sábado, 28 de octubre de 2023

Algunas interesantes observaciones del mes de octubre en el concejo de Gozón. Barnacla carinegra (Branta bernicla hrota). Aguja colinegra (Limosa limosa). Charran común (Sterna hirundo). Gaviota de Sabine (Xema sabini). Págalo parásito (Stercorarius parasiticus). Escribano lapón (Calcarius lapponicus).

No quería dejar pasar de incluir en el blog algunas interesantes especies de aves que a lo largo de lo que llevamos de mes de octubre, he podido observar y fotografiar en el concejo de Gozón (Asturias). Como no podía ser de otra manera, a la primera protagonista que he querido incluir en ésta entrada es a la Barnacla carinegra (Branta bernicla hrota), también conocida como Barnacla carinegra groenlandesa o Barnacla carinegra de vientre claro.




El primer día que la pude observar fue ya a principios de la mañana del pasado 26 de septiembre en lo que en el ambiente del pajareo conocemos como la charca de Verdicio Gozón (Asturias). Una pequeña charca que acostumbramos visitar en nuestras salidas de pajareo, tras pasarnos por el entorno de la ensenada de Llodero y la charca de Zeluan y camino del entorno del cabo de Peñas, y en la que habitualmente podemos encontrar a varias decenas de ánades azulones que han encontrado en ese entorno un lugar idóneo para criar todos los años, así como alguna que otra especie visitante interesante, como lo son dos de las protagonistas de ésta entrada.




Allí parecía encontrarse a las mil maravillas alimentándose continuamente de semillas y materia vegetal en las orillas de la charca y mostrando en todo momento un comportamiento bastante tranquilo y confiado con la presencia humana.




Alternaba esos paseos por la zona de vegetación cercana a la orilla de la charca, con algunos paseos por el agua de la misma donde se alimentaba también de alguna planta próxima a la orilla, manteniendo a raya en todo momento al resto de las aves que se movían por la charca, evitando así cualquier atisbo de competencia con ella.




Posteriormente, tras correrse rápidamente la voz de ese interesante avistamiento han sido decenas de aficionados a la observación y fotografía de aves las que han pasado por la zona, habiéndose publicado un buen número de fotografías en las RR. SS. algunas de ellas de una gran belleza.




En mi caso particular han sido un buen número de días en los que la he podido observar e incluso fotografiar viéndola evolucionar a lo largo de la charca realizando sus tareas cotidianas que fundamentalmente consistían en alimentarse, bañarse y beber agua de la charca y dormitar reposando en la orilla o en el agua.




No había muchos más motivos o acciones distintas que mereciera fotografiar a excepción de una que uno de los últimos días pude observar y fotografiar. Concretamente fue el día 05 de octubre cuando, desde lo alto del puente que atraviesa esa charca, la pude ver posada en pie en una de las orillas más cercanas al puente y dormitando. Mientras la observaba me sorprendió ver su brusca reacción despertándose e inmediatamente agitando profusamente sus grandes alas como simulando el echar a volar pero sin desplazarse de la posición inicial.





Al poco rato, procedía de nuevo a ponerse en situación de dormitar y, a los pocos minutos y sin ningún estímulo o amenaza externo posible (ni animal o humano), comenzaba nuevamente a agitar violentamente sus alas sin desplazarse nada de la posición inicial. A mi me dio la impresión de que estaba como "soñando".





Quise alejarme de la posición inicial en lo alto del puente y situarme más alejado en un lateral de la charca para captar mejor esa extraña conducta y de nuevo, una vez más, reprodujo esa conducta sin apenas mover las patas de su posición inicial.






En cualquier caso, ese comportamiento me permitió poder fotografiar con detalle la belleza de sus extensas alas desplegadas, que tal vez podamos considerar como la parte más bella y llamativa de su anatomía, ya que el resto no resulta especialmente atractivo en esta especie.





Quien me iba a decir a mi que esas fotografías con las alas totalmente desplegadas y agitándolas violentamente, iban a resultarme sumamente interesantes de observar no solo por su belleza sino también por su funcionalidad. Me explicare.




Lamentablemente, aproximadamente una semana después (14/10) acudí a visitar de nuevo la charca y cual sería mi gran sorpresa cuando otro gran aficionado al pajareo, que también vista la zona con regularidad, me comentó que la buena de la Barnacla estaba mal. Al parecer cojeaba bastante y creía tener dificultades para volar posiblemente por tener dañada un ala.




Efectivamente, inmediatamente pude comprobar cómo había cambiado su comportamiento en relación con los días anteriores, ya que apenas se movía orillada en un lateral de la charca y sin querer alimentarse.




Mi sorpresa fue mayúscula pues apenas unos días atrás estaba perfectamente activa y movía sus alas a la perfección, agitándolas perfectamente, lo que a mi me hizo pensar que igual se estaba preparando, ejercitando la musculatura de sus grandes alas, para retomar su viaje migratorio.




