El pasado sábado 18 de marzo a primera hora de la mañana, tuve la oportunidad de observar en la cola de la ría de Avilés, a tres ejemplares de esta bonita especie de anátide que captaron mi atención debido al característico sonido insistente que emiten los machos en esta época y que en su día dio pie a su denominación en asturiano como “Zarceta ronquiella”, dado su parecido con el que emite ese curioso instrumento de percusión que antaño era muy utilizado en esta época del año (Semana Santa).
A modo de curiosidad, decir que la “ronquiella” o también denominada “matraca” o en castellano “carraca”, eran unos instrumentos fabricados en madera que al accionarse manualmente emitían un sonido seco, ronco y desagradable, tipo “raca-raca-raca-raca-raca…” (de ahí, el posible origen onomatopéyico del nombre de “carraca”) o también descrito como un “traca-traca-traca-traca-traca…”(también de ahí, el posible origen onomatopéyico del nombre de “matraca”).
Aunque ambas eran de distinto diseño, su cometido era similar y consistía en sustituir los sonidos habituales de campanas y campanillas que denotan alegría y que se utilizaban habitualmente al final de la misa, por otros mucho más graves y tristes que emitían estos instrumentos como gesto de tristeza. Se utilizaban en las iglesias españolas durante la Semana Santa, desde el Jueves al Sábado Santo, para así recordar la Pasión y Muerte de Jesús.
En nuestro país se reproduce de forma escasa, pero regular, concretamente en las marismas del Guadalquivir y los Aiguamolls de l’Empordà. Otros núcleos dispersos, muchos de cría ocasional, se localizan en Andalucía, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Comunidad Valenciana y País Vasco.
Aunque ambas eran de distinto diseño, su cometido era similar y consistía en sustituir los sonidos habituales de campanas y campanillas que denotan alegría y que se utilizaban habitualmente al final de la misa, por otros mucho más graves y tristes que emitían estos instrumentos como gesto de tristeza. Se utilizaban en las iglesias españolas durante la Semana Santa, desde el Jueves al Sábado Santo, para así recordar la Pasión y Muerte de Jesús.
Al margen de estas cuestiones y centrándome en esta bonita especie de anátida, decir que se trataba de dos machos y una hembra que no cesaban de alimentarse, casi impulsivamente, moviéndose de una margen a la otra y rebuscando entre la vegetación de las orillas mientras los machos emitían intermitentemente ese sonido característico.
En esta época del año en la que ha comenzado la migración prenupcial es relativamente frecuente podernos encontrar con algún ejemplar, habitualmente aislados, o como mucho en pequeños grupos, siendo mucho menos habituales en esta zona en la migración posnupcial, donde es raro encontrarse con algún ejemplar.
Su tamaño es pequeño, algo mayor que el de la Cerceta común pero menor que el del Ánade real. Vienen a medir entre los 37 y los 41 cm de longitud y pueden alcanzar una envergadura de entre los 59-67 cm. Los machos tienen un tamaño más grande que el de las hembras. Puede alcanzar unos 600 gr de peso. Existe un claro dimorfismo sexual en esta especie. No están descritas subespecies.
En el caso de los machos se pueden distinguir dos tipos de plumaje diferente dependiendo de la época del año en que los observemos. Así, durante la temporada estival presentan el denominado plumaje de eclipse que es poco vistoso, mientras que durante el resto del año presentan el denominado plumaje nupcial que es considerablemente más vistoso.
Los machos con ese plumaje nupcial tienen el dorso y la parte trasera de color pardo grisáceo. De los lados del dorso cuelgan unas largas y puntiagudas plumas escapulares de color blanco orlado de negro.
En las plumas secundarias de las alas tienen un espejuelo de color verde no muy brillante, ribeteado de blanco en ambos lados y sin el color negro característico de la Cerceta común.
Los flancos son de color blanco grisáceo y están muy vermiculados en negro. Presentan una franja blanca vertical en su unión con el pecho.
Tanto el pecho como la zona caudal superior e inferior son de color pardo y están muy vermiculados en color negro. El vientre es totalmente blanco.
El píleo y la frente son de color pardo negruzco y están delimitados con la cara por una conspicua y característica lista ocular blanca, a modo de ceja, que partiendo por delante del ojo lo rodea por arriba y a continuación se dirige hacia la nuca describiendo una pronunciada media luna hacia abajo. Ésta ceja en su parte inferior está bordeada por una línea de color marrón oscuro.
La mitad inferior de la cara por debajo de la ceja y el cuello son de color pardo moteado de color pardo negruzco.
El pico es recto, estrecho y algo más largo que el de la Cerceta común. Tiene la punta redondeada y es de color negro.
Los ojos son pequeños y el iris es de color marrón oscuro.
Las patas y pies son de color gris plomizo, tienen los dedos palmeados y unas potentes uñas.
Durante la fase de eclipse (julio-octubre) los machos son muy parecidos a las hembras las cuales, a su vez, son muy parecidas a las de la Cerceta común, resultando difícil distinguirlas de lejos.
Su colorido general es algo más claro que en la Cerceta común, teniendo la parte superior y los flancos de color pardo sombreado y rayado en diferentes tonos.
En la cabeza destaca una ancha línea facial marrón que atraviesa la cara e incluye al ojo dentro de ella y que está formada por una brida y una larga lista ocular. Por encima de esta línea facial hay una ceja ligeramente blanquecina. En las mejillas tienen una línea algo más oscura y en la base del pico presentan una mancha pálida. Todo esto, en su conjunto, hace que la cabeza tenga un aspecto general más rayado que el de las hembras de Cerceta común.
