No es la primera vez que dedico una entrada a mi blog al complejo mundo de las lavanderas boyeras en las que compartía con vosotros los diferentes reportajes que había podido realizar a las tres principales subespecies de lavanderas boyeras que habitualmente podemos ver en nuestro entorno.
Me estoy refiriendo a la subespecie más frecuente en nuestro entorno, la Motacilla flava iberiae con la que he podido disfrutar enormemente realizándola un amplio book fotográfico.
La segunda subespecie más habitual en nuestro entorno es la Motacilla flava flava qué como luego veremos procede de Centroeuropa y que presenta unas pequeñas variaciones anatómicas con respecto a la anterior, propia de la Península Ibérica, tal como indica su denominación científica.
Bastante menos frecuente en nuestro entorno es la tercera protagonista de ésta entrada que procedente fundamentalmente de Gran Bretaña casi todas las primaveras la podemos observar en nuestro entorno, pero, eso sí, en muy pequeño número. En este caso sus diferencias anatómicas, cómo podréis observar en las fotografías, son mucho más notables.
A principios del pasado mes de mayo varios aficionados a la observación y fotografía de aves pudimos disfrutar en el entorno del Cabo Peñas de un pequeño grupo de lavanderas boyeras que se desplazaban juntas y entre las que pudimos diferenciar a las tres subespecies de las que comenté anteriormente. Entre ellas también pudimos observar a otros varios ejemplares de una subespecie mucho menos habitual, me estoy refiriendo a la Motacilla flava thunbergi que procede de países escandinavos.
A mi particularmente no me ha resultado nada fácil etiquetar o mejor dicho diferenciar a ésta para mí nueva subespecie, ya que, al margen de mi palmaria falta de experiencia para diferenciarlas, es un hecho más que reconocido por los expertos ornitólogos, la existencia cada vez más frecuente de hibridaciones entre subespecies vecinas, lo cual dificulta aún más su correcta identificación para un aficionado no experto en la materia.
En concreto mis principales dudas al observar las fotografías que pude realizar esos días en ese entorno del Cabo Peñas, fueron en diferenciar los ejemplares de Motacilla flava thunbergi llamémosles puros, de los que presentaban, en mayor o menor grado, alguna hibridación posiblemente con la Motacilla flava flava (Centroeuropa). En ellas se puede apreciar una incipiente lista superciliar manteniéndose la garganta amarilla.
También he de reconocer que he tenido y sigo teniendo serias dudas ante la posibilidad de que algunas de las que “oficialmente” están consideradas como Motacilla flava thunbergi, puras o con algo de hibridación, no fueran de la subespecie Motacilla flava feldegg propia de países balcánicos, aunque el hecho de apreciarse un cierto tinte grisáceo en la nuca lo descarte o se reafirme en una posible hibridación entre feldegg y thunbergi o simplemente una thunbergi.
A este respecto, me encantaría conocer la opinión de los aficionados que os dignéis a visitar mi blog, pero a la espera de que esa posibilidad se produzca, me gustaría profundizar en lo que a ese respecto nos informan las principales guías ornitológicas al respecto de las principales características diferenciales de éstas para mí nueva o nuevas subespecies.
Resumiéndolo mucho, la Motacilla flava thunbergi, también conocida como la Lavandera boyera Escandinava, se caracteriza por tener la cabeza y la nuca de color gris pizarroso, con la zona de las auriculares negruzca pero sin lista superciliar, y por tener la garganta de color amarillo bordeada de blanco en su zona de contacto anterior con las auriculares y bajo las bridas.
Por su parte, Motacilla flava feldegg conocida también como la Lavandera boyera balcánica, básicamente se caracteriza por tener la cabeza de color negro, pero sin lista superciliar, y por tener la garganta de color amarillo.
Ya desde finales del mes de marzo o principios de abril hemos podido observar cómo, un año más, las praderas del concejo de Gozón se iban adornando con la llegada de estas coloridas aves que contrastan sus vivos colores amarillo, verde y gris azulado con la exuberante vegetación primaveral de la zona.
Como la mayoría de vosotros ya sabréis, la Lavandera boyera (Motacilla flava) es una especie con una gran variabilidad ya que están descritas entre 15-20 subespecies en total que se diferencian por su coloración.
Entre las 7 subespecies que podemos observar más frecuentemente nuestro país están: la subespecie que es residente habitual M. f. iberae (Península Ibérica y Baleares, NO África y sur de Francia) y la subespecie nominal que es la M. f. flava (Centroeuropea o alemana) que en los pasos migratorios es bastante frecuente.
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Guía de Aves (Lars Svensson, Killian Mullarney, Dan Zetterströn) |
Menos frecuente es la M. f. flavissima (Gran Bretaña y Bretaña francesa) y muy escasas la M. f. cinereocapilla (Italia) y la M. f. thunbergi (Escandinava). Por su parte la M. f. feldegg (Balcanes, Turquía Cáucaso) constituye una rareza de presentación excepcional.

