sábado, 11 de agosto de 2018

El Buitre blanco y sabio. Alimoche común (Neophron percnopterus). Zapiquera.

Ya tenía yo verdaderas ganas de dedicarle una entrada al blog, al más pequeño de los buitres que aún podemos observar el sur de Europa, y digo aún, porque se trata de una especie que en los últimos años ha sufrido un severo retroceso poblacional, pasando de ser un ave carroñera bastante frecuente en el territorio español, a estar incluida en la actualidad, en el Libro Rojo de las aves de España en la categoría de “En peligro”. 



Todo ello debido fundamentalmente a la pérdida de recursos alimentarios y a la irresponsable actuación de algunos ganaderos y cazadores que recurren a la utilización de venenos ilegales a los que esta pequeña especie es particularmente sensible.



Me estoy refiriendo al Alimoche común (Neophron percnopterus) o, simplemente, el Alimoche que es el más pequeño de las cuatro especies de buitres de nuestro continente europeo (Buitre leonado, Buitre negro, Quebrantahuesos y Alimoche o Buitre blanco) y el que tal vez reciba el mayor número de nombres vernáculos, entre los que quiero destacar algunos como el de: Buitre blanco, Buitre egipcio, Buitre sabio, Comemierda, Moñiguero, Boñiguero, o Zapiquera (en asturiano). Nombres que en algún caso hacen referencia a su coloración u origen, pero que, como habréis podido adivinar, la mayoría de ellos hacen hincapié en sus hábitos alimentarios, como más adelante veremos. 



La mayor parte de las fotografías que ahora presento las he podido realizar de nuevo en la parte leonesa del Parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa, en lo alto del Puerto de la Cubilla (1689 msnm), también conocido como Puerto Pinos, Puerto de Mieres o Alto del Palo, con ocasión de la aparición de un cadáver de una vaca que se había despeñado y de la que di sobrada cuenta en la entrada anterior, cuando traté del Buitre leonado. 



Se trata de una especie de la que se pueden contar muchas curiosidades e incluso leyendas populares por las que se ha llegado a utilizar en la medicina tradicional de los países del norte del África. Así, el pellejo desecado o los restos óseos de esta ave, se utilizan preparados en infusión como supuesto remedio eficaz contra los venenos (picaduras de culebra), la fiebre, el reuma y el hechizo de las mujeres. Obviamente, este fue uno de los motivos que contribuyeron, junto a las guerras, la caza furtiva y la utilización masiva de fumigaciones para luchar contra las langostas, a que escasease y que su cotización subiera de forma astronómica, lo que finalmente le condujo a su extinción en prácticamente todo el norte africano. 



Pero sin ningún género de dudas, si hay alguna curiosidad que destaque sobremanera sobre las demás, es la capacidad que tiene esta especie de ave carroñera de utilizar herramientas para alimentarse como método de supervivencia, lo que le coloca en una posición privilegiada sobre el resto de buitres. 



Se pensaba que solo algunos mamíferos podrían alcanzar un grado de evolución tal que les permitiese utilizar herramientas para conseguir su alimento, pero el Alimoche constituye una excepción al ser un ave.



Cualquier amante de la naturaleza recordará el impresionante reportaje que el gran Félix Rodríguez de la Fuente nos regaló hace ya cerca de treinta años, en su programa televisivo de “El hombre y la tierra” y que dedicó al Alimoche común o el “Buitre sabio”. En él pudimos apreciar como los alimoches son capaces de romper los huevos de avestruz, para lo cual los levantan y los lanzan contra el suelo o las piedras. Si no consiguen romperlos utilizan los guijarros como herramienta, para ello los agarran con el pico y los lanzan contra el huevo repetidas veces hasta que consiguen romper la cáscara y de esta manera poderse alimentar. 



Pero lo realmente llamativo de ese reportaje fue el poder demostrar como “Gaspar”, un Alimoche joven nacido en España y que a los pocos días fue retirado del nido y alimentado artificialmente por humanos, cuando se hizo juvenil y empezó a volar y a alimentarse por sí mismo, ante el estímulo nuevo para él, de un huevo de cera recubierto de escayola y pintado, con un grosor semejante al del huevo de avestruz, termina utilizando los guijarros para romper el huevo simulado de avestruz. Hay que tener en cuenta que “Gaspar” nunca había pasado el invierno en África (los huevos de Avestruz sólo se pueden encontrar en África) y por tanto no había podido aprender el comportamiento de otros congéneres adultos a la hora de utilizar guijarros para romper los huevos de avestruz, lo cual venía a demostrar que ese comportamiento, no es aprendido de sus mayores por imitación, sino de carácter congénito. Un reportaje inolvidable. 



