La entrada de hoy se la voy a dedicar al Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) que en Asturias conocemos como "Peñerina". Para ello me voy a retrotraer a finales del pasado mes de agosto, en el que, como viene siendo costumbre, decidí darme una vuelta por la zona del cabo Peñás (Gozón. Asturias) para disfrutar de la bonanza climática, el paisaje del entorno y buscar algún ave que mereciera la pena fotografiar.
Me encontraba caminado por la zona de brezal más próxima a los acantilados, cuando a lo lejos, en la línea del horizonte, pude observar la silueta de un ave con rasgos mal definidos.
Enseguida pude darme cuenta que se trataba de un juvenil de Cernícalo vulgar que descansaba al borde del acantilado. Poco a poco, al irme aproximando, pude descubrir que no estaba solo, ya que en una zona muy próxima se encontraba otro ejemplar juvenil y otro adulto que enseguida emprendió el vuelo.
Ese segundo ejemplar se mostraba sumamente confiado mientras realizaba los ejercicios alares propios de esa edad, dando pequeños saltos de prueba en la zona.
Mientras que el primero decidió desplazarse a la zona más vertical del acantilado a descansar.
El siguiente contacto por la zona que tuve con esta pequeña rapaz, ocurrió a mediados del mes de septiembre, cuando pude captar a un ejemplar adulto que acababa de cazar lo que parecía un pequeño roedor y que portaba en sus garras.
Interesante poder captar con que habilidad iba comiéndose la presa mientras seguía manteniendo el vuelo.
Transcurrido aproximadamente un mes, a mediados del mes de octubre, de nuevo pude fotografiar a la familia protagonista de esta entrada y pude comprobar como ya se iban repartiendo sus territorios de influencia para la caza y que en el caso de los juveniles, ante la falta de oteaderos por la zona, se centraban en el único cable que discurre por allí, repartiéndose, eso si, la zona de influencia.
Un poco más desarrollado parecía este otro ejemplar que lucía un precioso plumaje profusamente moteado en el pecho y flancos, como es característico en ellos.
Un poco más desarrollado parecía este otro ejemplar que lucía un precioso plumaje profusamente moteado en el pecho y flancos, como es característico en ellos.
Disfrute de lo lindo observando cómo se concentraba en buscar cualquier potencial presa que se moviera por el prado que tenía debajo.
Y más bello aun cuando semi-desplegaba la cola para mantener mejor el equilibrio que se veía alterado por el viento.
Tras despedirse de mí saludándome amablemente con su pata, pude observar como a escasos metros de esas posiciones en el cable, la que podría ser su madre se batía el cobre en uno de los escasos árboles existentes por la zona y que sin duda constituye uno de los mejores y escasos oteaderos de la zona.
El, o mejor dicho, los enemigos, no eran nada fáciles y la lucha por ese bastión fue bastante dura y desigual. El resultado era bastante previsible, pero en todo momento quedo puesto de manifiesto el gran coraje demostrado por el Cernícalo.
Sin duda, los días que más pude disfrutar de esta pequeña rapaz en ese zona en concreto del cabo Peñas, se retrotraen al pasado día 23 del mes de diciembre y al día 07 del de febrero del presente año. Fueron unos de esos días muy nublados, pero con una luz un tanto especial, en los que pude realizar una buena serie de fotografías a uno de los protagonistas de esa familia. Se trata de un ejemplar hembra que en todo momento se mostró muy confiado y cuyas fotografías me van a servir para acompañar la revisión de las características más importantes de esta especie.
El Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) es una pequeña rapaz diurna perteneciente a la familia de los falcónidos (halcones, cernícalos, alcotanes) que a diferencia de los Accipitriformes (engloba a la mayoría de las rapaces diurnas), además de las garras usan el pico para matar a sus presas, para lo que disponen de una protuberancia córnea en el pico superior, cerca de la comisura, conocida como “diente de halcón”.
El significado etimológico de la especie se podría decir que es el del "halcón que chilla" ya que el término "Falco" proviene del latín "falco-onis": halcón, y también el de "tinunculus" que proviene de "tinnungulus-i" y que tiene el significado de sonido chillón, estridente o agudo. Dado que se trata de una especie especialmente chillona, ese atributo ha sido utilizado para su nombre específico científico. Evidentemente, su denominación común como "cernícalo" se debe a que se cierne a menudo, aleteando activamente para mantenerse suspendido en el aire, mientras otea el terreno a la búsqueda de alguna presa.
Su tamaño es mediano presentando una longitud de entre los 31-37 cm, con una envergadura que ronda los 68-78 cm y un peso de 140-310 gr aproximadamente. Se estima una longevidad de hasta 15 años. Esta especie presenta un acusado dimorfismo sexual, tanto por lo que respecta al tamaño (las hembras son mayores), como en lo relativo a la coloración del plumaje.
En el caso de los machos adultos presentan las partes dorsales y las coberteras alares de un color castaño intenso (algo rojizo), con un pequeño moteado negro en cantidad variable. !Ojo¡ las fotografías del ejemplar macho que comparto a continuación, proceden de un archivo anterior (marzo 2018).
Macho
Macho
El obispillo y la parte superior de la cola son de color gris azulado, sin barras (las hembras si) y con una ancha franja terminal de color oscuro.
Macho
Macho
La cabeza es de color grisáceo y está finamente rayada de negro. En la cara destaca una marcada bigotera oscura que destaca sobre unas mejillas blanquecinas.
Macho
Macho
Su pico es corto, pero perfectamente preparado para desgarrar la carne de sus presas (“diente de halcón”).
Las patas son de color amarillo y sus garras están perfectamente diseñadas para capturar a sus presas, con unas uñas muy afiladas.
