sábado, 16 de enero de 2016

Ante el temporal, parada y fonda. Alcatraz atlántico (Morus bassanus). Mazcatu.

Tal vez lo más representativo en cuanto a novedades de avistamientos de aves en Asturias durante esta segunda semana de enero que ahora acaba, haya sido la presencia de varios alcatraces, algún alca y unos cuantos más gaviones atlanticos de lo habitual en nuestros puertos, ensenadas y playas.






El principal motivo, como ya sabéis todos, están siendo los fuertes y sucesivos temporales que nos azotan estos días y que están provocado la presencia de fuertes rachas de viento, ambiente frío y un mal estado de la mar, que ha propiciado que muchas aves que se encontraban en pleno proceso de migración invernal, hayan decidido hacer una “parada y fonda” en aguas más tranquilas que les permitan realizar un necesario descanso, una reposición de fuerzas y una espera de la mejora de las condiciones climáticas para poder continuar su espectacular viaje. 





Esta coyuntural circunstancia ha permitido poder apreciar muy de cerca a un buen número de ejemplares de Alcatraz atlántico que, en condiciones normales, tan sólo podemos observar en vuelo en su paso por la costa, eso sí a cierta distancia o si decidimos embarcarnos para ir a su búsqueda en alta mar y tras la pertinente ceba, esperar la presencia de esta bonita especie y la de otras muchas aves pelágicas como las pardelas, paiños o los págalos que permanecen durante meses seguidos en el mar y sólo vuelven a tierra para criar. 






Para mi esta circunstancia me ha proporcionado el poder complementar la entrada que hace ahora, más o menos un año (10/12/2014) dedique a "El gran espectáculo de la migración. Alcatraz atlántico". y que si tenéis interés podéis ver en ese enlace y en el que, como acostumbro a hacer, profundizo un poco en las características y curiosidades más destacadas de esta especie. 






En esa entrada aparecían fotografías de varios grupos de alcatraces de distintas edades y con sus distintos plumajes. Las pude realizar en vuelo, en su paso por la Punta de la Vaca y por Moniello y lógicamente, la mayoría de ellas están realizadas a una distancia considerable. Ahora la circunstancia de encontrarse refugiados en un puesto pesquero como el del Rendiello de Gijón, me ha permitido poder fotografiarlos a corta distancia y la mayoría de ellos en reposo sobre el agua o alimentándose a base de bien para reponer fuerzas y poder reanudar su vuelo migratorio. 






Eso no fue óbice para que también en esta ocasión les pudiera realizar alguna que otra fotografía en vuelo, pero esta vez a menor distancia.







El hecho de poderlos fotografiar tan cerca me ha permitido ver y admirar los detalles de sus bonitos plumajes en sus diversas edades, sus perfilados y potentes picos y, como no, sus particulares ojos que, la verdad, me han cautivado . 









El día que les fotografié fue bastante desagradable en cuanto al frío que hacía y sobre todo a las fuertes rachas de viento que continuamente azotaban la zona y que en muchas ocasiones me impedían sujetar medianamente bien la cámara de fotos y que me  hacían tambalear de un lado a otro. Prueba de ello, era ver las pequeñas olas que se formaban en lo que deberían ser unas aguas muy tranquilas de un puerto pesquero que se encuentra perfectamente resguardado. 






No obstante, supuso un verdadero placer poder observar a estas peculiares aves tan cerca y alimentándose sin ningún recato de todo pez que se cruzara en su camino. 









No en pocas ocasiones se producían luchas encarnizadas entre ellos y las múltiples gaviotas, gaviones y cormoranes que también estaban al acecho de cualquier alimento que se pudieran echar al pico y de las que casi siempre salían victoriosos los alcatraces. 





Más adelante, los alcatraces decidieron comenzar a volar por la zona dando círculos por la zona del puerto, coincidiendo con los momentos de más viento y en los que se concentraban volando un buen número de gaviotas, gaviones y también, como no, de charranes patinegros emitiendo sus chirriantes sonidos antes de lanzarse en picado para pescar. 






A todos ellos se les podía ver volando en ciertos momentos en contra del fuerte viento, lo cual les hacía permanecer totalmente estáticos en el aire a pocos metros míos y que te invitaban a fotografiar esos instantes con la seria dificultad de poder mantener el equilibrio para poderlo llevar a cabo.







En cualquier caso, lo que en principio era un día desapacible con lluvia, fuerte viento y una sensación térmica bastante baja, se convirtió en una mañana muy divertida en la que pude disfrutar en particular de la presencia cercana de estas increíbles aves y de otras muchas especies como el Gavión atlántico, diversas gaviotas, cormoranes, y Charran patinegro.








2 comentarios:

  1. Pero que bestias! Qué atracones se pegan!

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  2. Si, si comen bastante bien, pero no es de extrañar si tienes en cuenta los cientos de kilómetros que recorren desde el Alántico Norte (islas del norte y noroeste de Escocia, Islandia, costas de Noruega y de Bretaña), hasta el centro de África.

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