La mejor descripción que he considerado se ajusta al reportaje fotográfico que estos días he podido realizar en el maravilloso entorno de la ría de Villaviciosa (Asturias), ha sido el de “A la grande, a la chica y a pares, como en el juego del mus”, y es que las protagonistas del mismo son las agachadizas.
A. común
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Pertenecen a una familia, la “Scolopacidae” (archibebes, zarapitos, agujas, agujetas, vuelvepiedras, andarrios, faloporos y correlimos), y concretamente al género de aves limícolas que, en general, se caracteriza por presentar un plumaje críptico y unos picos desproporcionadamente largos y finos, en comparación con su cuerpo.
A. común
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Es precisamente por ese gran tamaño del pico, por lo que he querido comenzar con fotografías de la Agachadiza común (coloquialmente conocida como "grande") ya que ostenta el récord de ser el ave limícola con el pico más largo en proporción con su cuerpo.
A. común
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Sin embargo y curiosamente (desconozco la causa), de las cuatro especies de agachaiizas: A. común (Gallinago gallinago), A. real (Gallinago media), A. de Wilson (Gallinago delicata) y A. chica (Lymnocryptes minimus), tan solo ésta última no pertenece al género “Gallinago” (Linnaeus en 1758), ya que está incluida en el de “Lymnocryptes”, dadas sus diferencias con el resto de agachadizas.
A. común
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Evidentemente, la etimología del nombre latino que describe a ese género “Lymnocryptes”, quiere hacer referencia al hábitat en el que se desenvuelve, zonas limosas o enfangadas (Lymno), y a su discreción de plumaje y hábitos (cryptes), que la hacen muy críptica y difícil de detectar. “Minimus” quiere decir, obviamente, que es un ave muy chica.
A modo de curiosidad, comentar que en asturiano a la Agachadiza chica se la conoce como “Mexaperros”, debido a que cuando es levantada por el perro (es una especie cinegética) lanza un excremento que asusta y enfurece al perro.
Como os comentaba al inicio de esta entrada, las protagonistas del mismo son las agachadizas que estos días se están viendo en el humedal de El Cierrón (Villaviciosa). Unos terrenos que antiguamente eran una zona de pastos sin mayor interés, pero que con la entrada de agua de la ría con las mareas, provocó su encharcamiento (se mezcla el agua dulce y la salada) y pasó a ser un enclave idóneo para un gran número de aves.
A. común
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Entre todas las aves que estos días se pueden ver por allí, hay una gran cantidad de agachadizas juntas, cosa que no es nada habitual ver en un entorno tan reducido como es el de El Cierrón, ya que estos días se han llegado a contabilizar cerca de treinta agachadizas comunes y hasta tres chicas diferentes.
A. común
A. común
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Todo un festival de agachadizas. Unas especies que habitualmente cuesta bastante poder observar y que ahora puedes conseguirlo sin demasiada dificultad, eso sí a una distancia considerable y con unos más que molestos contraluces y reflejos, dada su ubicación con respecto a la posición y evolución a lo largo del día del astro rey, el sol.
A. común
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Esas circunstancias han provocado que, como es evidente, las fotografías que hoy presento no valgan mucho que digamos (distancia, sombras, reflejos, vegetación, contraluces…) y que tengan un considerable recorte, pero no obstante, las he querido publicar en el blog, ya que en el caso concreto de la Agachadiza chica, hasta ahora no la había podido incluir en el mismo.
La esquiva Agachadiza chica es una especie particularmente difícil de observar en nuestro entorno y por ende de fotografiar, debido a su escasez, y a que se trata de una invernante escasa y dispersa, que aunque habitualmente se une a grupos de agachadizas comunes, su número siempre lo constituyen muy pocos individuos.
Su pequeño tamaño junto con su críptico plumaje y sus hábitos discretos (muy tímida) moviéndose en las zonas de espesa vegetación ribereña, la hacen muy difícil de localizar y fotografiar.
Además, aparte de poder fotografiar a la mucho más escasa Agachadiza chica, no siempre tienes la oportunidad de poder obtener varias imágenes de las dos especies juntas (común y chica), lo cual te permite poder observar y describir mucho mejor las diferencias morfológicas entre ambas. Básicamente, estas diferencias las podríamos concretar en los siguientes aspectos:
.- El tamaño pequeño de la A. chica (L 18-20 cm, incluido el pico. E 33-36 cm) que es mucho menor que el de la A. común (L 23-28 cm, incluido el pico. E 39-45 cm).
.- El tamaño del pico de la A. chica, que aunque es relativamente largo, es mucho más corto que el de la A. común. Si lo comparamos con el diámetro de su cabeza en la primera seria de una proporción de 1,5 a 1, mientras que en la segunda sería de 3 a 4 veces su longitud.
.- En la cabeza, la A. común tiene en el centro del píleo una franja longitudinal de color crema o blanquecina, que en el caso de la A. chica es totalmente de color marrón oscuro bordeada por dos laterales más claras.
A. común
.- La A. chica presenta dos franjas pálidas laterales que se encuentran separadas de la supercilar por una zona de plumaje más oscuro.
.- La A. chica en la parte dorsal del cuerpo presenta dos anchas franjas doradas que atraviesan longitudinalmente la misma y que contrastan con el plumaje en tonos oscuros.
Entrando a conocer un poco más en profundidad a la A. chica, decir que como ya comenté anteriormente, vienen a tener una longitud de entre los 18-20 cm (incluido el pico) con una envergadura de entre los 33-36 cm. El peso puede alcanzar los 73 gr. No existe dimorfismo sexual en esta especie.