Ese mismo día, gracias a la decidida determinación y el coraje de un conocido pajarero, conseguimos junto con la colaboración de otro buen aficionado, de alguna manera acorralar en el agua de la charca a la buena de la Barnacla carinegra, para atraparla con una especie de retel de pesca e introducirla en una caja de cartón, para a continuación avisar al 112 quienes nos pusieron en contacto con un agente de la guardería rural al que entregamos el ave para su traslado al Centro de Recuperación de Fauna Salvaje que el Principado de Asturias tiene en la localidad de Sobrescobio. El pronóstico no parecía ser muy halagüeño pero al día de hoy, al parecer, sigue con vida, aunque recuperándose con bastantes dificultades.




La Barnacla carinegra es un ganso pequeño perteneciente al orden de las "Anseriformes", familia "Anatidae" de un tamaño algo mayor que un Ánade real. Mide entre 55-66 cm de largo, con una envergadura alar de 106-121 cm, y que pueden llegar a pesar hasta los 2,2 kg. Los machos son ligeramente más grandes y pesados que las hembras. Se reconocen tres subespecies de Barnacla carinegra:

  • "Branta bernicla bernicla" o Barnacla carinegra de barriga oscura; cría en las costas árticas de    Siberia central y occidental e inverna en Europa occidental, con más de la mitad de la población en el sur de Inglaterra, el resto en el norte de Alemania y el norte de Francia. Esta subespecie es la que se ve con mayor frecuencia en España y es tan oscura por la parte inferior como por la superior.
  • "Branta bernicla hrota" o Barnacla carinegra de barriga pálida o barnacla carinegra del Atlántico. Cría en la Tierra de Francisco José, Svalbard, Groenlandia, y nordeste de Canadá, invernando en Dinamarca, nordeste de Inglaterra, en Strangford Lough en Irlanda del Norte y en la costa atlántica de Estados Unidos desde Maine hasta Georgia. Es más pálida por la parte inferior.
  • "Branta bernicla nigricans" o Barnacla carinegra negra. Cría en el noroeste de Canadá, Alaska y Siberia oriental, e inverna mayormente en las costas occidentales de América del Norte desde Alaska hasta California, pero también algunas en el este de Asia, principalmente en Japón. Es más oscura pero la zona blanca de la parte inferior es menos extensa que la de las otras subespecies.
A modo de curiosidad, comentar que la Barnacla carinegra fue descrita científicamente por Carlos Linneo en 1758, con el nombre de "Anas bernicla", que significa "pato barnacla". Posteriormente fue trasladado al género de gansos "Branta", que es la forma latinizada del término inglés, "brant", que designa a esta especie.​ La denominación de Barnacla parece proceder de "barnacle" (percebe), ya que antiguamente se creía que estos gansos nacían en las piedras de los acantilados, al igual que estos crustáceos. Todavía no se había llegado a descubrir que anidaban en las playas del Ártico.




Su plumaje en general (dorso) es de color pardo grisáceo oscuro, excepto el obispillo que es de color blanco.




Tienen un cuerpo voluminoso con una cabeza pequeña y un cuello largo. La cabeza, el cuello y el pecho son completamente negros, a excepción de unas franjas blancas a ambos lados del cuello, a modo de collar incompleto, ya que no abarca su parte posterior.




El color negro del cuello se extiende hasta la parte superior del pecho donde acaba en forma redondeada a modo de babero.




La parte inferior del pecho, la parte anterior del vientre y los flancos, dependiendo de la subespecie, pueden ser de color grisáceo claro (B. b. hrota) o pardo grisáceo oscuro (B. b. bernicla) o pardo negruzco (B. b. nigricans) y pueden tener los flancos más o menos barrados. La parte posterior del vientre y la zona caudal son de color blanco.




Los ojos son pequeños, de un color marrón tan oscuro que parece negro y están rodeados de un fino anillo periocular de color negruzco.




El pico es corto, grueso y es de color negro.




La cola es muy corta -la más corta entre los gansos- y es de color negro.




Las alas son de color pardo grisáceo oscuro. Las plumas primarias y secundarias son de color negro.




Las patas son de color negro y tienen los dedos palmeados.




Los jóvenes se asemejan a los adultos pero tienen los flancos más barrados y no tienen la mancha blanca en el cuello o es más pequeña como nuestro protagonista.




La Barnacla carinegra es una especie de distribución circumártica, que se reproduce en Canadá, Groenlandia y altas latitudes de Eurasia. En Europa, sus principales zonas de invernada se localizan en las islas Británicas, Francia, Países Bajos, Bélgica, Dinamarca y las costas del Báltico.


En España, las costas gallegas y cantábricas acogen casi todos los inviernos algunos individuos aislados de esta anátida, pertenecientes a la subespecie "B. b. bernicla", aunque se han registrado citas ocasionales de la raza "B. b. hrota" que está considerada como rareza por el Comité de Rarezas de la SEO/BirdLife.

SEO Bird/Life
Se conoce también un núcleo de importancia en las marismas de Santoña (Cantabria), y ejemplares aislados o pequeños grupos irregulares y dispersos que pueden aparecer en toda la costa atlántica, desde Guipúzcoa a Cádiz, con citas esporádicas en el interior, en el litoral mediterráneo y en Canarias.