Otra curiosidad del Alimoche común se refiere a su denominación científica como “Neophron percnopterus”, cuyo origen tenemos que buscarlo en la mitología griega y que le relaciona con otra gran ave carroñera, el Buitre negro “Aegypius monachus”. 



Neofrón (Neophron) es el nombre del hijo de la bella Timandra (Timandrea). Ésta, que era viuda, es la amante ocasional de Egipio (Aegypius), un personaje de la misma edad que Neofrón, y amigo de éste, cuyos padres son Búlide (Bulis) y Anteo (Antheus). 



Neofrón, harto de los escarceos amorosos de su madre con su amigo Egipio, decide darle un escarmiento al amante de su querida progenitora, y engaña a Búlide (madre de Egipio) para que espere en la casa de Timandra, vistiéndola incluso de forma parecida a ella. Como era de esperar, Egipio acude a su furtiva cita, de noche y a escondidas, y yace con la que se supone que es su amante, Timandra, quedando ambos dormidos hasta la mañana. Búlide probablemente pensaba que se había acostado con su marido Anteo, cuando despierta por la mañana para descubrir horrorizada que quien duerme a su lado tras la noche de pasión es su hijo Egipio. Pensó horrorizada que sin quererlo, había cometido un incesto al haberse acostado con su propio hijo, en vez de con su marido. Furiosa ante semejante situación quiso sacar los ojos a su hijo con una espada para que no viera con quien había pasado la noche y además suicidarse después. 



Otra versión es que es el padre de Egypio y marido de Búlide, un tal Anteo, quien es advertido por el propio Neofrón del episodio de engaño e incesto de su mujer y su hijo, y loco de celos y de dolor, marcha en busca del hijo para arrancarle los ojos. 



Ante todo este dramón mitológico y para evitar males mayores, tienen que intervenir los dioses para evitar el derramamiento de sangre, la venganza y la masacre que se esperaba tras el ardid de Neofrón. En algunas versiones es Apolo, pero en la mayoría es Zeus, muy dado a las transformaciones en animales, el que decide solucionarlo todo transformando a los personajes en aves. De esta manera Neofrón y Egipio quedan transformados en buitres (Alimoche:“Neophron percnopterus” y Buitre negro “Aegypius monachus”), mientas que Búlide pasa a ser una garza, un alcaraván o algún tipo de ave acuática, y Timandra es convertida en un pequeño y colorido pajarillo (probablemente un herrerillo o un carbonero). El único que se escapa de ser convertido en ave es Anteo. El buitre en el que quedó convertido el maquinador de la historia, Neofrón, inspiró la denominación científica del Alimoche, que comentábamos antes. 




Por otra parte, su nombre específico “percnocterus”, deriva de dos palabras griegas: “Perknos”, que significa “negro”, y “Pteron”, que significa “alas”, por lo tanto el nombre completo, “Neophron percnopterus”, podría significar literalmente “buitre de alas negras”, haciendo referencia al extremo de sus alas, que terminan con plumas grises y negras, que contrastan con el resto del plumaje que es blanco o parduzco. 



Con respecto a su denominación común en castellano, alimoche, parece que puede derivar de los nombres locales de diversas zonas, que toman la raíz “milano”, en referencia a aves rapaces. Así, desde esta palabra en origen, podría haberse derivado a “milocha”, “amilocha”, “amiloche”… y de ahí a “alimoche”. 



Por seguir con curiosidades, no nos podemos olvidar del intenso y llamativo color amarillo que presenta en gran parte de la cabeza y que sin duda constituye una de sus señas de identidad más destacables. No olvidemos que es el único buitre en el mundo con la cara completamente amarilla. 



Lo curioso es que los alimoches juveniles no muestran ese color amarillo en la cara, siendo grisáceo y con ciertos tonos azulados y que entre los ejemplares adultos se puede observar cierta variación de intensidad en el color. Para averiguar estas características un grupo de investigadores de la Estación Biológica de Doñana estudió el enigma y como resultado publicaron un artículo en “Nature” desvelando el misterio. 