El pico es largo y totalmente de color gris perla (sin la base anaranjada como en la Cerceta común). El mentón y la garganta son de color crema pálida.
En las hembras, las plumas cobertoras grises de las alas son muy difusas lo que sirve para distinguirlas de los machos en eclipse ya que estos mantienen en las alas el tono gris azulado o ceniza más destacado y en ellas, son de color pardo oscuro con bordes más claros en las plumas. Además, los machos en eclipse mantienen el espejuelo verde, mientras que las hembras y los jóvenes tienen el espejuelo pardo grisáceo con solo un ligero brillo verde.
Los jóvenes son muy parecidos a las hembras pero con el vientre más oscuro, el borde terminal pálido de las secundarias más estrecho y la parte inferior más estriada. El pico y las patas son grises.
Su vuelo es muy rápido, lo que la convierte en una pieza atractiva para los cazadores, siendo mucho más directo que en el de la Cerceta común que con frecuencia realizan cambios de dirección (zigzaguean) y bruscos picados. Al volar en grupo los machos acostumbran a emitir su característica llamada cuando vuelan tras una sola hembra.
Los bandos en primavera, no suelen sobrepasar los 6-10 individuos y muy a menudo se observan parejas solitarias, en especial en abril. Durante el paso prenupcial se les puede ver con frecuencia formando pequeños grupos y curiosamente en muchas ocasiones, el grupo incluye o un Cuchara común o un Porrón Europeo.
Tienen un carácter bastante tímido y receloso, por lo que resulta bastante difícil aproximarse a ellas a distancias inferiores a 50 m sin que se produzca su estampida. Cuando se encuentran en grupo, siempre hay un individuo que se mantiene en alerta con el cuello bien estirado, mientras las demás descansan o se alimentan despreocupadamente.
Como comentaba al principio de esta entrada, el reclamo que el macho emite durante el celo consiste en un castañeteo seco y como de madera. Por su parte la hembra es bastante silenciosa y tan solo emiten una nota parecida a la de la Cerceta común, tipo “ga-ga-ga” nasal y un graznido tenue, corto y alto que repite muy a menudo y sobre todo si está alarmada.
Su distribución se realiza por el Paleártico hacia el este y hasta el Pacífico. Se reproduce principalmente en Asia septentrional y Europa oriental, aunque también se encuentra de forma dispersa por Europa central, occidental y meridional, incluida la península ibérica.
En nuestro país se reproduce de forma escasa, pero regular, concretamente en las marismas del Guadalquivir y los Aiguamolls de l’Empordà. Otros núcleos dispersos, muchos de cría ocasional, se localizan en Andalucía, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Comunidad Valenciana y País Vasco.
La Cerceta carretona en España es una especie eminentemente migratoria que recorre nuestro territorio entre los meses de febrero y mediados de abril, con el grueso de la migración en marzo. Su regreso a las zonas de invernada lo realizan entre finales de julio y primeros de octubre, con máximos en septiembre. El flujo tiene lugar principalmente a lo largo de las costas mediterráneas, procedente de Europa central y oriental. Pasa el invierno en los humedales de agua dulce del África tropical, el sur de Asia y escasamente en el sur de Europa, incluida España.
Su hábitat se encuentra en los humedales preferentemente de agua dulce y de aguas someras así como en los pastizales adyacentes a ellos. También tienen apetencia por las marismas y lagunas poco profundas y con abundante vegetación subacuática.
Su dieta se compone tanto de materia de origen animal a base de insectos y sus larvas, moluscos, pequeños crustáceos, gusanos, pequeños peces y pequeños anfibios, como de materia vegetal, semillas, raíces, tubérculos, partes verdes de juncos, hierbas y plantas acuáticas.
Para alimentarse suele nadar con el cuello estirado y metiendo parcialmente la cabeza en el agua para así ir filtrando el agua con el pico.
La Cerceta carretona es un pato nadador que a diferencia con la Cerceta común, rara vez se zambulle en aguas profundas y en las someras no es muy dada a calarse, levantando la parte trasera y tratando de alcanzar el fondo con el pico, como hacen las comunes.
El periodo de reproducción lo realizan entre los meses de abril y junio. La hembra construye el nido en alguna pequeña depresión del suelo situada entre la vegetación y cerca del agua a la cual recubren con materia vegetal y plumón. La puesta se compone normalmente de 6-14 huevos. La incubación es llevada a cabo por la hembra sola y dura entre 21-23 días. Los pollos son nidífugos ya que a las pocas horas de nacer abandonan el nido y se alimentan solos, pero durante los primeros días son cuidados por la hembra.
La principal amenaza radica en la degradación y desecación de los humedales de cría, paso migratorio o invernada, aunque hay muy poca información para estos últimos. Se trata de una especie muy sensible a los periodos prolongados de sequía. Otras amenazas citadas son las molestias ocasionadas por los pescadores de cangrejos, la caza, especialmente cuando se permitía en marzo, el plumbismo y el botulismo. Se incluye en el Libro Rojo de las aves de España en la categoría de “Vulnerable”.
Espectacular serie y muy descrito el reclamo.
ResponderEliminarSi me quieres vincularlo.... elcamperoinquieto ya no está es ahora ornicampero.blogspot.com.es
Saludos camperos!
Muchas gracias. Por supuesto que quiero vincular tu blog, es y siempre ha sido un placer para mi. Saludos.
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