Al igual que en años anteriores, en los días previos a la llegada oficial de la primavera, he podido fotografiar a algunas especies de aves que, poco a poco, van llegando a mi zona más habitual de pajareo. En ese sentido y aunque ya se han observado por mí y por otros aficionados la llegada al Principado de Asturias del popularmente denominado “cometa negra”, es decir, el Milano negro (Milvus migrans), no ha sido hasta el día 16 de marzo cuando le pude realizar alguna que otra fotografía decente en el entorno del Cabo Negro (Gozón. Asturias).
Cómo muchos de vosotros ya conoceréis, el Milano negro es un ave rapaz estival en la península ibérica al igual que sucede en el resto del contingente europeo. Aparece ya a comienzos de la primavera en sus lugares de reproducción procedentes del África tropical donde invernan los individuos reproductores en Europa, aunque los ibéricos a veces solo se desplazan hasta Marruecos
En lo referente a la distribución del Milano negro decir que es una de las aves de presa más abundantes en Europa, alcanzando una gran densidad en algunos países, entre ellos España. También está presente en África, Asia y Oceanía.
En España habita la subespecie “migrans”, que ocupa también el resto de Europa. Se distribuye preferentemente por las regiones del norte y el oeste, en particular a lo largo de los valles de los grandes ríos, así como en dehesas de Extremadura, Castilla y León, Aragón y en las zonas bajas de los Pirineos, Cordillera Cantábrica y Sistema Central. No aparece, sin embargo, en gran parte de la franja costera mediterránea, en extensas regiones de Castilla-La Mancha, Andalucía oriental y Sistema Ibérico. Falta por completo en Baleares, Canarias.
El abandono de las zonas de cría se produce a lo largo del mes de agosto, momento en el que los milanos negros se encaminan hacia los estrechos (al de Gibraltar los de la Península Ibérica y al del Bósforo los del resto de Europa) que les faciliten el cruce hasta el continente africano y donde se suelen concentrar un gran número de ejemplares en esa época (entre 40.000 y 60.000 aves). También es cierto que cada vez resulta más habitual que algunos ejemplares permanezcan en nuestro territorio durante el invierno, sobre todo en Andalucía occidental y Extremadura.
Estoy acostumbrado a verlos volar con los prismáticos y habitualmente a una considerable distancia, aprovechando las corrientes térmicas para conseguir así poder divisar a sus presas desde la altura, emulando, a contraluz, a una cometa negra, de ahí la procedencia del significado de su nombre en inglés, “black kite” o “cometa negra”.
Al observarlos volando fácilmente podemos apreciar que tienen un vuelo muy ágil, planeando y realizando frecuentes giros por medio de unos mínimos movimientos de giro o retorcimiento de su peculiar cola, la cual utilizan a modo de timón.
Esos giros bruscos o de su característica cola se pone claramente de manifiesto cuando captan la presencia de alguna presa y se lanzan en picado al suelo para capturarla.
El Milano negro en contraste con su familiar la “cometa roja”, es decir, el Milano real (Milvus milvus), cuya área de cría se limita esencialmente a Europa, es una ave de presa que tiene una gigantesca área de distribución, siendo una de las más extendidas y abundantes en Europa (con cerca de 100.000 parejas reproductoras) donde, como luego veremos, alcanza una gran densidad en algunos países, entre ellos España. También está presente en, África, Asia y Oceanía.
Su alimentación es muy variada e incluye desde aves, mamíferos, pequeños roedores, reptiles, anfibios, grandes insectos, moluscos, peces muertos o enfermos y carroña. En general, se puede considerar que tienen una alimentación fundamentalmente carroñera, ya que prefieren comer animales muertos o cazar animales heridos, antes que cazar a los que están sanos.
Las principales amenazas que padece el Milano negro son el uso ilegal de veneno dada su alimentación carroñera, al que la especie resulta muy sensible, así como los accidentes en tendidos eléctricos y la persecución directa.
Al Milano negro se le incluye en el Libro Rojo de las aves de España como “Casi amenazado” y aparece calificado como “De interés especial” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.
La segunda protagonista de esta entrada primaveral, es la Lavandera blanca de la subespecie Yarrellii, también conocida como "enlutada" o "pía". En este caso, a diferencia con el Milano negro, se trata más de una despedida en vez de una bienvenida, ya que esta subespecie llega a Asturias habitualmente en el mes de octubre, en el paso postnupcial y es a lo largo del mes de marzo o abril, cuando retornan a las Islas Británicas para reproducirse, por lo que , a partir de ahora, será difícil verlas por Asturias. Estas fotografías las pude realizar en el entorno del Cabo Negro (Gozón. Asturias) el pasado 03 de marzo del 2025.
En la Península Ibérica cría la subsepecie nominal alba, pero desde septiembre hasta marzo o abril, nos visita la subespecie yarrellii, endémica de las Islas Británicas. Durante el otoño-invierno, ocupa principalmente el área cantábrica y Galicia, aunque puede aparecer en otras partes de la península.
La separación entre ambas subespecies resulta fácil en el caso de los machos adultos, pero puede complicarse, y mucho, con hembras y sobre todo con juveniles. Para acabar de complicarlo un poco más, existen híbridos alba con yarrellii.
Se trata de un pájaro esbelto con la cola muy larga y estrecha que mueve continuamente de arriba para abajo.
En la subespecie yarrellii las partes superiores de los ejemplares machos son de color negro azabache, ya que el tono negro de la cabeza se prolonga en el manto de manera uniforme, mientras en la alba tiene el dorso de color gris.
Las hembras son de color gris oscuro (pizarra) con algún moteado más oscuro y siempre con el obispillo negro.
Los rasgos diagnósticos básicos en la determinación de esta subespecie yarrellii consisten en el color del obispillo y de las supracobertoras caudales. En la alba las supracobertoras caudales son algo más oscuras que el resto de las partes superiores, pero tienden a diluirse con el gris antes de alcanzar la terciaria más pequeña. Sin embargo en yarrellii el negro sí alcanza la terciaria más pequeña.
Estos rasgos diagnósticos son muy importantes en la identificación. Además son unos rasgos observables en el campo. De modo que atentos a los obispillos. Otros rasgos en los que nos hemos de fijar son los tonos negruzcos de escapulares y cobertoras pequeñas, y los flancos más oscuros, que le dan al ave un aspecto sucio.
Cuando se alimentan tienen un comportamiento nervioso, inquieto. Con continuos desplazamientos de acá para allá, vuelos cortos carreras veloces... Todo ello con el fin de capturar los escurridizos insectos que son su alimento. Su dieta se compone de insectos y sus larvas, especialmente moscas y mosquitos, arácnidos, gusanos, lombrices y caracoles.
Otro de los protagonistas de los últimos días de la temporada invernal es el Aguilucho Lagunero occidental (Circus aeruginosus) al que le pude fotografiar a gran distancia el día 08 de marzo en una de las zonas habituales de pajareo para mí, me estoy refiriendo de nuevo al Cabo Negro (Gozón. Asturias).
Posteriormente. el pasado domingo día 16 de marzo le pude fotografiar en una zona próxima, me refiero a las inmediaciones del Cabo Peñas (Gozón. Asturias).
Allí fui testigo del poco amistoso recibimiento que le dieron unas cornejas negras a su llegada a la zona.
Una y otra vez iban acosando al A. lagunero para que abandonara su zona de influencia, pero él no estaba mucho por la labor.
La verdad es que fue todo un espectáculo observar y poder fotografiar ese llamativo duelo en el aire en el que las cornejas se iban alternado en los ataques.
Al final, tras mucha insistencia, las cornejas decidieron permitir seguir por la zona y abandonaron esa zona,
A partir de ese momento ya pude fotografiar las involuciones que el Aguilucho lagunero realizaba con sus vuelos rasantes característicos de esta especie por la zona.
El Aguilucho Lagunero occidental (Circus aeruginosus) pertenece a la familia “Accipitridae” y al género “Circus” que está constituido por rapaces de tamaño medio y alas y cola larga.
Se caracterizan por realizar habitualmente vuelos a baja altura, con lentos aleteos y frecuentes planeos, mientras “patrullean” sus territorios favoritos de caza (carrizales, marjales, prados, lagunas, estepas..) a la búsqueda de sus habituales presas (roedores, insectos, reptiles, pequeñas aves…).
Ya para terminar ésta entrada comparto con vosotros las recientes fotografías que he podido realizar a otro pájarillo que cada primavera aparece en la zona de la costa central asturiana y que nos deleita con sus continuos y estridentes cánticos. Su presencia constituye uno de los síntomas de que el invierno se va terminando y llega la primavera.
Me estoy refiriendo al Escribano Triguero (Emberiza calandra) un pájaro de un tamaño un tanto voluminoso, considerablemente mayor que otros escribanos, que presenta un plumaje de tonos bastante discretos dominado por los tonos terrosos y blanquecinos con abundantes listas.
Se trata de un visitante que llega a primeros del mes de marzo y que desde lo alto de un cable, una alambrada o un arbusto emite un canto algo metálico, machacón e inconfundible y que permanecerá con nosotros durante todo el verano.
El Escribano triguero en Asturias se comporta como migrante, y habitualmente, tras la cría, desaparece por completo a lo largo de los meses de agosto o septiembre para invernar en otras zonas de la Península Ibérica o el N de África, donde los trigueros son residentes.
Con éste último pajarillo termino esta nueva entrada que me sirve para dar la bienvenida a la estación del año que a mi parecer es la mas bella de todas, la primavera. Gracias por vuestra visita.
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