sábado, 23 de octubre de 2021

Limícolas en su paso postnupcial. Chorlitejo Grande (Charadrius hiaticula). Mazaricu de Collar

Inicio con ésta nueva entrada la presentación de algunos de los reportajes fotográficos que a lo largo del presente mes de octubre he podido ir realizando a alguna de las especies de aves limícolas que, como cada temporada otoñal, recalan en nuestras playas de Asturias.





Hemos de reconocer que los aficionados a la fotografía de aves que vivimos en zonas costeras del Cantábrico o del Atlántico somos unos auténticos privilegiados al poder observar y fotografiar, fundamentalmente en los pasos migratorios, a ese gran abanico de especies que lo constituyen las aves limícolas.





Además, a ese gran privilegio debemos añadir que esas observaciones las podemos disfrutar en unos ambientes especialmente bellos y muy fotogénicos para la fotografía, como son nuestras bellas playas y costas.





Unos ambientes que se ven mucho más realzados a lo largo de las primeras o últimas horas del día en las que la luz cálida les proporciona una belleza muy particular.





El primer protagonista de esta serie se trata de una simpática especie cuya presencia durante los pasos migratorios nos resulta sumamente familiar por su aspecto rechoncho y un colorido plumaje muy característico.





Me estoy refiriendo al Chorlitejo grande (Charadrius hiaticula), el más habitual de los tres principales chorlitejos que podemos ver en nuestro entorno (grande, chico y patinegro) y con el que recientemente he pasado alguna que otra sesión fotográfica de esas que a mí me gusta calificar como entrañable.





Entrañable, en cuanto a la aceptación de mi presencia a una distancia considerada para ellos como no inquietante y que a mí me permite tomar unas bonitas imágenes en su entorno más habitual, el límite entre la arena y el agua de la playa, jugando con la subida y bajada de la marea, mientras se alimentan de manera continuada.





Desde el punto de vista fotográfico, tampoco está nada mal poderlos fotografiar en los arenales de las playas tras los arribazones de algas característicos de estas épocas y que a ellas les viene tan bien para poderse ocultar y como una buena fuente de alimentación, dada la gran cantidad de invertebrados que en ellas encuentran.





Como ocurre en otras muchas ocasiones con diferentes especies, en el caso del Chorlitejo grande me he encontrado con ejemplares sumamente recelosos a la presencia humana, a los que tan solo puedes observar a una considerable distancia, y otros muy confiados a los que no les intimida prácticamente nada, e incluso son ellos los que se aproximan a tu posición una vez que se acostumbran a tu presencia.





En ésta ocasión, como ya viene siendo habitual en esta época del año, la mayoría de los ejemplares son juveniles que se desplazan en pequeños grupos y que se asocian habitualmente con los correlimos comunes.





Tras la temporada de cría en tierras islandesas o de Groenlandia, en ésta migración postnupcial, los ejemplares adultos acostumbran a viajar unas semanas antes, durante los meses de julio y agosto con destino a sus cuarteles de invierno en el África subsahariana.





El Chorlitejo grande (Charadrius hiaticula) es un ave limícola de pequeño tamaño y de aspecto rechoncho perteneciente a la familia “Charadriidae”, género “Charadrius” que viene a tener un tamaño de entre los 17-19 cm de longitud, con una envergadura que puede alcanzar los 42 cm y un peso que ronda los 75 gr. En esta especie se puede apreciar un cierto dimorfismo sexual.





Como se puede apreciar en las fotografías, los ejemplares jóvenes son muy parecidos a los adultos en invierno pero más pálidos.





Por la parte superior tienen aspecto escamoso ya que las plumas tienen los bordes blanquecinos.





El babero negro de los adultos, en el caso de los jóvenes, es más marrón y a menudo, no se cierra por delante completamente como en aquellos.





El pico es corto, delgado, recto y puntiagudo y durante la época estival es de color naranja, excepto en su tercio distal que es de color negro. En temporada invernal el pico se va oscureciendo hasta volverse totalmente negro.





También en ésta temporada, las patas que antes eran de color naranja, se vuelven amarillentas.





Los ojos son grandes, de color negro y están rodeados de un finísimo anillo periocular de color negruzco.





Las alas son de color pardo y presentan una banda alar blanca que es muy visible durante el vuelo.




Su vuelo es bajo y rápido, batiendo las alas con regularidad y mostrándose sumamente ágiles en el aire. 



En tierra se desenvuelve también bien, andando y corriendo con ligereza.





