dándoles un aspecto escamoso. La cabeza y la garganta tienen estrías marrones. El pico lo tienen totalmente negro. Poseen un anillo periocular de color blanco. La horquilla de la cola es más pequeña que la de los adultos. 





La Canastera común tiene una forma de caminar ágil y rápida, muy semejante a la de los chorlitos. Anda y corre vivamente como ellos, deteniéndose a intervalos, mirando fijamente y llevando el cuello muy estirado y poniendo el cuerpo en horizontal.





Se distribuye por Europa, Asia y África. Cría en las cuencas de los mares Mediterráneo, Negro y Caspio, llegando hasta el este de Asia. Las poblaciones europeas se extienden desde Portugal hasta Ucrania y sur de Rusia, con pequeñas poblaciones aisladas más al norte (Hungría). 




Se reconocen dos subespecies de canastera común: “Glareola pratincola pratincola” presente en Eurasia y el norte de África; “Glareola pratincola fuelleborni” propia del África subsahariana. 





En España son habituales en primavera-verano (de marzo a septiembre) y una vez terminada la reproducción, se dirigen hacia sus cuarteles de invernada en África, donde se reunirán con ejemplares procedentes de otras regiones. 





En nuestro país se reproduce fundamentalmente en el suroeste de la península, especialmente en las marismas del Guadalquivir y en menor cantidad en otros enclaves de Andalucía, Extremadura, sur de Castilla-La Mancha, Cataluña y la Comunidad Valenciana. En época de paso puede observarse también en Canarias y de forma más escasa, en Baleares. 




Sus hábitats preferidos se encuentran en zonas de clima templado o cálido, generalmente a escasa altitud y con preferencia de lugares llanos, despejados y próximos a masas de agua, como las marismas, lagunas, graveras, orillas de embalses, salinas, arrozales, estepas, terrenos de cultivo y barbechos, pero siempre que estén próximos al agua. 





Su alimentación se basa en pequeños insectos que cazan principalmente en vuelo, como escarabajos, polillas, saltamontes, hormigas aladas, libélulas, moscas y mosquitos.





La táctica consiste en volar en grupo y perseguir a los invertebrados mediante un poderoso y acrobático vuelo, para finalmente atraparlos gracias a la sorprendente capacidad de apertura de su boca, rematada por un corto pico. 





Ocasionalmente también pueden alimentarse en el suelo. 





Tienen hábitos crepusculares, por lo que suelen cazar al anochecer y durante las primeras luces del día.





La Canastera común es un ave muy gregaria y ruidosa que cuando vuela en grupo acostumbra a lanzar continuamente un “kiki-kirrik, kiki-kirrik”, que recuerda mucho al sonido que emiten los charranes. Su llamada de alarma consiste en un “krrriii” agudo, monosílabo y en tono muy alto, que recuerda a la voz del charrancito.





Son aves monógamas y el periodo de reproducción lo realizan de abril a junio, agrupándose en colonias de cría y anidando en pequeñas depresiones del suelo, que se sitúan en lugares despejados y cercanos al agua. La puesta se compone de 2-4 huevos y su incubación, llevada a cabo por ambos sexos, dura unos 18 días aproximadamente. A los 10-12 días de edad ya comen solos, aunque siguen siendo atendidos por los adultos, no volando antes de los 25 días y más a menudo, después de un mes del nacimiento. 





La Canastera común al igual que otras aves, cuando ven aproximarse al nido a un posible peligro, simulan estar heridas, aleteando y girando sobre un ala extendida, pero siempre sin perder de vista al intruso. De esta manera alejan al intruso hasta que consideran que no logrará encontrarlo. Entonces remontan el vuelo, repentinamente repuesta de sus simuladas heridas. 





Las amenazas más importantes para la especie radican en la pérdida de hábitat como consecuencia de desecaciones y roturaciones, así como en la pérdida de nidos y pollos producida por el laboreo agrícola, los depredadores oportunistas (ratas, jabalíes, zorros, gatos, etc.) y el pisoteo por parte del ganado. Por otro lado son frecuentes las constantes molestias a cargo de agricultores, pescadores de cangrejos, curiosos y paseantes. El aumento brusco de los niveles de agua también afecta al éxito reproductor.





La canastera común aparece incluida en el Libro Rojo de las aves de España en la categoría de “Vulnerable” y se considera “De interés especial” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.

2 comentarios:

  1. Preciosa entrada. Vaya pedazo de fotografías que le hiciste a esta preciosidad de ave. Enhorabuena y un saludo.

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  2. Muchas gracias Jose, me alegra coincidir contigo en que es un ave preciosa y muy particular. Saludos.

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