martes, 9 de agosto de 2022

Una de cometas para despedir su temporada con nosotros. Milano real (Milvus milvus). Milano negro (Milvus migrans).

Antes de que desaparezcan definitivamente de nuestro entorno para dirigirse en migración hacia el continente africano donde la mayoría pasará allí el invierno, he querido dedicar ésta nueva entrada a las dos especies de milanos que nos han estado acompañando durante esta primavera/verano.



En ella quiero compartir, como ya viene siendo costumbre, un buen número de fotografías que a lo largo de ésa temporada he podido realizar a ambas especies en alguna que otra ocasión en las que tuve la fortuna de coincidir con ellos.



Como muchos de vosotros ya conoceréis al Milano negro (Milvus migrans) se le conoce popularmente como la “cometa negra” y a su familiar el Milano real (Milvus milvus) como la “cometa roja”, tal como lo refleja sus denominaciones en inglés “Black kite” y “Red kite” respectivamente, en referencia al aspecto que presentan cuando los vemos planear que recuerda a las cometas. El negro presenta un plumaje en general mucho más oscuro (achocolatado) que el rojo del que se diferencia claramente, dada su coloración general de tonos mucho más rojizos.

Milano real

Milano negro

Dos especies distintas de una misma familia (Milvus) pero con dos evoluciones muy diferentes, ya que en el caso del Milano negro ha sido capaz de adaptarse para sobrevivir llegando a tener una gigantesca área de distribución, siendo una de las más extendidas y abundantes en Europa (con cerca de 100.000 parejas reproductoras) donde, como luego veremos, alcanza una gran densidad en algunos países, entre ellos España. También está presente en, África, Asia y Oceanía.



En ello, obviamente, ha contribuido el que se trate de una de las rapaces más oportunistas y adaptables de nuestro entorno, cuyo espectro alimentario es extremadamente amplio que incluye cada día más a la carroña proveniente de desperdicios de gran variedad de pequeños animales, muchos de ellos atropellados en la carretera, sin olvidarnos de los múltiples recursos que en este sentido le ofrecen los basureros (desechos humanos), granjas, mataderos y muladares. También es capaz de incluir en su dieta alimenticia a las aves, mamíferos, pequeños roedores, reptiles, anfibios, grandes insectos, moluscos, así como peces muertos o enfermos. En general, se puede considerar que tienen una alimentación fundamentalmente carroñera, ya que prefieren comer animales muertos o cazar animales heridos, antes que cazar a los que están sanos.



Por su parte, en el caso del Milano real (Milvus milvus), su área de cría se limita esencialmente a Europa. 



La población de Milano real en nuestro país ha experimentado un acusado descenso en los últimos años. Desde 1994 se vienen realizando censos nacionales de esta especie (3 censos en los inviernos del: 93-94, 03-04 y 13-14) y ya desde entonces se detectó una importante regresión de su área de distribución, lo cual hizo que se pasara de la consideración inicial de “vulnerable” a la de “En peligro” (Libro Rojo de las aves de España. 2005) y “en peligro crítico” según el Libro Rojo de las aves de España y “En peligro de extinción” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, al igual que otras emblemáticas aves como el: Quebrantahuesos, Águila imperial ibérica, Urogallo cantábrico, Pico dorsiblanco, Avetoro común, Porrón bastardo o la Cerceta pardilla, entre otras.



El caso es que esta “severa” calificación no se le ha concedido por casualidad. Sirva como ejemplo la evolución sufrida entre 1994 y 2001 que puso de manifiesto que en tan sólo 7 años (una generación viene a vivir unos 6 años), se había producido un regresión del 50% en Castilla y León, en donde se concentraba la mitad de la población en 1994.



Según el Libro Rojo de las aves de España, en la Península, salvo alguna posible pareja aislada, falta en Galicia, oeste de León, Asturias, Cantabria, Comunidad Valenciana, Murcia, Albacete, Almería, y Málaga. En Cataluña, Guipúzcoa, Vizcaya, cara sur de la cordillera Cantábrica, Sistema Ibérico, llanuras del valle del Duero central, Badajoz, resto de Andalucía y de Castilla-La Mancha, sólo persisten parejas aisladas o pequeños núcleos poblacionales. En Baleares cría en Mallorca y Menorca, y falta en Canarias, Ceuta y Melilla. Al parecer, tan sólo las poblaciones del noreste peninsular (Álava, La Rioja, Navarra, Aragón y Cataluña) parecen mantenerse estables o con incrementos locales.



Hemos de tener en cuenta además, que la población de Milano real en el mundo es bastante baja, quedando acotada en Alemania, Francia y España, países en los que existe el 90% de la población mundial. España es el tercer país con la población reproductora más numerosa, después de Alemania y Francia, y representa del orden del 10% de la población. Existen además, algunos núcleos dispersos y en regresión en el norte de África, islas mediterráneas, Gran Bretaña, Turquía, zona del Cáucaso y países del este de Europa.



