viernes, 5 de octubre de 2018

Uno de los mejores bioindicadores de la calidad del agua de los ríos. Mirlo acuático europeo (Cinclus cinclus). Culapa o Llavaculos.

En un inicio de la temporada otoñal en la que otros años podíamos disfrutar de la mejor época del año para observar la migración postnupcial de limícolas por el litoral asturiano, la de este año no está siendo nada agraciada para ello y está resultando bastante pobre, probablemente debido a las condiciones climáticas que nos están acompañando desde hace semanas. 




La permanencia de un anticiclón en nuestras costas y la ausencia de frentes del noroeste que acerquen a esas aves hacia el cantábrico en su paso posnupcial, está haciendo que sea uno de los pasos de migrantes más pobres de los últimos años. 




Ante semejante situación y a la espera de que se mejoren las condiciones meteorológicas que nos permitan disfrutar de esas increíbles aves en sus interminables desplazamientos migratorios, una buena alternativa es la de acercarte a un cauce fluvial para disfrutar de estos días soleados y poder contemplar, y si puedes fotografiar, el maravilloso entorno que acompaña a nuestros ríos y arroyos. 




Un entorno fluvial en el que simplemente ver y escuchar el fluir del agua por sus cauces naturales es una verdadera hermosura. Si además le añades la presencia de una vegetación exuberante y la presencia de un buen número de representantes del reino animal que van desde los múltiples invertebrados, como los insectos, arácnidos, miriápodos e incluso algún crustáceo, a los habituales vertebrados fluviales como los peces, reptiles, anfibios y, como no, las aves. 




Es precisamente a una muy característica ave fluvial a la que quiero dedicar esta nueva entrada. Me estoy refiriendo al Mirlo acuático europeo (Cinclus cinclus), una especializada ave que está considerada un excelente bio-indicador del estado de pureza de los cursos de aguas, ya que siempre se le asocia con ríos y arroyos de curso permanente, de aguas limpias y bien oxigenadas. 




Son aves muy sensibles a la contaminación química de las aguas en las que vive y que suelen ser cursos fluviales permanentes, con una cierta pendiente (superiores a 30 m/Km) y que no sean muy profundos. Además, es importante que existan abundantes cantos rodados o rocas en su lecho, ya que los utilizan como oteaderos y/o reposaderos y es precisamente debajo de ellos donde encuentran su alimento (macroinvertebrados acuáticos). 




La realidad es que, efectivamente, se trata de una especie muy sensible a la contaminación de las aguas. Esas alteraciones o cambios en las condiciones físico-químicas del agua hacen que puedan acabar con sus principales presas (macroinvertebrados acuáticos como los tricópteros y los efemerópteros), las cuales a su vez son especialmente sensibles, en particular a la acidificación del agua. Esto conlleva a que exista una correlación negativa entre el pH del agua y la abundancia de mirlos acuáticos. 




Entre las curiosidades que podemos destacar del Mirlo acuático europeo, me parece interesante comentar que es el ave nacional de Noruega y que es la única ave del orden de las paseriformes que tiene la nada desdeñable capacidad de nadar, bucear e incluso caminar por debajo del agua, contracorriente, manteniéndose unido firmemente al fondo. Para poder llevarlo a cabo, lo que hace es mantener la cabeza y el dorso inclinados hacia abajo mientras busca presas bajo los guijarros y es la propia presión que ejerce la corriente contra él, lo que le empuja hacia el fondo y le permite caminar por él, ayudándose como mucho, con un pequeño aleteo si la corriente es fuerte. 

                 




Para facilitar sus inmersiones, su cuerpo ha tenido una serie de adaptaciones como el hecho de que su sangre puede portar más oxígeno (tiene mayor afinidad por el oxígeno) que la de otros paseriformes, lo que les permite permanecer bajo el agua hasta medio minuto, aunque lo habitual es que sea de 3 o 5 segundos y que no exceda de los 10 o 20. 




Además tiene un plumaje denso con un abrigo de plumón debajo y están dotados de una glándula uropígea (también conocida como la glándula del acicalamiento) que se encuentra debajo de la base de la cola y que segrega un aceite, el cual distribuye con el pico por el plumaje para mantenerlo impermeable. 




También poseen una membrana nictitante ocular para proteger el ojo durante los periodos de inmersión y una membrana en la narina que se cierra en el momento de sumergirse para evitar la entrada de agua.





La forma de su cuerpo fusiforme y el hecho de que sus alas y cola sean cortas, también les facilita para la tarea nada fácil de nadar y bucear. En situaciones en que la corriente es fuerte, utilizan el batido de sus alas para desplazarse por el agua. 




Se sumerge a profundidades que rondan el metro, y una vez en el fondo del arroyo, encuentra a sus presas volteando los guijarros, a lo que le ayuda tener un pico relativamente largo, fino y ligeramente curvo hacia arriba. 