No quiero dejar de mencionar otras mucho más extrañas en nuestro territorio como son: M. f. Lutea, M. f. Beema, M. f. Macronyx, M. f. Taivana, M. f. Tschutschensis, M. f. melanogrisea, M. f. plexa, M. f. leucocephala y la M. f. Pygmaea. También hay que tener en cuenta la aparición, con relativa frecuencia, de ejemplares híbridos, sobre todo en las zonas de contacto entre dos subespecies, debido a lo cual a veces resulta complicada su correcta identificación. Así, por ejemplo, en ciertas zonas del NE de la Península Ibérica (Cataluña) se ha descrito un núcleo reproductor formado por híbridos que muestran caracteres intermedios entre la subespecie M. f. iberae (que también se extiende por el SE de Francia) y la subespecie italiana la M. f. cinereocapilla. Ambas subespecies están muy próximas en términos genéticos y su separación es muy reciente cronológicamente. Entre las consideradas intergradación entre dos subespecies cabe mencionar a: la M. f. Xanthophrys, entre feldegg y lutea o feldegg, flava, y también a la M. f. Dombrowskii, entre feldegg y flava (o beema), y la M. f. superciliaris entre feldegg y flava y quizás feldegg y otras formas del este de Europa.




La Motacilla flava (Linnaeus, 1758) es un ave paseriforme, perteneciente a la familia “Motacillidae” a la que también pertenecen los bisbitas y las lavanderas blanca (Motacilla alba) y cascadeña (Motacilla cinérea). El Significado etimológico proviene del latín “motacilla” y de “flavus-a-um”: amarillo, rubio. Es decir, un ave que mueve mucho (la cola) y de color amarillo o rubio. Por su parte en su nombre vernáculo el término “lavandera” quiere indicar que viven cerca del agua y el de “boyera” se debe a su frecuente costumbre de moverse en los terrenos donde hay ganado vacuno.
Dentro de las lavanderas que podemos ver en Europa, la Lavandera boyera es la más compacta y colicorta de ellas. Viene a tener una longitud en torno a los 17 cm y una envergadura de aproximadamente, 25 cm. Su peso puede llegar a los 23 gr. Como veremos a continuación, existe un ligero dimorfismo sexual en esta especie.
Cuando hablamos de la “Motacilla flava iberiae” (Lavandera boyera ibérica) que en España es residente habitual, hay que mencionar que los machos durante la época reproductiva (nupcial) presentan el dorso y el obispillo de color verde oliváceo.
Tanto el pecho como el vientre, los flancos y la zona caudal son color amarillo limón intenso.
En la cabeza tienen el píleo de color gris azulado que contrasta con el gris oscuro de las auriculares.
En la cara tienen una fina ceja poco desarrollada (lista superciliar) de color blanco que va desde la base de la mandíbula superior hasta la nuca, también tienen una brida negra por delante del ojo y tintes grises oscuros o negros en la zona ocular y de las auriculares.
La garganta y la parte anterior del cuello son de color blanco.
Los machos nupciales de la M. f. flava (Lavandera boyera centroeuropea o alemana) tienen la cabeza y nuca gris azulada con una destacada ceja blanca (ancha y larga) y una subbigotera blanca entre la mejilla de color gris y la garganta amarilla bordeada de blanco. El mentón es de color blanco.
La zona de las auriculares es de color gris más claro que el de la ibérica y ligeramente más oscura que el píleo, ocasionalmente con manchas blancas (pequeña mancha clara debajo del ojo).
Por su parte los de la subespecie inglesa M. f. flavissima tienen la cabeza y nuca de color verdoso amarillento o amarillentas, al igual que las poco destacadas auriculares. La lista superciliar (ceja) y la garganta son intensamente amarillas.
El pico es fino, puntiagudo y de color negro.
Los ojos son de un color marrón tan oscuro que parece negro y están bordeados en su parte superior e inferior por una fina línea blanca con forma semicircular.
En las alas tienen dos franjas alares de color amarillento que se corresponden con el extremo de las coberteras medianas y el de las coberteras mayores. Las plumas primarias y las secundarias son de color pardo negruzco orladas en blanco.
La cola es medianamente larga y es de color negro con las rectrices externas de cada lado de color blanco.
Las patas son medianamente largas y de color negro.
Los machos de todas las subespecies con su plumaje de otoño/ invierno tienen los colores más apagados y se asemejan a las hembras en plumaje nupcial, siendo muy difícil la identificación por subespecies. En líneas generales, las hembras se parecen a los machos pero tienen el color del plumaje más apagado que el de los machos. Tienen la cabeza de color gris verdoso.
Por la parte superior son de color pardo grisáceo, mientras que por la parte inferior son de color blanquecino con tintes amarillentos.
En lo referente a su comportamiento comentar que son aves muy inquietas a las que es habitual ver mucho tiempo en el suelo, corriendo y caminando por el suelo en busca de alimento mientras que agitan la cola continuamente arriba y abajo de una forma muy característica. Efectúan vuelos cortos, potentes y característicamente rebotantes.
Su canto es un modesto canto bisilábico de timbre algo chirriante (tsriiii-tsrrriii) y su reclamo se compone de dos notas agudas y lastimeras (tsi-i, pi-ip).
La Lavandera boyera (Motacilla flava) se distribuye por Europa, Asia, el norte de África y Alaska. Como vimos anteriormente, las zonas de cría de las subespecies observadas en España son: M. f. iberiae en la Península Ibérica y el noroeste de África; M. f. flava en el centro de Europa; M. f. flavissima en Gran Bretaña; M. f. cinereocapilla en Italia; M. f. thunbergi en Escandinavia; y M. f. feldegg en los Balcanes.