Descubrieron que la razón por la que el Alimoche luce ese color amarillo en la cara se debe a los carotenoides, que son unos pigmentos de origen vegetal. Pero teniendo en cuenta que los alimoches no incluyen vegetales en su dieta, su origen no estaba nada claro. Más adelante pudieron comprobar que el principal pigmento (caroteno) presente en el Alimoche era la Luteina y que ésta procedía de los huevos de otras aves, de insectos como los saltamontes y principalmente de las heces de cabras, ovejas, vacas y otros ungulados silvestres. Pudieron demostrar experimentalmente que ofreciendo excrementos como alimento a un grupo de alimoches controlado, se intensificaba en éstos el color amarillo de sus caras. 



Como viene siendo habitual, esa conducta de alimentarse de excrementos (coprofagia) ya había sido observada y había quedado reflejada en la sabia cultura popular y de ahí el origen de varias denominaciones vernáculas de esta especie, como “Comemierda”, “Moñiguero”, “Boñiguero”… debido a ese hábito de alimentarse de heces de otros animales. 



Esos carotenoides que intensifican el color amarillo de la cara del alimoche, parecen jugar un papel importante en la selección sexual, de forma que los alimoches con la cara más amarilla tienen más éxito con sus parejas y además parecen indicar un alto rango jerárquico, de manera que a más color amarillo, más dominante es el individuo que lo exhibe. A su vez, estos carotenoides presentan propiedades antioxidantes y de refuerzo del sistema inmune. Esto es debido a que la ingesta de esos pigmentos tiene consecuencias para los alimoches, dado que nutricionalmente los excrementos les aportan muy poco pero consumirlos en exceso favorece la presencia de parásitos en el intestino, por lo que sólo los individuos que estén en unas óptimas condiciones serán capaces de no verse afectados y de mostrar un color amarillo muy llamativo, que les confiere el consiguiente incremento reproductor. 



En cuanto a las principales características de esta ave rapaz, recordar que es el más pequeño de los buitres europeos y que vienen a medir entre los 55-65 cm de longitud, con una envergadura que puede estar entre los 150-170 cm. Su peso ronda los 2 Kg. No existe dimorfismo sexual en esta especie. La longevidad de esta especie se estima entre los 35-40 años. 



Como ya comenté antes, la coloración de su plumaje es mayoritariamente blanco sucio con algunas zonas de color crema, a excepción de las alas que tienen los extremos de color gris y las plumas primarias y secundarias de color negro.



Tanto el cuello como el pecho presentan una tonalidad de color blanco amarillento sucio.



La cabeza es pequeña y está formada por piel desnuda de color amarillo intenso o anaranjado. La garganta carece de plumas y también está formada por piel desnuda del mismo color que la cara. 



En la parte posterior de la cabeza y del cuello lucen una llamativa gorguera de plumas largas, delgadas y desflecadas que pueden llegar a erizar. 



Su pico es muy característico y destaca mucho cuando nos sobrevuela; es largo, delgado, muy curvado hacia abajo en su extremo y muy puntiagudo. Es de color amarillo intenso, excepto en el extremo que es de color negro. 



Los ojos son de color pardo rojizo oscuro y están rodeados de un grueso anillo del mismo color amarillo que la cara. 



La cola es ancha y vista desde abajo tiene forma de rombo o cuña. Esta característica la comparte con el Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus), aunque este último tiene unas dimensiones considerablemente mayores. 



Las patas son cortas y fuertes y de color rosado con las uñas negras. 



Por su parte los ejemplares jóvenes tienen, en general, el plumaje del dorso de color pardo, siendo muy oscuros por la parte inferior. La piel desnuda de su cara es de color gris azulado claro. Hasta los cinco años de edad no adquieren el plumaje definitivo. 



Como el Alimoche no es adulto hasta cumplir los cinco años pasa por varios plumajes de transición que se van aclarando en sucesivas mudas.



Son grandes planeadores que se desenvuelven con agilidad en el aire describiendo círculos. Su comportamiento es más bien solitario, o como mucho, acostumbran a ir en parejas, aunque a la hora de comer y también en los dormideros se pueden reunir varios ejemplares. 



Se distribuyen por el sur de Europa, Oriente Medio, Asia central y meridional y a lo largo de extensas regiones de África. Los ejemplares nacidos en Europa emigran a diferentes regiones del África subsahariana donde permanecen durante varios años; no regresan a sus lugares de nacimiento hasta que no alcanzan la madurez sexual a los cinco años. 

En nuestro país son habituales durante el período estival, llegan en marzo procedentes de África y permanecen hasta Septiembre, sin embargo en las islas Baleares y en las islas Canarias son residentes todo el año. 



En España se reconocen, al menos, seis grandes núcleos poblacionales: la Cordillera Cantábrica, Pirineos, el Sistema Central, el Sistema Ibérico y el valle del Ebro, por un lado; el oeste peninsular (Extremadura, Arribes del Duero y Sierra Morena), por otro; las sierras de Cazorla y Segura constituyen un tercer núcleo; las sierras gaditanas y malagueñas, el cuarto; el quinto lo encontramos en Baleares, y el sexto en Canarias. Falta, sin embargo, en toda Galicia, la mayor parte de Levante, el sureste, la totalidad de la Meseta sur y las áreas más llanas de la Meseta norte y el valle del Guadalquivir. En España aparecen dos de las tres subespecies existentes de Alimoche común: la “N. P. percnopterus”, que ocupa el sur de Europa, África y gran parte de Asia, y la “N. P. majorensis”, endémica del archipiélago canario. La tercera subespecie es la “N. P. ginginianus”, que habita en Nepall e India (excepto el noroeste). 

Sus hábitats preferidos son las sierras con roquedos y cortados próximos a valles o parajes más o menos abiertos, con abundante ganadería extensiva, pastizales, dehesas y matorrales ralos, en los que obtiene habitualmente su alimento. 



Son aves carroñeras de pequeños y medianos animales y debido a la dificultad para encontrar cadáveres son asiduos visitantes de los muladares y de los vertederos de basuras. 



También mantienen una cierta capacidad predadora, siendo capaces de cazar animales pequeños e insectos o rematar animales heridos o enfermos. En su dieta habitual también incluyen los huevos y los excrementos de animales domésticos como ya vimos antes. El ganado vacuno adulto también se ve beneficiado por la costumbre que tienen los alimoches de alimentarse de las garrapatas de las nalgas, ano y cola que les parasitan. 



El hecho de tener un pico largo y fino les impide poder desgarrar los cueros de los grandes cadáveres como hacen los buitres mayores, aunque por el contrario, les proporciona una gran adaptabilidad a la hora de seleccionar el alimento. Ellos son los últimos en comer y lo hacen con los restos de piel y carne que quedan entre los huesos a los cuales no pueden acceder los otros carroñeros. 



El periodo de reproducción lo llevan a cabo entre los meses de marzo y abril. Construyen su nido en cárcavas, repisas, entrantes y pequeñas cuevas de los cortados rocosos. Acostumbran a utilizar los mismos nidos utilizados en años anteriores. Las parejas son monógamas y pueden mantenerse estables durante muchos años. Para su construcción utilizan ramas y huesos y lo forran con pelo de animales, lana de oveja, trozos de piel, espinas de pescado o plumas. Un verdadero basurero maloliente y cuyos componentes son aportados por ambos adultos. A diferencia de los demás buitres los alimoches transportan el material para construir sus nidos con las garras en vez de con el pico. pLa uesta se compone normalmente de 2 huevos y la incubación dura unos 42 días aproximadamente. El plumaje de los pequeños alimoches se desarrolla completamente en unos 70-90 días, aunque todavía serán alimentados por sus progenitores durante algún tiempo más. 



Las principales amenazas para esta especie provienen del uso ilegal de cebos envenenados a los que esta especie es particularmente sensible. La falta de disponibilidad de alimento como consecuencia del cierre de muladares y basureros, así como de los cambios en la gestión de los restos de ganado doméstico también han contribuido de manera notable a el severo retroceso poblacional que esta especie ha sufrido en los últimos años. 



También constituyen un problema grave las molestias en las zonas de cría o la persecución directa, además de la intoxicación por pesticidas agrícolas y el impacto de los tendidos eléctricos. El Alimoche común se incluye en el Libro Rojo de las aves de España en la categoría de “En peligro”, aparece calificada como “Vulnerable” en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y a nivel europeo la UICN lo cataloga como “En peligro”. Por su parte, la subespecie canaria figura en el Libro Rojo como “En peligro crítico”, y “En peligro” en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial.

2 comentarios:

  1. Muy buen reportaje. Habia oido en Pirineos que se alimentaban de los escarabajos que viven por las "moñigas" del ganado , no que se alimentan de las propias "moñigas", muy curioso.
    Este verano los he podido observar y fotografiar en Menorca donde son residentes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Toni, te agradezco tú comentario y aportación. Saludos.

      Eliminar