El Mirlo acuático europeo es un ave Paseriforme y el único representante de la familia “Cinclidae” que tenemos en Europa. El género “Cinclus” incluye cinco especies en todo el mundo, de las cuales, tan sólo “Cinclus cinclus” está presente en Europa. 



A su vez, de esta especie “Cinclus cinclus”, se han descrito 14 subespecies basadas en variaciones de tamaño y coloración. La subespecie nominal “Cinclus cinclus cinclus”, tienen el abdomen de color castaño-rojizo, está presente en el norte, noroeste y centro peninsular e incluye como sinónimos los taxones “pyrenaicus” (Pirineos occidentales hasta la zona cantábrica de Santander) y “atroventer” (desde Santander hacia el Oeste, Asturias, Galicia, norte de Portugal). 





Por el este y el sur (Sierras de Gata, Gredos y Guadarrama) se distribuye “Cinclus cinclus aquaticus”, que tienen el abdomen de color pardo oscuro. 






Existen también dentro de la Península Ibérica mirlos acuáticos de coloración intermedia entre las dos subespecies que comenté antes y, en extensas zonas donde se sobreponen ambas poblaciones, no siempre resulta fácil determinar a cuál de ellas pertenecen. 




Tienen una longitud de unos 17-20 cm y una envergadura de 25-30 cm. Su peso puede llegar a los 65 gramos. No hay dimorfismo sexual en esta especie, aunque los machos son de un tamaño mayor. 





Tiene un aspecto rechoncho y compacto con cuello corto y tanto el dorso como los flancos son de un color marrón muy oscuro, casi negro que contrasta notablemente con un amplio babero blanco que abarca la garganta y el pecho. El vientre es de color marrón chocolate. 





Las alas y la cola son cortas y del mismo color marrón oscuro que el del dorso. Se sirven del aleteo de ellas para nadar y bucear contra la corriente del agua cuando ésta es grande. 





La cabeza, la nuca, los laterales del cuello también son de color marrón chocolate. 





Los ojos son de color marrón y tienen una llamativa membrana nictitante blanca. El pico es corto, puntiagudo y de color negruzco. 




Las patas son robustas, no muy largas y de color marrón. 






Los jóvenes tienen el plumaje de color gris apagado con barras onduladas pálidas por encima y otras oscuras por debajo que le dan un aspecto escamoso. Tienen un anillo periocular de color blanco. Su babero es más pequeño que el de los adultos, es de color crema sucio y además está poco delimitado en el vientre. 




El Mirlo acuático europeo tiene un carácter nervioso y acostumbra a realizar vuelos rápidos, cortos y con escasos batidas de alas, que llevan a cabo a lo largo del río y a ras de la superficie del agua, para desplazarse de unos posaderos a otros. Aunque son rápidos volando no lo hacen por mucha distancia de un tirón, normalmente entre 50 y 100 metros, pero a menudo mucho menos. 




Cuando está posado sobre las piedras, suele mostrarse inquieto, realizando continuas flexiones y estiramientos con las patas y levantando la cola, de ahí viene la denominación de Llavaculos o culapa, en asturiano. 





Ambos sexos cantan emitiendo un repetitivo “chuik, chuik, chuik”, corto y sonoro que emite mientras vuela o estando posado para defender el territorio. Cantan durante todo el año excepto a partir de la mitad de julio o un poco antes cuando comienzan el período de muda, permaneciendo silenciosos hasta octubre. 





El Mirlo acuático europeo es una especie muy territorial y cuando un intruso penetra en el territorio, se enfrenta a él realizando una exhibición de advertencia. En esa exhibición, el ave se mantiene erguida, levantando la cabeza, apuntando con el pico al cielo, para mostrar el llamativo pecho blanco, que eriza, al mismo tiempo que emite ruidosos cantos. Durante la exhibición, balancea suavemente la cabeza de lado a lado mientras canta, al mismo tiempo que hace vibrar las alas y despliega totalmente la cola. En ocasiones puede parpadear reiteradamente, mostrando su párpado de color blanco. 




En su afán de defender su área de alimentación y de reproducción, no sólo se defiende de otros mirlos acuáticos, sino que también pueden atacar a otras especies de aves fluviales que se internen en sus territorios, como es el caso de los martines pescadores o las lavanderas cascadeñas. 




Tiene un amplio rango de distribución por gran parte del Paleártico, donde existen 14 subespecies registradas. Están presentes en Europa, norte de África y en Asia. En Europa se encuentra en Escandinavia (ave nacional de Noruega), islas Británicas, desde Francia, Bélgica y Dinamarca hasta Polonia y por el sur en Grecia, Italia y Península Ibérica. También lo encontramos en el noroeste de África (Marruecos y Argelia), Turquía, Líbano, Cáucaso, Urales, Irán, Afganistán, China y este de Siberia. 


En España de distribuye principalmente por el norte de la península, debido a la mayor presencia de ríos adecuados para la especie. En el centro y el sur peninsular está restringida a los sistemas montañosos. 


