Pues sí, esta semana voy a presentar unas cuantas fotografías que, muy a duras penas, pude sacar a un ave que aparece como una rareza en la última lista que la SEO Birdlife ha publicado para 2016. Efectivamente, se trata de la Agujeta escolopácea con la que tuve la suerte de coincidir esta semana, en un precioso atardecer de primavera, en las lagunas de Villafáfila.
Me encontraba yo fotografiando avocetas y cigüeñuelas en una charca cercana, cuando pude observar la llegada de 3 o 4 coches que, en una zona muy cercana, se disponían a desplegar cerca de mi posición trípodes, telescopios, prismáticos y diverso material fotográfico. Tras esperar unos minutos, me dirigí hacia ellos para saludarlos y comentar los avistamientos que habíamos hecho esa tarde. Fue entonces cuando me informaron que estaban observando a una Agujeta escolopácea que había aparecido por allí y que se encontraba a una muy considerable distancia. Como lamentablemente acostumbra a ocurrir en estas ocasiones especiales, a la dificultad de la lejanía, se le añadía la existencia de un potente contraluz, que dificultaba notablemente su adecuada visualización, incluso con los prismáticos.
No obstante gracias a la gentileza de los 4-5 “pajareros” allí presentes (Alfonso Rodrigo y tres o cuatro personas más, de los que me perdonen, pero no recuerdo su nombre, tan sólo que uno de ellos venía de Salamanca) me dejaron echar un buen vistazo con sus potentes telescopios, para poderla visualizar medianamente bien, y sobre todo, para poderla posteriormente situar y seguir con mis prismáticos.
Una vez localizada con mis prismáticos, estuvimos viendo los escasos movimientos que otras aves vecinas le iban produciendo, con la esperanza de que se moviera lo suficiente para poderla sacar unas cuantas fotografías y poder verla con tranquilidad “a posteriori”, en el ordenador de casa.
Tras observarla durante una hora aproximadamente, pudimos sacarle unas cuantas fotografías testimoniales a esta extraña ave que, como podéis comprobar, se encontraba en plena muda, adquiriendo su vistoso plumaje nupcial.
Fue un bonito y agradecido atardecer de un día inolvidable en las Lagunas de Villafáfila, que en estos días están sencillamente ESPECTACULARES, en lo que se refiere a variedad y cantidad de aves y a los bonitos paisajes que se forman con la mezcla de grandes extensiones de agua, intercaladas con cultivos muy verdes, que se alternan con plantaciones de soja (con sus características flores amarillas) y que a su vez, contrastaban con los marrones de parcelas de tierra sin cultivar y con los potentes azules del cielo despejado. En fin, un mosaico de colores que componían un cuadro de una belleza, que hacía mucho tiempo, no veía por esa zona.
Volviendo a la protagonista de esta entrada, la Agujeta escolopácea, y por aquello de aprovechar la ocasión para conocer más a fondo las características de esta rareza para nuestras latitudes, decir que se trata de una Charadriforme del género Limnodromus y de la familia Scolopacidae, de aspecto general a medio camino entre una Aguja (género Limosa) y una Agachadiza (género Gallinago), aunque con la que tiene un mayor parecido, es con la Agujeta gris (Limnodromus griseus) con la que comparte lugar de cría (Norte América y este de Siberia) y que, junto con la Agujeta asiática (Limnodromus semipalmatus), completan el género.
Se trata de un ave de tamaño medio que vienen a medir unos 25 cm de longitud, con una envergadura que puede alcanzar los 52 cm y un peso que ronda los 140 gr. No existe dimorfismo sexual en esta especie.
A la hora de describirla hay que diferenciar dos tipos de plumajes. En temporada estival, por la parte superior, son de color marrón oscuro con aspecto escamoso, ya que las plumas están orladas de color blanquecino.
Los flancos son de color castaño rojizo con algunas barras de color marrón oscuro.
