jueves, 3 de agosto de 2023

Currucas en primavera. Curruca rabilarga (Curruca undata). Curruca cabecinegra (Curruca melanocephala). Curruca capirotada (Sylvia atricapilla). Curruca zarcera (Curruca communis). Curruca tomillera (Curruca conspicillata). Curruca carrasqueña (Curruca iberiae). Curruca mosquitera (Sylvia borin).

Curruca rabilarga (Curruca undata)
Curruca tomillera (Curruca conspicillata)
Como muchos ya conoceréis las currucas son un grupo de aves que entre otras se caracterizan por tener un comportamiento muy tímido y huidizo ante la presencia humana, por lo que acostumbran a moverse por lo más espeso de la vegetación, lo cual hace que su observación y fotografía resulte francamente dificultosa.

Curruca capirotada (Sylvia atricapilla)
Curruca zarcera (Curruca communis)
Ese comportamiento habitual cambia sustancialmente cuando llega la temporada primaveral en la que esa timidez y discreción desaparecen y exhiben su bello plumaje nupcial en los lugares más vistosos de sus hábitats habituales. 

Curruca carrasqueña (Curruca iberiae)
Curruca mosquitera (Sylvia borin)
Además, en esa época, se las puede observar entonando cada poco tiempo sus potentes cantos para atraer a sus potenciales parejas o para marcar sus territorios de cría.

Curruca rabilarga (Curruca undata)
Curruca cabecinegra (Curruca melanocephala)
En consecuencia con lo anteriormente expuesto, los aficionados a la observación y fotografía de aves aprovechamos esa temporada prenupcial para fotografiar de la mejor manera posible a estos guapos pajarillos.

Curruca cabecinegra (Curruca melanocephala)
Curruca capirotada (Sylvia atricapilla)
En ésta nueva entrada he querido compartir unas cuantas fotografías de las diferentes especies de currucas que habitualmente podemos observar en la Península Ibérica, en especial en esa época primaveral, resultándome francamente difícil decantarme por la especie más guapa de todas ellas.

Curruca cabecinegra (Curruca melanocephala)
Curruca tomillera (Curruca conspicillata)
Actualmente podemos observar de forma habitual en la Península Ibérica ocho especies de currucas: C. rabilarga, C. cabecinegra, C. capirotada, C. mosquitera, C. carrasqueña, C. tomillera, C. zarcera y C. mirlona. A esas ocho diferentes especies había que añadir, si incluimos al territorio insular, a la C. balear. A las cuatro primeras las he podido fotografiar en Asturias, mientras que al resto, excepto a la C. mirlona, las he podido fotografiar en la sierra Oeste de Madrid.

Curruca carrasqueña (Curruca iberiae)
Curruca mosquitera (Sylvia borin).
A la primera que quiero presentar es a la Curruca rabilarga (Curruca undata) por la que siento una especial simpatía por la actitud siempre altiva que exhibe (sobre todo en época de celo) con su cola bien larga, sacudiéndola incesantemente y adoptando una postura bien erguida en lo alto de alguna rama del brezal, tojo o matorral, donde suele habitar. Se trata de unos pájaros muy territoriales.



Es esa época de celo los machos exhiben un carácter un tanto agresivo del que hace exhibición para defender el territorio de cría a pesar de su pequeño tamaño, dando la impresión de estar continuamente enfadado y moviéndose incesantemente de matorral en matorral.



Y para rematar la faena, es habitual escuchar su canto o reclamo, una especie de "trec" corto y un "trectrec" bastante estridente y repetitivo que facilita enormemente su localización.



Los machos durante el período reproductor presentan un llamativo plumaje muy colorido con unas partes superiores de color gris pizarroso. Las alas en la zona de los hombros también son de color pizarroso. Las plumas primarias y las secundarias son de color pardo negruzco.



El pecho, los flancos y las partes laterales del vientre son de color castaño rojizo vinoso muy intenso mientras que la parte central del vientre es blanquecina.



La garganta y la parte anterior de las mejillas son de color castaño rojizo vinoso intenso con las puntas de las plumas blanquecinas.



La cabeza es de color gris pizarroso y las plumas del píleo las pueden erizar.



Los ojos son pequeños, están bordeados por un anillo periocular de color rojo y son de color pardo rojizo.



El pico es fino, puntiagudo y de color anaranjado con el culmen y el extremo negruzcos.