Durante el invierno, las poblaciones de Francia y Alemania se desplazan a España y se unen a los que invernan en nuestro país, lo que convierte a España en el principal destino invernal para la especie. Los primeros ejemplares llegan en septiembre, aunque la máxima afluencia ocurre entre octubre y noviembre, alcanzando el máximo en enero. En España algunos son residentes habituales mientras que otros invernan en África.



El Milano real (“Milvus milvus”) es un ave rapaz de mediano/grande tamaño, perteneciente a la familia “Accipitridae”, género “Milvus”, que mide entre los 60-70 cm de longitud y hasta 1,70 m de envergadura. Su peso puede llegar a 1,200 Kg. Existe un mínimo dimorfismo sexual en esta especie.



Tienen el dorso de color marrón rojizo con las coberteras alares ribeteadas de un tono más pálido y el centro muy oscuro.



El pecho y el vientre son de color castaño rojizo profusamente rayados de finas líneas verticales de color ocre negruzco, que son más marcadas en el pecho.



Son características sus alas uniformemente estrechas, largas y que en vuelo son arqueadas, teniendo los ángulos cárpales flexionados y la mano caída. Su color es oscuro y en ellas destacan notablemente unas manchas blanquecinas (ventanas) cerca de los extremos que contrastan con el color negro de las puntas de las plumas primarias.



La cabeza y el cuello son de color gris plateado con finas estrías de color pardo oscuro.



El color del iris de los ojos oscila entre el color ámbar grisáceo y el amarillo pálido.



El pico es de tamaño medio, está curvado hacia abajo en su extremo, tiene forma de gancho y es de color negro. La cera del pico y las comisuras son de color amarillo.



Su rasgo más característico es su gran cola, ancha y mucho más ahorquillada que la de su congénere, el Milano negro. Su color es blanquecino por la zona inferior y rojizo acastañado por la superior.



Las patas tienen emplumados los tarsos que son de escasa longitud y que le proporciona un aspecto inconfundible cuando esta posado en el suelo. Son de color amarillo con las garras negras.



Las hembras son un poco más oscuras que los machos.



Entre las principales características diferenciales con su pariente el Milano negro están la silueta, longitud y color de la cola, ya que la del negro es más corta y con el extremo recto cuando está extendida. Por su parte la cola del Milano real es más larga, siempre presenta al menos una leve escotadura y normalmente un profundo ahorquillamiento. El tamaño del Milano real es ligeramente mayor y el color del plumaje más rojizo. Además, tiene las alas algo más largas y anguladas y en su parte inferior, las manchas claras (ventanas), son más anchas y más blanquecinas que las del Milano negro.

Milano negro

Milano real

Milano negro

Se alimentan de aves jóvenes, pequeños mamíferos, conejos, reptiles, anfibios, peces, insectos y otros invertebrados. En invierno son preferentemente carroñeros, siendo asiduos visitantes de los vertederos de basuras, mataderos, muladares o granjas. También con frecuencia se les puede observar planeando a media y baja altura, prospectando los alrededores de las carreteras, en búsqueda de animales muertos por el tráfico rodado, de los que con frecuencia también se alimentan.



Tienen un comportamiento gregario, reuniéndose durante el invierno en grandes grupos en los dormideros situados en árboles de gran tamaño de bosquetes o pequeños sotos fluviales. También es frecuente verles formando grupos, cuando merodean en los alrededores de los vertederos de basura de las ciudades.



Su hábitat principal son las zonas forestales de media montaña con amplias campiñas despejadas en sus proximidades donde obtener alimento. Por su parte, los ejemplares invernantes acostumbran a habitar en amplias zonas despejadas con campiñas y cultivos, en ocasiones muy próximas a núcleos habitados (vertederos), que prospectan durante buena parte del día en busca de alimento.



A principios de primavera es muy llamativo verles realizar el cortejo nupcial durante el cual realizan con su pareja numerosas y complicadas acrobacias en el aire acompañadas de numerosas manifestaciones sonoras.



El Milano negro es un ave rapaz estival en la Península, al igual que sucede en el resto del contingente europeo. Los individuos reproductores en Europa invernan en África tropical, aunque los ibéricos a veces solo se desplazan hasta Marruecos. El abandono de las zonas de cría se produce a lo largo del mes de agosto, momento en el que los milanos negros se encaminan hacia los estrechos (al de Gibraltar los de la Península Ibérica y al del Bósforo los del resto de Europa) que les faciliten el cruce hasta el continente africano y donde se suelen concentrar un gran número de ejemplares en esa época (entre 40.000 y 60.000 aves).