El cuello, el pecho y el vientre son de color anaranjado herrumbroso con un denso moteado en la parte anterior del cuello y parte central del pecho. Además presentan abundantes barras o manchas transversales, de color marrón oscuro, en lados del pecho, flancos e infracoberteras caudales. El obispillo es blanquecino.
En vuelo es característica una fina hendidura que sube por el dorso y un destacado borde posterior blancuzco en las alas secundarias. Las alas tienen una extensión de 42 a 49 cm y su parte inferior es de color gris claro.
En la cabeza destaca el píleo de color pardo oscuro que contrasta con el color castaño rojizo de la cara. Tienen una gruesa brida de color pardo oscuro que va desde la base del pico hasta la parte anterior del ojo. También presentan una lista ocular parda oscura que, partiendo desde la parte posterior del ojo, se dirige hacia la nuca, así como una destacada y gruesa ceja blanquecina.
El pico es recto, largo y delgado y tiene la base más ancha que la punta. Tiene la punta roma y ligeramente curvado hacia abajo en su parte distal. Es de color pardo en la mitad anterior y negro en la mitad distal. El tamaño del pico es un rasgo diferenciador con la Agujeta gris, ya que esta última lo tiene más corto (1.5 veces la longitud de la cabeza) que la Agujeta escolopácea (2 veces o más de la longitud de la cabeza).
Los ojos son grandes, son de color marrón oscuro y están rodeados por una zona periocular blanquecina.
La cola es corta y en ella alternan barras gruesas de color marrón oscuro, con otras de color más claro y más estrechas. Este es otro rasgo diferenciador con la Agujeta gris, que además tienen el barrado de las rectrices, más discreto y con barras y muescas irregulares.
Las patas son largas y son de color amarillento verdoso.
En el invierno, tienen el plumaje con el dorso de color gris parduzco y por la parte inferior son más blanquecinas. Los flancos y el pecho son grisáceos y están profusamente barrados.
Los individuos inmaduros o juveniles tienen el plumaje de color marrón grisáceo con centros oscuros y con amplios bordes, dando una apariencia ligeramente escamosa. Los flancos tienen menos manchas oscuras que los adultos reproductores y los centros de las terciarias son de color grisáceo sin manchas y con bordes más claros y estrechos.
El reclamo es un “yip” o “kaiip” único, corto, penetrante y brusco. Cuando vuelan emiten un sonido que es único mientras que el que emite la Agujeta gris es doble o triple.
Su hábitat preferido durante la época reproductiva es en la tundra ártica cerca de las extensiones de agua dulce. Fuera de la época reproductiva se localizan en charcas y lagunas fangosas y poco profundas. La agujeta escolopácea habita durante la época de reproducción en la tundra ártica, típicamente cerca de masas de agua dulce.
Su alimentación es a base de gusanos, lombrices, moluscos, crustáceos, larvas de insectos, pequeños invertebrados y ocasionalmente algunas semillas. Para alimentarse van picoteando en las zonas con poca profundidad y en el limo, como si fueran unas máquinas de coser.
La mayoría de las Agujetas escolopáceas crían en el noreste de Siberia, Alaska y zonas próximas de Canadá. Durante el invierno migran desde el oeste y sur de Estados Unidos, hasta Centroamérica.
En España son una rareza ocasional, se trata de aves divagantes. Hasta ahora se han registrado 21 citas homologadas (SEO Birdlife) hasta 2016, siendo en Galicia donde se han registrado más casos, aunque recientemente se han visto también el León (gravera de Santas Martas), Zamora (Villafáfila), Cantabria (Marismas Negras de El Astillero y ría de Boo-Guarnizo). Cáceres (embalse de Guadiloba), Albufera de Valencia, Islas Canarias, entre otros lugares.
El periodo reproductivo lo realizan en primavera. Construyen el nido en una pequeña depresión que excavan en el terreno, a la cual recubren con materia vegetal. La puesta se compone normalmente 3-4 huevos. La incubación compartida por ambos sexos y dura 22 días aproximadamente. Las crías son nidífugas y a las pocas horas de nacer abandonan el nido, aunque siguen al cuidado de sus padres durante unos 25 días más.
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