La cola es muy larga y de color gris negruzco con una fina línea blanca en el borde exterior de las rectrices externas. Con mucha frecuencia mantienen su larga cola erguida.



Las patas son medianamente largas y de color anaranjado.



Las hembras tienen el dorso más pardo, el vientre más blanquecino y una coloración en general, menos intensa que el macho.



La Curruca rabilarga tiene un carácter inquieto y esquivo, realizando constantes vuelos cortos y rasos para rápidamente esconderse tras una breve pose en lo alto del brezal.



A principios de la primavera comienza la época de celo y es frecuente ver por sus pequeños territorios de cría, a los machos realizar exhibiciones revoloteando con las alas y cola desplegadas y posándose en sus perchas inflando las plumas de la cara y cabeza de manera que ésta parece tomar un tamaño exagerado para un pájaro tan pequeño.



La Curruca rabilarga se encuentra ampliamente distribuida por toda la Península Ibérica, Ceuta y Baleares (norte de Mallorca, Formentera y Menorca), archipiélago en el que se ha detectado su expansión en las últimas décadas. Falta en Canarias, Melilla y en extensas zonas del interior peninsular (valle del Guadalquivir, submesetas norte y sur, depresión del Ebro y áreas adehesadas y esteparias de Extremadura y secano manchego), además de ausentarse también de las cumbres pirinaicas.



La siguiente protagonista es la Curruca cabecinegra (Curruca melanocephala) con su característico capirote negro en los machos que ocupa la frente, el píleo, la nuca, la zona de las auriculares y que sobrepasa un poco a los ojos por debajo ya que éstos están incluidos dentro de él. La parte inferior de la cara y la garganta son blanquecinas.



Los machos presentan unas partes superiores de color gris ceniza oscuro con tintes parduzcos. Los flancos y las zonas laterales del pecho son de color gris ceniza. Por la parte inferior son de color blanquecino.



Las alas en la zona de los hombros son de color gris ceniza oscuro. Las plumas primarias y las secundarias son de color pardo negruzco.



La cola es larga y de color gris negruzco pero con las rectrices externas blancas.



Los ojos son pequeños, están bordeados por un llamativo anillo periocular de color rojo y son de color castaño claro.



El pico es fino, puntiagudo y de color negro con la base de la mandíbula inferior más clara.



Las patas son medianamente largas y de color pardo anaranjado.



Las hembras por la parte superior son de color grisáceo parduzco. Los flancos son de color gris ceniza claro con tintes pardo rosáceos. Por la parte inferior son de color blanquecino con tintes pardo rosáceos en la zona central del pecho.
 


A diferencia de los machos, el capirote característico de las hembras no es tan oscuro (negro) como el de ellos, sino de una coloración gris parduzca similar al del dorso con el cual se continúa.



El anillo periocular que bordea sus ojos es de color rojizo pálido.



Las rectrices externas de la cola son de color blanco grisáceo.



En España está ampliamente distribuida por la mitad sur peninsular, Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla, esta curruca también penetra por el valle del Ebro hasta el País Vasco y el noreste de Castilla y León, y existe una población discontinua por el litoral cantábrico y las costas atlánticas gallegas. Se encuentra ausente o es muy escasa en la Meseta norte, la Cordillera Cantábrica, Pirineos, el Sistema Ibérico y Asturias.



Por su parte, en la Curruca capirotada (Sylvia atricapilla) el característico capirote de color negro que lucen los machos es más pequeño que el de la C. cabecinegra, ya que no ocupa la mitad superior de la cabeza ni incluye al ojo dentro de él. 



En el caso de las hembras este capirote es de color castaño rojizo mientras que el de las hembras de la C. cabecinegra es de color gris. Las plumas del píleo también se pueden erizar.



A diferencia también con la C. cabecinegra, los ojos están rodeados por un anillo periocular de color negruzco en su mitad superior y blanco en su mitad inferior. Recordemos que en la C. cabecinegra ese anillo es de un llamativo color rojo en los machos y algo más claro en las hembras. La parte inferior de su cara es de color gris claro mientras que la de la C. cabecinegra es blanquecina.



Los machos por la parte superior, la garganta, el cuello, el pecho y los flancos son de color grisáceo parduzco con el obispillo algo más claro. Por la parte inferior son de color grisáceo blanquecino.



Las patas son de color gris azulado mientras que las de la C. cabecinegra son de color pardo anaranjado.