En cuanto a su distribución decir que como especie reproductora se encuentra fundamentalmente en las altas latitudes del hemisferio norte, desde Norteamérica hasta Siberia (distribución holártica). En Europa se reproduce en toda Escandinavia, costas del Mar Báltico y del Mar del Norte, incluyendo las costas occidentales de Gran Bretaña e Irlanda. En Islandia y Groenlandia es especialmente abundante y en el resto de Europa, solamente hay datos esporádicos de cría en puntos del Mediterráneo, Bretaña francesa e islas del Canal de la Mancha. Se han descrito varias subespecies, de las cuales “hiaticula” es la que se encuentra en las áreas bañadas por el Atlántico, tanto en Norteamérica como en Europa.





En España el Chorlitejo grande es una limícola invernante muy habitual en nuestro entorno costero (Atlántico, Cantábrico y algo menos en el Mediterráneo) que ve aumentado su número de una forma considerable durante los pasos migratorios de abril-mayo y agosto-octubre.





Durante el paso prenupcial llegan a nuestro país, ejemplares procedentes de la Europa atlántica y Groenlandia. Los desplazamientos migratorios suelen realizarse por la costa, aunque también se han observado aves en algunas localidades propicias del interior. El paso posnupcial tiene lugar entre agosto y octubre, tanto en las costas atlánticas como en las mediterráneas.





A este respecto, resulta curioso saber que de las tres especies de chorlitejos habituales en nuestro territorio (grande, chico y patinegro), el Chorlitejo grande, a pesar de ser con mucho el más abundante, es el único que no se reproduce aquí (se han dado algunas citas de reproducción pero la mayoría no se han homologado).





Las principales concentraciones de esta especie en nuestro país tienen lugar en las marismas del Guadalquivir y en los humedales de la bahía de Cádiz.





Sus hábitats habitualmente están ligados a zonas húmedas. En invierno y durante los pasos migratorios abundan tanto en “el pedreru" de las playas, como en las playas arenosas o de guijarros sueltos, evitando las grandes playas arenosas e interminables. Al contrario de los correlimos, no se reúnen en grandes bandos, sino que se dispersa por la costa en pequeñas partidas.





También durante la época de paso, aparecen con frecuencia en el interior, buscando las orillas de las lagunas semisecas o las marismas de vegetación somera. En estas condiciones es más frecuente verles asociados a otros muchos limícolas, tales como chorlitejos, correlimos y archibebes.





Durante el periodo reproductor ocupan zonas costeras, así como estuarios, playas, marismas, salinas, lagunas, pantanos y ríos.





Su alimentación acostumbra ser a base de insectos (coleópteros, dípteros, etc), gusanos de arena ("xorra"), moluscos y pequeños crustáceos que encuentran en las playas, aunque también durante la época de cría pueden complementar esa dieta, con pequeños invertebrados terrestres y costeros.





Es muy característico verles alimentarse en las playas, para lo cual lo que hacen primero es localizar a su presa con la vista y a continuación echarse una corta carrera hasta que la capturan con su pico; también lo hacen removiendo el fango con sus patas para conseguir que sus presas queden a la vista.





Su periodo reproductivo se extiende desde el mes de abril hasta el de septiembre. Durante la época reproductiva se vuelven muy agresivos con los individuos de su misma especie si entran en su zona de cría. Los padres suelen fingir heridas para distraer a los depredadores, para alejarlos del nido.





El nido lo construyen aprovechando alguna oquedad que encuentran en el suelo de arena, normalmente al descubierto, pero a veces oculto entre la vegetación, a la cual agrandan y luego le añaden trozos de conchas o pequeñas piedrecitas. La puesta se compone normalmente de 3-4 huevos. La incubación es llevada a cabo por ambos sexos y dura 25 días aproximadamente. Las crías son nidífugas, a las pocas horas de nacer abandonan el nido.





Las principales amenazas que pesan sobre esta especie son la caza furtiva, la contaminación del medio y la destrucción de sus hábitats. El chorlitejo grande aparece incluido en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas dentro de la categoría “De interés especial”.

2 comentarios:

  1. Otra magnífica publicación, Doc , mi mujer y yo solo nos queda que felicitarte. La Doris todas magníficas con magníficos fondos. 👍🏻

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    1. Pues muchas gracias por vuestro amable comentario. Me alegra mucho que os guste aunque seguro que se debe a que veis mis fotografías con buenos ojos. Saludos.

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