Tanto la zona dorsal como las alas tienen una coloración parda rojiza con manchas negras y anaranjadas y con las plumas ribeteadas con una línea dorada. Presentan un llamativo brillo verdoso-púrpura en las plumas del manto y de escapulares.
También, a ambos lados de la parte dorsal del cuerpo, presentan dos anchas franjas doradas que atraviesan longitudinalmente la misma (van desde los hombros hasta la zona caudal) y que contrastan con el resto del plumaje en tonos oscuros.
La garganta y el pecho son de color pardo con estrías marrones oscuras.
También en los flancos tienen muchas estrías marrones oscuras, pero no están barrados como en la A. común.
Por su parte, el vientre y la zona caudal de color blanco.
En la cara tienen una brida gruesa de color marrón oscuro que va desde la base del pico hasta el ojo, también tienen una fina ceja de color pardo oscuro. En la mejilla tienen una línea blanquecina por debajo de la brida y por debajo de ella una medialuna de color marrón oscura.
El pico es largo, con una proporción de 1,5 a 1 con respecto a la longitud de la cabeza. Es recto y de color pardo amarillento con el extremo negruzco. Su base está situada algo más alta que en la A. común y tanto ella como la punta son más anchas que en la zona central (más estrecha).
Los ojos son grandes, tienen el iris de color marrón oscuro y están rodeados por un fino anillo periocular de color crema.
La cola es corta, de color marrón y tiene forma de cuña. Un rasgo diferencial con la A. común es que la A. chica carece de blanco en el borde distal de la cola y es de color pardo uniforme. Este rasgo diferencial es muy llamativo cuando la vemos iniciar el vuelo.
Las patas son muy cortas y de color amarillo verdoso pálido.
No existen diferencias anatómicas destacables, a simple vista, entre los ejemplares adultos y los jóvenes.
Una característica muy llamativa de esta ave es que tarda mucho en levantar el vuelo y espera a que casi se la pise. Esta conducta de no asustarse ante el ruido que un animal o persona realiza al acercarse, le ha valido la denominación popular de “sorda” o “sordina” que también aplican a la A. común. No es de extrañar pues, que el nombre de agachadiza tenga su origen en la costumbre de éstas aves, de permanecer agachadas y quietas ante cualquier peligro potencial.
Cuando la vemos en vuelo se puede apreciar la cola en forma de cuña y un plumaje bastante pardo, con las rémiges oscuras y un estrecho borde blanco en los extremos de las secundarias. Son reacias a levantar el vuelo y si lo hacen es a poca altura y zigzagueando para volver a posarse enseguida.
La Agachadiza chica se reproduce en el norte de Europa y el área septentrional de Asia, pero sin alcanzar su extremo oriental. Acostumbra a invernar en zonas meridionales de África y Asia.
En nuestro país no se reproduce y la podemos observar aunque en pequeño número de ejemplares durante la invernada (inviernos muy crudos), principalmente por el norte y el oeste, tanto en áreas costeras como del interior. Está presente también en Baleares. También la podemos encontrar de forma muy fragmentada, durante los pasos migratorios hacia (octubre-noviembre) o desde (febrero-abril) el continente africano.
SEO Bird/Life
Su hábitat en la temporada reproductiva son zonas pantanosas abiertas, llanuras de inundación (ciénagas) y turberas; y en la tundra forestal y la taiga septentrional. Durante la invernada acostumbran a ocupar los bordes de las marismas, praderas húmedas con abundante vegetación terrenos inundables y también en terrenos secos. Evitan las aguas profundas o saladas.
Su alimentación es a base de insectos y sus larvas, gusanos, lombrices, moluscos y semillas de hierbas, juncos y de otras plantas ribereñas. Una característica muy curiosa de esta Agachadiza chica es el movimiento “rebotante” que habitualmente hace mientras se alimenta. Se le ha llegado a definir como “de muelle” o de “máquina de coser”.
La Agachadiza chica busca la comida en el fango, picoteando y recogiendo alimento que identifican con la vista. Calan el pico en el agua de tal forma que con frecuencia esta le llega hasta los ojos y aun se los cubre. Una característica en su alimentación consiste en tragar sus alimentos con el pico hundido, sin levantar la cabeza como hacen la mayoría de las aves limícolas. Lo hacen con un movimiento rítmico de delante a atrás absorbiendo estos alimentos.
El periodo de reproducción lo realiza entre abril y mayo. En esa época, construyen el nido excavando entre los matorrales e incluso en terrenos encharcados una pequeña depresión en el suelo a la cual recubren con palos, hierbas y musgo. La puesta se compone normalmente 3-4 huevos. La incubación dura 24 días aproximadamente. Las crías son nidífugas, a las pocas horas de nacer abandonan el nido.
Aunque no existen datos suficientemente contrastados, las principales amenazas que se pueden mencionar para esta especie son las que afectan genéricamente a las aves acuáticas, especialmente la degradación y destrucción de los humedales, así como la caza ilegal. Se incluye en el Libro Rojo de las aves de España dentro de la categoría de “Datos insuficientes”.
Excelente y detallado reportaje dando a conocer las diferencias entre ambas agachadizas. Enhorabuena Jose Ignacio
ResponderEliminarMuchas gracias Julio, me alegro que te guste. Saludos cordiales.
ResponderEliminarA grande, a chica y a pares algo es un farol pero en esta entrada nada es un farol. Pedazo de entrada con dos preciosas agachadizas perfectamente explicadas. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias Jose, me alegro que te haya gustado la entrada. La verdad es que las fotografías no valen un pimiento, pero son testimoniales y considero que sirven para su comparación. Saludos,
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