Las hembras por la parte superior son de color pardo oliváceo. Las alas son de color pardo oscuro, con la garganta, el cuello, el pecho y los flancos de color grisáceo blanquecino con tintes grisáceo parduzcos.



La Curruca capirotada se encuentra ampliamente distribuida por toda la Península Ibérica, Baleares y las islas Canarias occidentales. Falta o escasea en zonas deforestadas y más áridas del sudeste peninsular y en grandes extensiones de estepas o cultivos desarbolados de Extremadura y ambas mesetas.



Las tres siguientes especies de currucas guardan un cierto parecido entre ellas. Me estoy refiriendo a la C. zarcera, la C. tomillera y la C. carrasqueña, siendo la primera de ellas la de mayor tamaño, aspecto éste que nos sirve para distinguirla en especial de las hembras de la C. tomillera, más pequeña y con la que guarda un cierto parecido.



Durante la época reproductiva los machos de la Curruca zarcera (Curruca communis) por la parte superior son de color grisáceo parduzco. Las alas son de color pardo rojizo con las plumas primarias y secundarias de color pardo negruzco, aunque estas últimas tienen los bordes de color rojizo. La cola es larga y de color pardo negruzco, salvo las rectrices externas que tienen el borde externo de color blanco.



En la cabeza lucen un gran capirote gris que ocupa la frente, el píleo, la nuca y la zona de las auriculares y que sobrepasa un poco a los ojos por debajo ya que éstos están incluidos dentro de él. El capirote por la parte posterior se va volviendo más parduzco a la vez que se une al color grisáceo parduzco de la parte posterior del cuello. Los ojos están bordeados por un anillo periocular de color blanco.



Las mejillas y la garganta son blancas, mientras que el pecho, los flancos y la parte inferior son de color blanquecino ocráceo con tintes asalmonados.



La hembra muestra en general tonalidades más apagadas que los machos, con la cabeza y el dorso más pardos, la garganta blanquecina y más apagada, y la zona ventral también blanquecina y sin los tonos ligeramente asalmonados del macho. Ambos sexos tienen las patas de color parduzco claro.



En España la Curruca zarcera se distribuye de manera continua por todo el tercio norte peninsular, con las mayores abundancias en el noroeste (occidente leonés, oriente gallego). De modo más puntual y disperso se localiza en los Pirineos, el Sistema Central, los Montes de Toledo y las sierras béticas y subbéticas. Como especie reproductora se encuentra ausente de Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla.



Como comentaba anteriormente, la Curruca tomillera (Curruca conspicillata) guarda un cierto parecido con la C. zarcera de la que básicamente se diferencia, aparte de su menor tamaño, por tener las alas más rojizas y cortas, y la coloración de la cabeza más contrastada. El anillo periocular es de color blanco.



Los machos tienen el dorso pardo grisáceo, excepto el obispillo que es grisáceo. Las alas son de color pardo rojizo. Las plumas primarias y las secundarias son de color pardo negruzco aunque estas últimas tienen los bordes de color pardo rojizo. La cola es larga y de color pardo negruzco, salvo las rectrices externas que son de color blanco.



La cabeza es grisácea y las mejillas y garganta son blancas. El pecho es de color grisáceo con tintes rosados. La parte central del vientre es de color rosáceo pálido mientras que las partes laterales del vientre y los flancos son de color rosáceo más oscuro.



En la cabeza tienen un gran capirote gris que ocupa la frente, el píleo, la nuca, la zona de las auriculares y que sobrepasa un poco a los ojos por debajo ya que éstos están incluidos dentro de él. El capirote en la zona de la brida es negruzco mientras que por la parte posterior se va volviendo más parduzco a la vez que se une al color pardo grisáceo de la parte posterior del cuello.



Las patas son medianamente largas y de color pardo anaranjado claro.



Las hembras se parecen a los machos pero su color es más apagado. Por la parte superior son más pardas y tienen tintes pardo rojizos en la cabeza.



La C. tomillera se distribuye ampliamente por la Península Ibérica, aunque de modo disperso y desigual, extendiéndose de forma más continua por el este y sur de Andalucía, los páramos del Sistema Ibérico, el valle del Ebro, meseta Norte (especialmente Soria y Burgos), sur de Zamora y depresión del Tajo en Extremadura. En Canarias resulta frecuente en todas las islas, siendo especialmente abundante en las más orientales (Fuerteventura y Lanzarote). En las islas Baleares se trata de un ave más localizada y escasa. No se reproduce en Ceuta ni Melilla.