En España, como ya vimos antes, se han descrito dos subespecies: la “C. c. cinclus”, en el noroeste y norte de la Península, y la “C. c. aquaticus”, en el este y sur. Aparece por toda la región cantábrica, Pirineos y Galicia, así como por el Sistema Central y el Sistema Ibérico, donde su distribución es más fragmentaria. En el sur de la Península, la especie se hace aún más rara, con poblaciones aisladas en los Montes de Toledo, Las Villuercas, Sierra Morena, Sierra Nevada, Cazorla y serranías malagueñas y gaditanas. Falta en Canarias, Baleares y Melilla, y podría haberse extinguido en Ceuta. 


En nuestro país el Mirlo acuático Europeo no es especie migradora sino que son residentes habituales en toda su área de distribución. Pasan todo el año en una reducida zona y sólo en el otoño e invierno desciende de nivel siguiendo los cursos de los ríos y entonces los podemos ver en las orillas de los ríos de curso lento y ancho cauce, cerca de rabiones o pequeñas cascadas e incluso en estuarios. Los jóvenes a partir del otoño realizan movimientos dispersivos en busca de un territorio vacío donde establecerse. 




Como ya vimos antes, su hábitat se encuentra en los ríos y arroyos de curso permanente, con pendientes medias de entre el 2% y el 15% (propias de los ríos y arroyos de media y alta montaña), de aguas limpias y bien oxigenadas (que posibiliten la presencia de ricas poblaciones de invertebrados acuáticos), poco profundas (que permitan el afloramiento de piedras en el curso del río) y con abundantes cantos o guijarros en el lecho. 




Su alimentación se compone básicamente (alrededor del 90%) de insectos acuáticos (tricópteros, efemerópteros y plecópteros) y sus larvas, particularmente de moscas de las piedras (simuliidae), libélulas (odonatos), escarabajos acuáticos y frigáneas, aunque también come, moluscos y pequeños crustáceos, gusanos, e incluso alevines de peces y renacuajos. 




Su principal presa, las larvas de tricópteros (“maravallos” en asturiano), suelen estar protegidas por un estuche tubular fabricado con pequeñas piedrecitas que el Mirlo acuático es capaz de romperlo golpeándolo contra las rocas. Si las larvas son de pequeño tamaño, puede llegar a ingerirlas con el estuche protector. 




Al hilo de esto quiero comentar que, lamentable, como ha ocurrido en otras ocasiones, surge el problema de que estos “maravallos” son también el alimento de las truchas y los juveniles de salmón y por tanto un cebo muy cotizado por los pescadores fluviales, por lo que en ocasiones, se han considerado a los mirlos acuáticos enemigos de estos pescadores, habiendo llegado a aparecer nidos de estas aves destruidos. Además y a pesar de cuanto se ha dicho, está comprobado que no comen huevos de Trucha o Salmón. 




El Mirlo acuático puede también alimentarse en tierra, incluso de insectos alados, a los que captura con cortos vuelos de manera similar a como lo hacen los papamoscas. 




El periodo de reproducción lo realiza entre los meses de marzo y abril. Ambos progenitores construyen su nido de forma esférica en las grietas y en los agujeros de las rocas o de los troncos, en muchas ocasiones ocultos tras las caídas de agua, aunque también es frecuente que los construyan bajo los puentes, taludes y chorreras de las márgenes del río. Para su elaboración utilizan hierbas y musgo que luego lo recubren con hojas secas. 




La puesta se compone de 4-6 huevos de color blanco. La incubación que es llevada a cabo por la hembra, dura una media de 16 días. Los pollos son cebados por ambos progenitores durante un periodo que varía entre 18 y 22 días, transcurridos los cuales abandonan el nido. Es frecuente que realicen dos puestas durante la primavera aunque en la segunda pongan menos huevos. 




En cuanto a las principales amenazas que tiene esta especie, hay que volver a recordar que es un ave muy sensible a la alteración de su hábitat, por lo que el creciente deterioro de ríos y arroyos está directamente relacionado con la cada vez menor presencia o abundancia de la especie. 




La degradación de las cuencas, la contaminación y la acidificación de las aguas son responsables de la desaparición de los invertebrados que le sirven de alimento, mientras que la regulación de los ríos por construcción de presas, canales, tomas de agua, etc., reduce el hábitat óptimo de la especie. 




Por otro lado, la presencia continua de paseantes, pescadores o excursionistas en las riberas donde cría puede provocar la pérdida de puestas. 





La especie se encuentra en regresión desde los años ochenta del pasado siglo en casi toda su área de distribución. Actualmente, aunque el Mirlo acuático no se incluye en el Libro Rojo de las aves de España, el deterioro general de los cursos de agua ya ha colocado a la especie al borde de la extinción en algunas regiones mediterráneas. En el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas aparece incluido dentro de la categoría “De interés especial”.

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