domingo, 7 de diciembre de 2014

Más chula que un ocho. La Curruca rabilarga (Sylvia undata), Cotoyina Cotoyina.

En esta nueva entrada voy a tratar a un pajarillo por el cual reconozco, tengo una especial predilección; se trata de la Curruca rabilarga. Una passeriforme de la familia Sylviidae de las de menor tamaño pero con una estética y un colorido espectacular.



La Curruca rabilarga como digo yo, es "más chula que un ocho" (expresión proveniente del Madrid antiguo y a sus líneas de tranvía. Uno de ellos llegaba hasta el lugar donde se celebraba la Verbena de San Isidro, y era justo el número 8, en cuyo interior todos los ocupantes viajaban vestidos de chulapos y chulapas) y me viene muy bien esta calificación por varios motivos:



Por su llamativo colorido, con unas partes superiores pardo oscuro y cabeza gris pizarra. Ojos de color pardo-rojizo rodeados de un anillo periorbital también rojo y unas partes inferiores oscuras de color rojo vinoso intenso, con patas anaranjadas y un moteado blanquecino en la garganta sobre todo en temporada otoñal. La hembra tiene el dorso más pardo, el vientre más blanquecino y una coloración en general, menos intensa que el macho.



Por la actitud siempre altiva que exhibe (sobre todo en época de celo) con su cola bien larga, sacudiéndola incesantemente y adoptando una postura bien erguida en lo alto de alguna rama del brezal, tojo o matorral, donde suele habitar.


Por su carácter agresivo (macho) del que hace exhibición para defender el territorio de cría a pesar de su pequeño tamaño, dando la impresión de estar continuamente enfadado y moviéndose incesantemente de matorral en matorral.



Y para rematar la faena, es habitual escuchar su canto o reclamo, una especie de "trec" corto y un "trectrec" bastante estridente y repetitivo que hace que se la oiga más que se la vea. En fin, todo un personaje.
 


Por todos estos motivos, cuando voy a fotografiarla y la enfoco siento una especial simpatía por ella.



Como ya mencioné, acostumbra a habitar en zonas de brezales, piornales o matorrales y desde el nivel del mar, hasta los 2.000 metros de altitud. Yo concretamente las he podido fotografiar, no sin dificultad, en los brezales de la península de Nieva en Avilés o en los de la rasa de Bañugues, en cuyo interior permanecen habitualmente.



Tiene un carácter inquieto y esquivo, realizando constantes vuelos cortos y rasos para rápidamente esconderse  tras una breve pose en lo alto del brezal.



Se alimentan fundamentalmente de insectos (coleópteros, lepidópteros, dípteros, arácnidos, etc.), orugas y también de semillas o de algún fruto silvestre.



A principios de la primavera comienza la época de celo y es frecuente ver por sus pequeños territorios de cría, a los machos realizar exhibiciones revoloteando con las alas y cola desplegadas  y posándose en sus perchas inflando las plumas de la cara y cabeza de manera que ésta parece tomar un tamaño exagerado para un pájaro tan pequeño.



La Curruca rabilarga es una especie sedentaria, aunque puede efectuar pequeños movimientos dispersivos en invierno, tanto en latitud como en altitud, para evitar los climas fríos.



La distribución de este ave es fundamentalmente por el suroeste de Europa (Península Ibérica, oeste de Francia, Italia y sur de Reino Unido y en el noroeste de África (Marruecos, Argelia y Túnez).



En España, este ave no se considera una especie amenazada, dada la amplia distribución que presenta y el tamaño de la población (se calcula una población de entre 1,7 y 3 millones de parejas). Está incluida en la categoría "De Interés Especial" en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas".


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