En nuestro país son residentes habituales aunque durante el invierno su número aumenta ligeramente debido a la llegada de individuos procedentes de Europa que acuden para pasar el período invernal. Se trata de una especie casi totalmente migradora que en invierno se desplaza al África subsahariana y el sur de Asia. Durante los pasos migratorios su número aumenta en nuestro país debido sobre todo a la subespecie M. f. flava, en tanto que M. f. flavissima se observa en menor número; por su parte, cinereocapilla y thunbergi son muy escasas, y feldegg constituye una rareza de presentación excepcional.




En España la subespecie M. f. iberiae cría en la Península y Baleares y se distribuye en cuatro núcleos principales, el mayor de ellos en la cuenca del Duero, y los otros tres en la costa cántabro-gallega, la zona del bajo Guadalquivir-golfo de Cádiz y la costa mediterráneo-balear. En el resto de la Península aparece de modo disperso, con notables ausencias en gran parte de Extremadura, Andalucía, el valle del Ebro y Cataluña. En ambos pasos, pero fundamentalmente durante el otoñal, se observa por todo el territorio español, Canarias incluida. En Cataluña se ha descrito un núcleo reproductor formado por híbridos de iberiae y cinereocapilla.


Las aves españolas invernan en el Sahel y quizás en Marruecos, aunque existen citas invernales en España, sobre todo en Andalucía. La llegada en primavera habitualmente ocurre a finales del mes de marzo o en abril y su presencia se alarga hasta el mes de septiembre/octubre e incluso noviembre. En la migración se detecta segregación longitudinal, es decir que, las lavanderas boyeras del oeste de Europa tienden a atravesar por el oeste peninsular, y lo mismo ocurre para las del este.
El hábitat preferido por la Lavandera boyera son zonas abiertas húmedas, como prados y pastizales encharcados, zonas en las que hay ganado vacuno, marismas, áreas palustres, estuarios, saladares, cultivos de regadío, arroyos entre secanos y en los límites de los arrozales. Prefiere las llanuras y elude los terrenos montañosos. En cuanto a la altitud, nidifica entre el nivel del mar y poco más de 1.000 m, aunque es rara por encima de los 800 m.
Se alimentan fundamentalmente de una gran variedad insectos y sus larvas tanto terrestres como acuáticas, aunque destaca el consumo de larvas y adultos de mosquitos, moscas y chinches. y también de pequeños moluscos.
La técnica más empleada para conseguir alimento consiste en la búsqueda y el picoteo en el suelo, seco o encharcado, con ocasionales persecuciones andando y en vuelo.
Todas las lavanderas boyeras guardan una gran fidelidad al lugar donde han anidado el año anterior, regresando a él si sobreviven.