martes, 21 de julio de 2015

El pájaro más colorido de nuestro entorno. Abejaruco europeo (Merops apiaster). Abeyarucu.

Con un colorido y estética similar a la que pudiera tener un ave tropical, todos los años durante la primavera-verano podemos disfrutar de esta bellísima ave multicolor que hace las delicias de cualquier amante de la naturaleza y a la que los aficionados a la fotografía siempre deseamos encontrarnos para disfrutar fotografiando, dados sus brillantes y múltiples colores que le dan el aspecto de una auténtica ave exótica.




Si a eso le añades que tienen costumbres muy gregarias, desplazándose, criando y alimentándose siempre en grupo, las posibilidades de tomar imágenes muy bellas de ellos, aumentan considerablemente.




No es de extrañar que antiguamente fueran perseguidas profusamente por los taxidermistas para utilizarlas como meros elementos decorativos.




El origen de su nombre científico proviene del término griego “merops” que quiere decir "el pájaro que come las abejas" y del latín apiastra-ae (de apis-is: abeja) que era el nombre que los romanos daban a un pájaro comedor de abejas. Puede parecer un tanto redundante máxime si tenemos en cuenta que este ave se alimenta de otros muchos insectos como libélulas, avispas, coleópteros varios, etc. y que tiene una serie de peculiaridades muy específicas (colorido, pico, reclamo, anidación, etc.) que podrían haber sido tomadas en consideración para ponerle un nombre menos redundante.




En cualquier caso, comentar que pertenece al orden de las Coradiformes, familia Meropidae y género Merops, que se trata de un ave de tamaño mediano similar al del Mirlo o al del Estornino común, que miden unos 27-29 cm de longitud con una envergadura de entre 44-49 cm y un peso de alrededor de los 70 gr. Su longevidad es de 5 a 10 años.




Este orden Coradiformes lo forman además de los merops (abejarucos), los alcedinos (martines pescadores), los coracios (carracas) y los para nosotros más desconocidos, los bucerotes (calaos). Todos ellos con el denominador común de tener unos plumajes con colores muy llamativos.




En los Abejarucos europeos o comunes existe un mínimo dimorfismo sexual difícil de descubrir a simple vista y mucho menos en vuelo. Tanto los machos como las hembras tienen prácticamente el mismo aspecto, pero con unas sutiles diferencias como son la del mayor tamaño de pico, tarso, cola y longitud del ala, en el caso de los machos, así como de tonalidades de colores más intensas en el plumaje de éstos (pecho o cobertoras).




En cualquier caso, podemos afirmar que estamos ante un ave de colores muy llamativos que, en el caso de los machos tienen el vientre en tonalidades verdosas y el pecho de un azul intenso, con una estrecha franja negra que separa la parte superior de éste con la garganta, que es de color amarillo brillante. 




Por la parte superior, los machos tienen la nuca y la parte alta de la espalda de color castaño rojizo, mientras que la parte media de la espalda es azulada y el obispillo amarillo. 




En la cabeza, el píleo es también castaño rojizo y en la cara destaca la frente blanca separada de un antifaz alargado y estrecho de color negro que incluye a los ojos dentro de él y que empieza en la base del pico y acaba en los oídos. Este antifaz está bordeado por su parte superior de una mancha azulada y también, recorriendo toda su parte inferior, tienen una estrecha franja blanca que se une a otra pequeña mancha azul situada en la base de la mandíbula inferior. 




El pico es largo, fino, de color negro y ligeramente curvado hacia abajo.




Los ojos destacan de una manera especial al quedar enmarcados dentro del antifaz negro y ser de un color rojo vivo. Están bordeados de un anillo periocular de color grisáceo parduzco.




La cola es larga, de color verde azulado, parduzca por la parte superior y pardo grisáceo por debajo, siendo las plumas centrales más sobresalientes y con la punta negruzca. 




Al vuelo se distinguen claramente unas alas de forma puntiaguda con una barra posterior negruzca que es más ancha en las alas internas (secundarias).




En reposo se puede apreciar que tienen los hombros de color azul verdoso y, en su zona media, las coberteras grandes y medias son de color castaño rojizo. Las primarias azules tienen el extremo negruzco al igual que las secundarias.




Las patas son cortas, de color marrón rojizo y tienen tres dedos dirigidos hacia delante y uno hacia atrás. Ésto se denomina anisodactilia y les permiten hacer la pinza. Además, dos de los tres dedos que están dirigidos hacia adelante, están soldados entre sí en la base, lo que se conoce con el nombre de sindactilia. Otra de las características de este grupo es la de tener la uña del dedo medio de mayor tamaño que la del pulgar.




Las hembras tienen el pecho de color un azul más apagado oscilando a verdoso. Las coberteras grandes y las medias son de color castaño claro con los bordes externos de color verde azulado.




