sábado, 25 de enero de 2025

Un invierno más disfrutando de la presencia del zorzal más pequeño de nuestro entorno. Zorzal alirrojo (Turdus iliacus). Curruca capirotada (Sylvia atricapilla).

Todos los años cuando llega la temporada invernal, tengo la costumbre de acercarme a varios de los parques urbanos de Avilés (Asturias) buscando a los protagonistas de ésta nueva entrada que acostumbran a llegar por a ellos cuando las condiciones climáticas del invierno son las propias de la temporada y en muchos países europeos soportan olas de frío, y como consecuencia, el alimento por esas latitudes se hace más difícil de conseguir al estar cubierto por la nieve y el hielo.




El Zorzal alirrojo (Turdus iliacus) aunque se trata de una especie que cría en latitudes bastante altas de Europa (Islandia, Escandinavia) y Asia (este de Siberia), en las temporadas invernales más crudas migra hacia el centro/sur de Europa y, aunque en escaso número, la podemos observar en nuestro país, en especial en el tercio norte de la península.




En esos parques urbanos, como se puede apreciar en muchas de las fotografías que comparto en esta entrada, encuentran el alimento suficiente para poder sobrevivir en los meses más fríos del año y poder retornar más adelante a sus zonas de cría en el Norte de Europa.




Su alimentación durante la primavera y el verano se basa preferentemente de insectos y sus larvas, arácnidos, lombrices de tierra, caracoles y otros invertebrados. 




Durante el otoño y el invierno se alimentan fundamentalmente de bayas (acebos, majuelos, lentiscos...) y frutos, silvestres o cultivados (aceitunas), y también de semillas.




En éste caso en particular, pude comprobar la gran afinidad que diversos ejemplares tenían por los frutos de un arbusto muy ornamental que podemos encontrar en diversos parques urbanos de Avilés. Se trata del Cotoneaster, un género de plantas leñosas en la familia de las rosáceas.




Su follaje es de una tonalidad verde oscura preciosa, pero si hay un aspecto que destaca de este género es, sin ninguna duda, sus bayas. Cuando alcanzan la madurez se tornan hacia un color rojizo, siendo un atractivo impresionante para el jardín en otoño e invierno.




Sus bayas, constituyen un alimento muy importante para las aves silvestres, pero sus flores también atraen a una gran cantidad de abejas e insectos. Estas flores, que se parecen a los capullos de rosa, son pequeñas y de color rosa o blanco.




Esas llamativas bayas no solo atraen a los zorzales alirrojos sino que también lo hacen a otros pajarillos más pequeños como es el caso de la Curruca capirotada (Sylvia atricapilla) a la que también pude fotografiar alimentándose de ellas.




Aquí podemos observar a un ejemplar macho dando buena cuenta de ellas.




Evidentemente, el poder observar y fotografiar a estos pájaros alimentándose de esas pequeñas bayas rojizas constituye un gran placer para cualquier aficionado a la fotografía de aves, dada la gran fotogenia de la composición de las tomas.




Pero tal cómo comentaba anteriormente, la alimentación del Zorzal alirrojo también se basa entre otros de lombrices de tierra, insectos, arácnidos, caracoles y otros invertebrados.




Como en ocasiones anteriores, pude disfrutar observando y fotografiando a diversos zorzales alirrojos rebuscando, una y otra vez, entre la abundante hojarasca acumulada en las zonas ajardinadas de esos parques, hasta conseguir su alimento deseado.




Tal era su interés en encontrar entre la hojarasca algún invertebrado que les sirviera de alimento, que permitían una gran aproximación de los seres humanos que paseaban cerca de ellos o de algún fotógrafo, como era mi caso, sin mostrar desconfianza alguna.




Los parques urbanos, además de abundante alimento, también proporcionan a estas especies de aves silvestres, la posibilidad de poder realizar el cuidado y limpieza de su plumaje dándose baños en los pequeños charcos que pueden encontrar en ellos.




Como muchos ya sabréis, el Zorzal alirrojo (Turdus iliacus) es una especie migradora que cría en las altas latitudes de Europa y que en España es un ave exclusivamente invernante.




Se trata de una especie gregaria que suele moverse en grupos numerosos durante el inverno, a menudo en compañía de otros zorzales. En Asturias, en un invierno más o menos normal en lo meteorológico, habitualmente empezamos a ver los primeros ejemplares de Zorzal alirrojo a lo largo del mes de octubre, siendo la mayor llegada en noviembre, y ya a lo largo del mes de febrero y marzo es cuando realizan el viaje de vuelta a sus zonas de cría.




El Zorzal alirrojo (Turdus iliacus) es un ave paseriforme perteneciente a la familia de los Túrdidos (Turdidae) al igual que los otros tres zorzales habituales en nuestro entorno (Z. común, Z. charlo y Z. real) y los mirlos (M. común y M. capiblanco), con la excepción del Mirlo acuático que pertenece a la familia de los cínclidos (Cinclidae). A los componentes de esta familia vulgarmente también se les conoce como tordos. La etimología de su denominación científica "Turdus iliacus" proviene del latín "turdus-i": tordo (pájaro) y de "iliacus-a-um": ilíaco, perteneciente a los ijares o costados, al vientre, a las ingles, en referencia al color rojo de sus costados.




Desde hace tiempo se ha considerado al Zorzal alirrojo como el más pequeño de los zorzales presentes en Europa. El más grande es el Zorzal charlo, seguido del Zorzal real, el Zorzal común y por último, el Zorzal alirrojo.

Zorzal charlo (Turdus viscivorus) (06/2020)
Zorzal real (Turdus pilaris) (10/2019)
Zorzal común (Turdus philomelos) (01/2021)

Su tamaño es discretamente inferior al Z. común viniendo a medir entre los 19-23 cm de longitud, unos 34 cm de envergadura y llegando a pesar hasta los 80 gr. Como mencioné anteriormente, no existe dimorfismo sexual en esta especie.




Como podéis apreciar en las diversas fotografías, tienen el dorso y la parte superior de las alas de color pardo grisáceo uniforme, excepto el obispillo que es de un color pardo algo oliváceo.




Uno de sus principales rasgos anatómicos y del que toma su denominación común, es la de presentar por la parte inferior de las alas (infracoberteras) una coloración castaño rojiza que tan solo son visible cuando el ave está en vuelo. Por su parte, cuando está posado, se pueden apreciar unos flancos de color rojo herrumbroso con listas de color marrón oscuro.




Las alas son anchas y redondeadas con las plumas primarias y secundarias de color pardo oscuro. Las terciarias y coberteras grandes externas tienen las puntas blanquecinas en el caso de los individuos del primer año con las plumas no mudadas, para desaparecer cuando se hacen adultos (rasgo variable según la edad).




La región pectoral es de color blanquecino con tintes ocráceos y gran cantidad de listas verticales de color marrón oscuro, siendo estas menos abundantes en los individuos del primer año y más abundantes en los adultos.




Por la parte inferior son de color blanco con alguna lista de color marrón oscuro en las zonas laterales del vientre.




Otro de los rasgos más característico, sobre todo si los vemos en la distancia, es una ancha lista superciliar de color blanco cremoso que va desde la base de la mandíbula superior hasta la nuca, así como una subbigotera (por debajo de la mejilla), también de color blanco cremoso, que nace junto a la base de la mandíbula inferior y se dirige hacia la parte inferior de la garganta.




El píleo y la cara son de color marrón y en esta última tienen una ancha brida de color marrón oscuro por delante del ojo que no llega hasta el pico.




El pico es medianamente largo, algo fino pero fuerte y puntiagudo; es de color marrón oscuro, excepto en los dos primeros tercios de la mandíbula inferior que son de color rosa amarillento.




Los ojos son grandes, de color marrón muy oscuro y están rodeados por un anillo periocular de color blanquecino.




La cola es relativamente corta y de color pardo por encima. En el caso de los adultos, las puntas de las plumas de la cola son redondeadas (rasgo variable según la edad).




Las patas son medianamente largas y de color carne (rosáceo).




En la península ibérica podemos encontrar dos diferentes subespecies: la más numerosa y con una distribución más oriental, la nominal (subespecie “Turdus iliacus iliacus”) procedentes habitualmente de los países escandinavos (sobre todo de Finlandia) y la subespecie “Turdus iliacus coburni” de mayor tamaño, tonos algo más oscuros y las listas más marcadas, que proceden fundamentalmente de Islandia y las islas Feroe. Las recuperaciones de esta última subespecie en la Península Ibérica se producen principalmente en su parte noroccidental. También se han registrado ejemplares anillados en Rusia, Bélgica, Suiza, Polonia o Gran Bretaña.




En lo referente al canto decir que en España, debido a que es ave que únicamente nos visita durante el invierno procedente del norte de Europa, su canto raramente lo podemos escuchar. Consiste en una estridente y rápida secuencia de chirridos y chasquidos que recuerda al gorjeo de las golondrinas. Cuando se desplazan en bandos en migración (muchas veces durante la noche), emiten un fino y agudo “tsiip” para establecer cohesionada la bandada (enlace). Cuando están posados en los campos o se desplazan por el suelo, emiten una especie se chasquido, tipo "chac-chac".




En cuanto a su comportamiento, decir que se parece al Zorzal común aunque es más gregario y siempre forma bandos numerosos que se posan en los prados donde comen entre la hierba. Por la noche ocupa zarzales y arbustos y allí pueden dormir millares de estos pájaros que también se ven en carrizales y árboles dispersos por el campo.




Se distribuyen por el norte de Europa (Escandinavia, países bálticos, Países Bajos, Bélgica, Alemania, Suiza y Francia), desde Islandia hasta el este de Siberia y Asia.

Durante el invierno la mayor parte migran de su área de distribución, siendo sus principales puntos de invernada los países mediterráneos del continente, así como numerosos lugares de Europa occidental, incluidos las islas Británicas.




En España son residentes habituales durante el período invernal (dependiendo de su dureza) y parecen preferir la zona costera, prioritariamente de Galicia y de la cornisa cantábrica. Muchos otros ejemplares atraviesan la cornisa cantábrica y se dispersan por toda la Península hasta llegar a Andalucía, incluso algunos llegan al norte de África. La costa mediterránea de Valencia, Castellón, Tarragona y las Islas Baleares también son destino habitual de estas aves.

SEO Bird/Life
Su hábitat en la temporada de cría se encuentra en bosques mixtos de caducifolios y coníferas con bastante sotobosque y no lejos del agua. Durante el otoño y el invierno se localizan en campos de árboles frutales, olivares, viñedos y zonas con arbustos y setos. Durante el paso primaveral no es raro encontrarles en los parques de las ciudades.



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