Comienzo el nuevo año rescatando el amplio reportaje fotográfico que ya hace unos meses le pude realizar a ésta bella ave limícola y que, un día por otro, había ido dejando aparcada. El motivo fue la presencia de unas cuantas aves de las que podíamos calificar como “menos habituales” y a las que, como seguro comprenderéis, consideré que había que darles preferencia. Ese fue el caso del Chorlitejo culirrojo (Charadrius vociferus), Escribano nival (Plectrophenax nivalis), Grulla común (Grus grus), Águila moteada (Clanga clanga), o la Gaviota pipizcan (Larus pipixcan) o la de Delaware (Larus delawarensis), especies a las que les he dedicado las entradas de las últimas seis entradas a mi blog.
La limícola protagonista de esta entrada, como ya habréis averiguado, es el Chorlito gris (Pluvialis squatarola) un ave bastante habitual en las costas cantábricas de la que podemos disfrutar tanto con su plumaje invernal, como su llamativo nupcial.
Mayo 2019
Mayo 2019
Se trata de un ave limícola que procede de la fría tundra ártica, donde se reproduce y por lo que también se le conoce como el Chorlito ártico.
Tan sólo algunos ejemplares utilizan nuestras costas para pasar el invierno, mientras que para la mayoría constituyen un área de paso durante los viajes migratorios hacia las costas africanas, pudiendo llegar hasta Sudáfrica.
Este reportaje fotográfico lo pude realizar una tarde nublada de finales del mes de octubre (24/10/19) en la maravillosa playa de Bañugues (Gozón) en donde el Chorlito gris acostumbra a compartir espacio con otras aves limícolas habituales como es el caso de los chorlitejos grandes, correlimos comunes, vuelvepiedras comunes, e incluso con el Ostrero euroasiático con el que acostumbra a hacer buenas “migas” en la temporada de otoño/invierno .
En un primer momento se encontraba en la zona del roquedo se esa playa donde se sentía bastante confiado descansando y realizando sus tareas habituales de limpieza y mantenimiento de su bello plumaje.
Evidentemente, esa actitud tan confiada me permitió poderle realizar un buen puñado de fotografías en las que pretendí poner de manifiesto su bello plumaje y el entorno que le rodeaba.
Más tarde, según iba subiendo la marea y su espacio era invadido por el agua, decidió trasladarse a la zona intermareal de la playa, donde estas aves acostumbran a alimentarse.
Aunque les gusta desplazarse por esa zona intermareal, habitualmente no les agrada nada que el agua les alcance, por lo que acostumbran a huir de las olas dando pequeños saltos o vuelos cortos.
El Chorlito gris acostumbra a encontrarse en solitario o en grupos más bien reducidos y su carácter, cuando se encuentra a descubierto en el arenal de las playas, suele ser bastante desconfiado, por lo que para poderle fotografiar adecuadamente, y aún más en un día nublado, resulta fundamental disponer de un potente teleobjetivo lo más luminoso posible.
De lo contrario, has de armarte de paciencia, tumbarte en la arena a una distancia considerable y esperar inmóvil a que la marea vaya subiendo. De esa manera consigues ganarte su confianza poco a poco, para que asuma tu presencia como no peligrosa y siga realizando sus actividades habituales como son la búsqueda de alimento o las tareas de aseo y limpieza de su bello plumaje.
Lo que puedes tener casi seguro es que, si quieres conseguir un resultado que merezca la pena, te vas a llevar una buena mojadura, ya que la marea es implacable y por muy al tanto que estés de ella, siempre te da alguna sorpresa, aunque, evidentemente, disfrutar de esos momentos, siempre merece la pena.
Para ellos, los potenciales peligros no sólo pueden venir por tierra, por lo que también tienen que estar muy pendientes de los que puedan llegar por el aire.
El Chorlito Gris (Pluvialis squatarola) pertenece a la familia de los carádridos (Charadriidae), género Pluvialis al igual que el Chorlito dorado común (Pluvialis apricaria) con el que guarda un gran parecido físico, aunque su comportamiento es menos gregario, por lo que forman grupos menos numerosos que aquel.
De un tamaño mediano, aunque un poco más corpulento que el dorado, vienen a tener una longitud de entre 26-30 cm y una envergadura que puede alcanzar los 63 cm. Su peso puede alcanzar los 280 gr. No existe dimorfismo sexual en esta especie.
A la hora de describir su aspecto hay que decir que existen grandes diferencias entre el plumaje que exhiben durante el invierno y su llamativo plumaje estival o del período reproductor.
Mayo 2019
En la temporada actual (invernal) sus partes superiores tienen un color pardo grisáceo salpicado de puntos blanquecinos, mientras que la parte anterior es de un color pardo blanquecino.
Las plumas primarias de las alas y las coberteras son barradas de color pardo negruzco con manchas blancas de forma triangular ribeteando sus bordes.
La cabeza es grande y presenta un píleo de color marrón oscuro con estrías blanquecinas.
La cara es de color pardo blanquecino con finas estrías más oscuras, una ceja blanquecina poco marcada y una pequeña mancha de color pardo poco definida en la zona de las auriculares.
Los ojos son grandes, de color marrón oscuro y están rodeados de un fino anillo periocular blanquecino. El iris lo tienen de color marrón oscuro.