Por su parte, las hembras adultas exhiben unos tonos pardos más homogéneamente repartidos por el dorso (menos rojizo que los de los machos), el obispillo y la parte superior de la cola, estando finamente barrados (en vez del moteado de los machos) de oscuro. El pecho y el vientre son de color ocráceo.
La cola está casi siempre barrada y su franja terminal es algo más ancha que la de los machos.
La cabeza es de color pardusco y muy rayada. En la cara la bigotera, aunque visible, resulta mucho menos evidente que en los machos.
Las alas son largas, anchas, relativamente apuntadas y le permiten cernirse a menudo, dando frecuentes aleteos y con su larga cola desplegada a modo de abanico. Vistos volando desde abajo, las alas se ven de un gris uniforme, con listas.
Las alas son largas, anchas, relativamente apuntadas y le permiten cernirse a menudo, dando frecuentes aleteos y con su larga cola desplegada a modo de abanico. Vistos volando desde abajo, las alas se ven de un gris uniforme, con listas.
Los jóvenes presentan un gran parecido con las hembras pero con un pardo rojizo más amarillento. En ellos se pueden apreciar los bordes pálidos en las plumas de la parte superior del ala, particularmente en las coberteras primarias. También tienen el pecho más estriado que el de los adultos.
Su vuelo es muy acrobático, con aleteos seguidos de cortos planeos hasta situarse en sus posaderos, arbustos de gran porte o postes de la luz.
Característico del cernícalo vulgar es el vuelo donde permanece cernido en el mismo lugar durante varios segundos intentando localizar una presa.
Su voz es un grito agudo “qui-qui……quiqui” que suele repetir de forma más insistente cuando esta alarmado.
Aunque parecido al Cernícalo primilla (Falco naumanni), si bien el Cernícalo vulgar es algo mayor y menos urbanita. Se distinguen porque el C. primilla carece de manchas en el dorso, el gris de su cabeza es más uniforme y las plumas centrales de su cola sobresalen, dándole un aspecto redondeado. Las uñas del C. primilla son blancas, mientras que el C. vulgar las tiene negras.
Su zona de distribución se extiende por Europa, Asia y África, y accidentalmente también se encuentra en América e Indonesia. Las poblaciones del norte de Europa pasan el invierno en el sur, mientras que las meridionales permanecen aquí todo el año.
En España es el el halcón más numeroso (unas 30.000 parejas) y se distribuye como reproductor por casi todo el territorio peninsular, ambos archipiélagos, Ceuta y Melilla, aunque sus densidades pueden variar notablemente de unas regiones a otras.
Nuestro país también recibe todos los años un número de invernantes procedentes del centro y norte de Europa y se constituye, además, como zona de paso para los ejemplares que cruzan a África por el estrecho de Gibraltar. El paso posnupcial por el Estrecho se detecta entre septiembre y octubre y el paso primaveral tiene lugar entre marzo y abril.
Es fácil de ver durante el día, ya que le gusta el campo abierto y las zonas de matorral, campiñas y dehesas. Es común verlo sobrevolando tierras de cultivo y páramos, incluso en prados alpinos. En general evita los bosques cerrados y espesos.
Sus víctimas suelen ser roedores y otros pequeños mamíferos (ratones de campo y topillos), lagartos, aves jóvenes (aunque también adultos de aves pequeñas), ranas, etc. En verano, su alimentación consiste en gran medida de grandes insectos, como las langostas, grillos, saltamontes y chicharras.
A veces escudriña su territorio, posado en una estaca, rama, cable o volando de forma desordenada, con menos frecuencia planeando en semicírculos.
En otras ocasiones, permanece casi inmóvil entre 10 y 20 m de altura sobre el terreno, cara al viento totalmente quieto o moviendo sus alas de forma amariposada para evitar el desplazamiento horizontal, con su cola en abanico. Cuando ve una posible presa, se lanza en picado a por ella, replegando sus alas en los últimos metros y colisionando con fuerza contra el suelo. Una vez apresado su objetivo, lo remata con un picotazo en la nuca.
En otras ocasiones, permanece casi inmóvil entre 10 y 20 m de altura sobre el terreno, cara al viento totalmente quieto o moviendo sus alas de forma amariposada para evitar el desplazamiento horizontal, con su cola en abanico. Cuando ve una posible presa, se lanza en picado a por ella, replegando sus alas en los últimos metros y colisionando con fuerza contra el suelo. Una vez apresado su objetivo, lo remata con un picotazo en la nuca.
Hacen sus nidos en grietas de rocas o edificios, antiguos nidos de córvidos, huecos de árboles o directamente sobre el suelo. En realidad anida en cualquier terreno, incluso en acantilados marinos y edificios, además de antenas, soportes para la conducción de electricidad, cajas nido o incluso en carteles publicitarios.
Las puestas comienzan a finales de marzo o principios de abril constan normalmente de entre 3-6 huevos. La incubación se prolonga durante 27-29 días y corresponde esencialmente a la hembra, aunque el macho colabora en la tarea en momentos concretos. Cuando han cumplido aproximadamente un mes de vida, los jóvenes cernícalos se entregan a sus primeros vuelos, aunque no se independizan al menos hasta pasado un mes, momento en el que inician la dispersión, en agosto o septiembre.
Las principales amenazas para esta especie son la destrucción y alteración de su hábitat, principalmente como consecuencia de los cambios en los sistemas agrícolas tradicionales (abandono, intensificación, desaparición de barbechos y linderos, etc.). Por otro lado, la principal causa de mortalidad no natural parece ser la caza ilegal, además del atropello en carreteras, la electrocución o colisión en tendidos eléctricos, la incidencia de venenos, las molestias durante la reproducción y el expolio de nidos. El Cernícalo vulgar aparece en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas calificado como “De interés especial”.
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