Su hábitat es sobre todo en áreas no demasiado arboladas como dehesas, pastizales y campiñas donde hay llanuras y árboles. También en riberas de ríos, zonas húmedas, embalses, lagos o lagunas.



Su alimentación es muy variada e incluye desde aves, mamíferos, pequeños roedores, reptiles, anfibios, grandes insectos, moluscos, peces muertos o enfermos y carroña. En general, se puede considerar que tienen una alimentación fundamentalmente carroñera, ya que prefieren comer animales muertos o cazar animales heridos, antes que cazar a los que están sanos.



Tienen un comportamiento bastante gregario ya que se reúnen en grandes dormideros así como para criar y emigrar. También es frecuente verlos en gran número en los alrededores de vertederos de basura, mataderos, muladares, granjas, y en general, cerca de cualquier actividad humana que le pueda proporcionar alimento fácil, como sucede en las carreteras, que el milano patrulla incansablemente a la búsqueda de las víctimas ocasionadas por el tráfico rodado.



Al observarlos volando fácilmente podemos apreciar que tienen un vuelo muy ágil, planeando y realizando frecuentes giros por medio de unos mínimos movimientos de giro o retorcimiento de su peculiar cola, la cual utilizan a modo de timón.



El Milano negro es una rapaz de mediano tamaño que pertenece a la familia de las Accipitridae y género Milvus que miden entre 50 y 60 cm de longitud, pudiendo llegar a tener una envergadura de 130-155 cm y un peso de unos 800 gr los machos y unos 900 gr las hembras. No existe dimorfismo sexual en esta especie.



Se trata pues de una rapaz con una distintiva silueta de vuelo estilizada, de coloración general bastante oscura (de ahí lo de “negro”) que en la Península Ibérica sólo ofrece confusión con su congénere el Milano real que tiene un aspecto más estilizado y es de mayor tamaño.



La coloración del cuerpo es marrón oscuro con la cabeza y el cuello más claros (grisáceo-blanquecinos) con numerosas plumas largas y delgadas que forman líneas pardas oscuras o negras.



Las alas son largas, estrechas y anguladas y por la parte inferior son muy oscuras, algo rojizas y presentan unas manchas blanquecinas cerca de los extremos que pueden originar confusión con el Milano real, especialmente los inmaduros, cuyas manchas están mucho más marcadas que en los adultos.



Considero interesante recordar en este punto que la fórmula alar es uno de los criterios más sólidos de identificación cuando existen diferencias en la misma para distintas especies. Los milanos reales sólo tienen emarginación clara en las cinco últimas primarias (P6 a P10), mientras que el milano negro tiene emarginación clara de las seis últimas primarias (P5 a P10). Este carácter confiere a las alas del Milano negro una anchura aparente en términos generales, mayor que las del Milano real. Esos caracteres se ven especialmente claros en las fotografías en las que el ave aparece con la mano abierta.

Milano negro

Milano real

Milano negro

La espalda y la parte superior de las alas son de color pardo oscuro, pero en muchos ejemplares se aprecian bien los bordes rojizos de algunas plumas.



La zona ventral es algo rojiza y presenta un barreado longitudinal, mientras que las coberteras presentan bordes muy claros.



La cola es grande y también de color pardo grisáceo pero con bandas transversales más oscuras que no son fáciles de ver a no ser a muy corta distancia. Presenta una leve escotadura característica (no visible cuando la cola está desplegada), siendo en el Milano negro menos acusada que en el Milano real.



El pico es de tamaño medio, está curvado hacia abajo en su extremo y tiene forma de gancho. El nacimiento del pico y las comisuras son de color amarillo, el resto del pico es de color negro.



El color de los ojos oscila entre el amarillo claro (adultos), el gris y el marrón oscuro (jóvenes).



Las patas son de color amarillo con las garras negras.



En lo referente a la distribución del Milano negro, decir como ya comentaba al principio de esta entrada, que es una de las aves de presa más abundantes en Europa, alcanzando una gran densidad en algunos países, entre ellos España. También está presente en África, Asia y Oceanía.



En España habita la subespecie “migrans”, que ocupa también el resto de Europa. Se distribuye preferentemente por las regiones del norte y el oeste, en particular a lo largo de los valles de los grandes ríos, así como en dehesas de Extremadura, Castilla y León, Aragón y en las zonas bajas de los Pirineos, Cordillera Cantábrica y Sistema Central. No aparece, sin embargo, en gran parte de la franja costera mediterránea, en extensas regiones de Castilla-La Mancha, Andalucía oriental y Sistema Ibérico. Falta por completo en Baleares, Canarias.
 


1 comentario:

  1. Por ser comunes no merecen estar tan poco valorados. Buena entrada. Un saludo.

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