Por su parte, los jóvenes son de colorido más apagado y tonos más verdosos por encima, con el iris marrón y con la línea negra de la garganta poco definida o ausente. Otra diferencia de los jóvenes en relación con los adultos es que a aquellos no les sobresalen las rectrices centrales de la cola.




El vuelo lo realizan efectuando ondulaciones largas y profundas. Cazan a menudo a gran altura, alternando planeos con las alas rectas y breves series de veloces aleteos. 




Su reclamo es un continuo “priurr” muy característico e inconfundible, que se repite con frecuencia. Habitualmente lo profieren cuando vuelan en grupo y puede escucharse a largas distancias. 





Se distribuyen fundamentalmente por el sur de Europa, el norte y sur de África y el centro y sudoeste de Asia.




En España son habituales durante la primavera y el período estival. Permanecen con nosotros desde finales de marzo hasta finales de septiembre, cuando emigran a África para invernar. Podemos encontrarlos en todo el territorio nacional a excepción de Galicia, la región cantábrica y la zona pirenaica. Se encuentran también en las Islas Baleares, estando ausentes como reproductores en las Islas Canarias.




El abejaruco europeo es un migrador transahariano que inverna en el África tropical, en dos regiones separadas: una franja en África occidental y un amplio sector más al sur entre el Congo y Zimbabue. 




Su hábitat preferido son los espacios abiertos con arbustos o arbolado disperso donde existan cerca cortados, terraplenes, taludes de río o paredes verticales de consistencia arenosa donde anidar y poder encontrar abundancia de insectos.




Sus territorios también suelen reunir abundantes posaderos desde donde puedan lanzar sus ataques en pos de sus presuntas presas. Éstos pueden ser ramas rectas de árboles, vallas, cables o postes de la luz. 




Su alimentación es insectívora pura, siendo su alimento preferido las abejas que atrapa al vuelo. No obstante, cazan todo tipo de insectos voladores como abejorros, avispas, moscardones, libélulas, mariposas, escarabajos, cigarras, saltamontes, moscas, tábanos, hormigas, etc.




A menudo entran en conflicto con los apicultores, ya que acuden con frecuencia a las colmenas para alimentarse de las abejas aunque, al parecer, la realidad es que se alimentan de las abejas enfermas dejando las más fuertes.




Para cazar a sus presas esperan en sus posaderos a que un insecto se aproxime. Una vez localizados, se lanzan en vuelo raudo y veloz en pos de su presa y los pinzan con el pico matándolos. Al regresar al posadero, cuando se trata de insectos con aguijón, antes de comérselos los golpean y frotan contra el posadero hasta que consiguen quitárselo.




Estas aves regurgitan por el pico una especie de bolas de color negruzco llamadas egagrópilas que contienen los restos no digeridos de sus presas, por lo que en determinados lugares es fácilmente observable montones de estas bolitas.




Tienen un claro comportamiento gregario y acostumbran a vivir en colonias siendo muy frecuente verlos en parejas o en grupos posados sobre ramas o cables.




El periodo de reproducción abarca los meses de mayo a junio. 




Construyen sus nidos excavando galerías de entre 50-200 cm de profundidad en función de la dureza de los materiales del terreno y con una boca de entrada de unos 10-12 cm, que acaban al final en un pequeño habitáculo donde realizan la puesta. Los construyen en taludes y terraplenes, frecuentemente al borde de las carreteras y riberas de los ríos, o en pequeños montículos de tierra casi a ras del suelo. Ambos progenitores llevan a cabo la excavación en la que pueden invertir entre 10-14 días y que realizan con el pico, sacando la tierra con las patas.




Son aves monógamas y cuando han terminado de excavar el nido, los machos entran en celo y cortejan a las hembras mediante obsequios u ofrendas nupciales de presas. 




Es muy habitual ver al macho en su posadero después de haber cazado una presa, lanzárla hacia arriba con el pico para finalmente recuperarla de nuevo después de haber realizado el insecto una filigrana en el aire.




La puesta se compone de 4-6 huevos que incuban ambos padres y dura unos 20 días aproximadamente. Los dos padres se encargan de la ceba. Las crías abandonan el nido a las 3-4 semanas de vida.




Las principales amenazas que esta especie tiene en nuestro país son la animadversión de los apicultores como ya comenté antes, así como la destrucción de sus zonas de cría y todavía una mayor, que no es otra que el empleo masivo de insecticidas y pesticidas que en muchos cultivos se lanza incluso desde helicópteros y avionetas, lo que hace que disminuyan sus potenciales presas y como resultado una disminución en la productividad de dichas aves.




En el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas aparece en la categoría “De interés especial”.

2 comentarios:

  1. Que envidia me da este reportaje, como me gustaría tenerlos más cerca para disfrutar de ellos. Un abrazo José Ignacio.

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  2. Maravilloso tu blog, que acabo de descubrir. Cuanto voy a aprender de ti. Adoro a los pajaritos. Muchas gracias.

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