El pico es corto, delgado, recto, puntiagudo y es de color negruzco.
La cola es corta, de color blanco y con líneas transversales pardas.
El obispillo es blanco y es una de las características diferenciales con el Chorlito dorado europeo.
En vuelo se pueden apreciar sus alas largas y puntiagudas en las que destacan claramente las plumas axilares de color negro (ausentes en el Chorlito dorado europeo) y también unas bandas alares blancas que son mucho más llamativas que las que presenta el Chorlito dorado.
Las patas son medianamente largas y de color negro.
Los individuos juveniles tienen un aspecto similar al de los adultos con plumaje no reproductor pero con una coloración gris parduzca y con aspecto escamoso en el dorso ya que tienen las plumas de las partes superiores festoneados de color pardo amarillento y la punta de las plumas de color negro.
Por la parte inferior son de color pardo blanquecino pero con barras de color marrón algo más oscuro en el pecho y en los flancos.
En la cara tienen una mancha parduzca en la zona de las auriculares que es más marcada que la que presentan los adultos en invierno. El iris es de color marrón oscuro y el pico y las patas son negros.
Durante el vuelo de las aves se pueden observar tres características distintivas en todos los plumajes del Chorlito gris que lo diferencia del Chorlito dorado: una banda longitudinal blanca del ala, la base blanca de la cola (obispillo) y manchas negras en la parte inferior de las alas (axilas).
Su reclamo característico en vuelo es una especie de “píi-uu-ii” repetitivo y aflautado bastante sonoro.
El Chorlito gris es un ave estrictamente migradora y a partir del mes de octubre llegan a nuestro país los primeros ejemplares procedentes de Siberia y el norte de Europa (Rusia septentrional y Siberia), donde ocupa ambientes de tundra durante el periodo reproductor.
En el retorno hacia sus lugares de reproducción (paso prenupcial) se pueden diferenciar dos máximos: uno en febrero y marzo para las aves que invernan en la Península y otro en abril y mayo, para las que pasan el invierno en África. El paso postnupcial por las costas atlánticas peninsulares tiene lugar entre octubre y noviembre.
En España además de poderlos encontrar durante los pasos migratorios, se comportan como invernantes habituales, distribuyéndose de forma muy dispersa tanto por las costas atlánticas (Rías Bajas) y cantábricas, como por las mediterráneas (bahía de Cádiz, marismas del Guadalquivir y del Odiel). También es abundante en el delta del Ebro y en Canarias, sin embargo en las islas Baleares es escaso.
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Su hábitat principal durante el periodo invernal se encuentra en las zonas intermareales de las playas y en las marismas, charcas, humedales y praderas inundadas. Durante la época de cría se encuentran en las zonas de la tundra comprendidas entre la costa y los bosques.
Su alimentación se compone fundamentalmente de insectos, arácnidos, gusanos, lombrices, moluscos, crustáceos, semillas, plantas y otras materias vegetales.
Durante el período de cría se alimentan mayoritariamente de insectos y otros pequeños invertebrados terrestres.
Al igual que las otras aves de su familia su comportamiento alimentario consiste en localizar primero a sus presas con la vista (ojos grandes) y luego, tras una pequeña carrera, las atrapan picoteando el suelo al detectar algo comestible, de ahí su típicos movimientos de “mirar-correr-parar y picotear”.
Por otra parte, la familia “Scolopacidae” son básicamente “comedores táctiles” y para ello han logrado un gran desarrollo de unas terminaciones nerviosas quimiorreceptoras y mecanorreceptoras presentes en el extremo distal de su pico que les sirven para detectar a las presas en sus continuos sondeos de limos.
El periodo de reproducción lo realizan entre los meses de junio y septiembre. Crían en solitario para lo cual construyen el nido escarbando una pequeña depresión en el suelo, en alguna zona elevada o montículo o en alguna pendiente, y luego la recubren con líquenes y pequeños trozos de las ramitas de los arbustos y piedrecillas.
La puesta se compone normalmente de 3-4 huevos y la incubación, llevada a cabo por ambos sexos, dura 26 días aproximadamente. Las crías son nidífugas, a las pocas horas de nacer abandonan el nido aunque siguen siendo atendidas por sus padres durante unos 22 días más.
Ser un "cabeza de chorlito” es una expresión que se utiliza desde hace bastantes años y es para referirse a alguien que tiene poca cabeza; pero no de volumen sino de inteligencia. También se usa con las personas despistadas. La posible relación de esa expresión con el ave limícola, parece tener que ver con el hecho de que el chorlito se caracteriza por no ser un animal muy inteligente, ya que hace sus nidos a ras de suelo y deposita allí sus huevos, cosa que hace que otros animales puedan acceder a ellos con mucha facilidad.
Las principales amenazas a las que está sometida esta especie son la caza ilegal y las perturbaciones en las zonas de cría como consecuencia del turismo, así como la alteración del hábitat por la construcción de nuevas urbanizaciones, la transformación en cultivos de sus áreas de nidificación y la industrialización de costas y rías. Se incluye en la categoría “De interés especial” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.
Vaya sesión preciosa de fotos que le hiciste. Desde luego paciencia hay que tener para estar ahí tirado en la arena (y mojarse de vez en cuando). Enhorabuena. Un saludo.
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