Los machos de la Curruca carrasqueña (Curruca iberiae) tienen el dorso de color gris pizarroso. 



La garganta y la parte superior del pecho son de color castaño rojizo. La parte inferior del pecho, el vientre, los flancos y la zona caudal inferior son de color rosáceo blanquecino. Las alas en la zona de los hombros son de color pizarroso. 



Las plumas primarias y las secundarias son de color pardo. La cola es larga y de color grisáceo parduzco con las rectrices externas de color blanco y algo de blanco en la punta de las demás plumas. Las patas son medianamente largas y de color pardo anaranjado.



La mitad superior de la cabeza desde la comisura del pico hacia arriba es de color gris pizarroso mientras que la mitad inferior es de color castaño rojizo; separando ambos colores tienen en la parte anterior de la cara una delgada bigotera blanca que se inicia en la comisura del pico. Los ojos están bordeados por un anillo periocular de color rojo.



Las hembras muestran un diseño general similar, pero en tonos más apagados, con las partes superiores de color gris con tintes parduzcos y las inferiores de color blanquecino con tintes rosáceos. Tienen la bigotera blanca muy poco marcada. La garganta es blanca (castaño rojizo en los machos). Los ojos están bordeados por un anillo periocular de color blanquecino (de color rojo en los machos).



Curruca carrasqueña (Curruca iberiae) está ampliamente distribuida por toda la Península Ibérica, está ausente como reproductora en Canarias, en Baleares, en la mayor parte de la franja cantábrica y en otras amplias zonas del interior peninsular (La Mancha, sur de Extremadura, Andalucía occidental) y Levante. Es muy escasa en Galicia. Durante el período estival y los pasos migratorios está presente en la casi totalidad de la Península, en las islas Baleares y en Ceuta y Melilla.



Para terminar ésta extensa entrada comparto las fotografías de la Curruca mosquitera (Sylvia borin). Se trata de un pájaro solitario, bastante activo, que se mueve casi siempre por el interior de la vegetación, evitando volar al descubierto y cuando lo hace, al poco rato se vuelve a esconder en el interior del follaje.



Su plumaje como podéis comprobar en las diferentes fotografías que acompañan a esta entrada, es a diferencia con el de otras currucas, poco llamativo y uniforme y si a eso le añades su carácter sumamente discreto y escondidizo hace que el poderla observar e intentarla fotografiar, sea una tarea un tanto complicada.



En la Curruca mosquitera no existe dimorfismo sexual y tiene la parte superior son de color pardo grisáceo.



El pecho, los flancos y las partes laterales del vientre son de color blanquecino con tintes ocráceos. La parte central del vientre y la zona caudal inferior son blanquecinas.



Las alas son del mismo color pardo grisáceo que el del dorso. Las plumas primarias y las secundarias son de color pardo.



La cola es larga, ancha y también de color pardo grisáceo.



Las patas son medianamente largas y de color pardo grisáceo.



La cabeza es de color pardo grisáceo con una pequeña ceja algo pálida y apenas contrastada y con la zona de las auriculares un poco más oscura que el resto de la cara.



Los ojos son de color marrón y están bordeados por un fino anillo periocular de color blanquecino.



En España como nidificante, se distribuye de forma continua por la mitad norte peninsular, aunque resulta especialmente abundante en el noroeste, el área subcantábrica, los Pirineos y el Sistema Ibérico. Se halla ausente de la mitad sur peninsular, Baleares y Canarias.



Es un ave migrante transahariana, con una extensa área de invernada en el África subsahariana, desde Senegal hasta Etiopía, alcanzando Sudáfrica por el sur. Durante la migración resulta común en toda Iberia y Baleares. El paso prenupcial se detecta de abril a mayo, con máximos a principios de mayo, y el posnupcial acontece entre agosto y noviembre, con picos a finales de septiembre.



A lo largo de la pasada primavera no se me ha logrado observar y fotografiar a la octava especie habitual de currucas en la Península Ibérica. Me estoy refiriendo a la Curruca mirlona (Sylvia hortensis), pero si tenéis interés en conocer a ésta bella especie os remito al enlace de otra entrada en la que podéis encontrar información exhaustiva de esa especie y un amplio reportaje fotográfico (Enlace).

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