Durante la invernada, en Europa se presentan las subespecies "B. b. bernicla" y "B. b. hrota". Los individuos pertenecientes a "B. b. bernicla" crían en la tundra rusa y, tras bordear las costas del norte y centro de Europa, recalan en las islas Británicas y Francia, mientras que los efectivos de "B. b. hrota" llegan hasta Islandia procedentes de Groenlandia y las islas árticas de Canadá.


Su hábitat durante el invierno se encuentran en las zonas intermareales, estuarios de los ríos, en las aguas próximas a las costas rocosas, en los campos de cultivo y en los herbazales. Durante la época reproductiva se encuentran en los humedales y pastizales existentes en las regiones circumpolares árticas.




Su alimentación es fundamentalmente a base de algas y plantas marinas pero también comen tallos herbáceos, hojas, semillas y granos.




Su reproducción la llevan a cabo a lo largo del mes de junio. Crían en colonias y la puesta se compone normalmente de 3-5 huevos. La incubación dura alrededor de 25 días. Las crías son nidífugas, a los 2-3 días de nacer abandonan el nido pero siguen manteniéndose junto a sus padres durante unos 45 días más. Las barnaclas son monógamas pero forman una nueva pareja si pierden a su compañero.




La segunda especie de la que quiero compartir algunas fotografías en esta entrada es de la Aguja colinegra (Limosa limosa) que, al igual que a la anterior protagonista, pude encontrar en la misma zona, es decir la charca de Verdicio Gozón (Asturias) y en las mismas fechas aproximadamente.




Lamentablemente, también en esta ocasión la pobre aguja arrastraba un importante problema, ya que se la veía con serias dificultades para caminar.




Tras observarla detenidamente con los prismáticos pude fácilmente averiguar el motivo de esa dificultad para caminar que no era otro que el de tener enrollado en sus patas un sedal, un problema que no es excesivamente raro de ver en aves limícolas o gaviotas entre otras.




Continuamente intentaba deshacerse de ese sedal picoteándolo con su potente y afilado pico, pero al intentar caminar se le apretaba cada vez más. 




Con todo y con eso, observándola día tras día, pude comprobar como consiguió deshacerse de parte del sedal de forma que consiguió liberarse de una de las patas, ya que como puede apreciarse en alguna fotografía, antes permanecían unidas entre si por el sedal, dificultándole la marcha enormemente.




En éste caso, el intento de capturarla para liberarla de ese sedal resultaban inútiles, ya que, afortunadamente, su capacidad para volar permanecía intacta, aunque alguna intentona se llevo a cabo.




Una vez liberada una de las patas, se la podía ver desplazarse por las orillas de la charca a la pata coja, escondiendo la pata herida en el interior de su plumaje. 




En éste caso concreto y al revés de lo que ocurría con la Barnacla carinegra, los abundantes ánades reales que se desplazaban por la charca no la dejaban alimentarse en sus inmediaciones, obligándola a desplazarse, cada poco tiempo,  a una zona de la charca en el que pudiera alimentarse sola.




Posiblemente debido a esas continuas molestias a la hora de alimentarse, la aguja se desplazaba cada cierto tiempo a una pradera cercana de la rasa costera. 





Allí aprovechaba para alimentarse sin parar y sin que la incomodarán otras aves.




Tras permanecer alimentándose una y otra vez en esa concreta zona, volvía a volar sin problemas a la charca para descansar y dormir tranquilamente.





Su permanencia en esa zona más o menos coincidió con el de la Barnacla carinegra y desconozco cual sería su destino que no le auguro un final feliz a la vista de la compresión e inflamación que presentaba esa pata herida.




Tan sólo de pasada quiero comentar la observación de cuatro especies interesantes a las que testimonialmente pude fotografiar los pasados días. La primera de ella es un Charran común (Sterna hirundo) que tuve la oportunidad de de fotografiar por la ensenada de Llodero (Avilés/Gozón) el día 19/Oct/2023.




Me llamó poderosamente la atención observar como cada vez que aparecía el charrán por los alrededores del pedrero se veía sistemáticamente acosado por las gaviotas que reposaban allí y que salían a su encuentro para expulsarle de la zona.




Ese mismo día (19/Oct/2023) también pude fotografiar a un ejemplar adulto de Gaviota de Sabine (Xema sabini) luciendo su plumaje de invierno, mientras descansaba y se acicalaba en compañía de otras gaviotas en el pedrero de esa ensenada de Llodero (Avilés/Gozón).




Una lástima no poder pillar a ésta especie posada en tierra con su espectacular plumaje nupcial, pero me conformo con el que lucía ese día.




Al día siguiente (20/Oct/2023 ) y mientras pasaba un importante temporal marítimo, pude fotografiar de manera meramente testimonial a un ejemplar de Págalo parásito (Stercorarius parasiticus) que, al igual que la especie anterior, descansaba en el pedrero de la ensenada de Llodero.




Finalizo ésta extensa entrada con unas fotografías de un ejemplar de Escribano lapón (Calcarius lapponicus) que pude encontrar por el brezal del cabo Peñas el día 22/Oct/2023.



1 comentario: