En esta pasada migración prenupcial de limícolas (2024) por la costa central asturiana, también he podido disfrutar de la presencia del Correlimos zarapitín (Calidris ferruginea), al que pude fotografiar en el entorno de la rasa costera en compañía de algún Correlimos común y de un Chorlitejo chico.
Allí descansaban y se alimentaban, de vez en cuando, en los alrededores de alguna de las charcas pluviales temporales que habitualmente se forman en ese entorno a lo largo de la primavera.
Como se puede apreciar en las fotografías, este ejemplar apenas había comenzado a cambiar su plumaje de invierno para transformarse en el mucho más vistoso nupcial al que hace referencia su denominación científica "Calidris ferruginea".
Como igual ya conoceréis, esa denominación científica "Calidris ferruginea" hace clara referencia al colorido de plumaje nupcial en el que predomina el color rojo óxido tanto en sus partes superiores como, sobre todo, en la cara, pecho, flancos y vientre. Por su parte, su denominación común "Correlimos zarapitin", como la mayoría ya sabéis, se debe a la similitud de su pico, ligeramente curvado hacia abajo, con el de los zarapitos.
Se trata de un ave limícola habitual pero escasa en la migración prenupcial por la costa central asturiana debido a que la mayoría de estas aves realizan ese paso prenupcial fundamentalmente por las costas mediterráneas.
El Correlimos zarapitin es un ave migradora de largo recorrido, que lo hace formando grandes bandos y normalmente mezclados con otros limícolas. Su área de reproducción se extiende por toda la Siberia ártica y, probablemente, el occidente de Alaska.
Desde su área de reproducción en el Paleártico occidental, el Correlimos zarapitín puede seguir tres rutas migratorias diferentes hacia el sur para pasar el invierno:
a) Por la costa occidental de Europa hacia el África occidental y a través de la península Ibérica.
b) Atravesando el este de Europa, el Mar Negro y Túnez para alcanzar el África occidental, bien siguiendo la costa norte de África o a través de Mali.
c) Cruzando entre el Mar Negro y el Mar Caspio, siguiendo por los lagos de Oriente Medio y del Valle del Rift para alcanzar el África meridional y oriental.
En la migración de retorno pocas aves utilizan la ruta migratoria de Europa occidental, más bien suben a través de Túnez y Sivash.
En nuestro país los podemos observar fundamentalmente en las costas del Mediterráneo y es poco frecuente en el litoral cántabro-atlántico. También se cita en el interior y en Baleares, así como en Canarias, donde inverna.
Su hábitat durante los pasos migratorios y la invernada se encuentra en los estuarios, salinas, marismas o lagunas interiores con aguas someras. Durante la época reproductiva se encuentra en la franja costera e islas cercanas de la tundra siberiana.
Se alimenta en las riberas húmedas y marismas de la costa, buscando su alimento mediante la vista, principalmente insectos, moluscos y otros pequeños invertebrados.
Las principales amenazas que pueden incidir negativamente sobre esta especie son las molestias humanas durante la reproducción, la caza ilegal, la contaminación y la destrucción o reducción de sus hábitats. El Correlimos zarapitín se incluye en el Libro Rojo de las aves de España en la categoría de “Casi amenazado” y se considera “De interés especial” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.
No podía dejar de incluir en ésta tercera parte dedicada a la migración prenupcial de limícolas (2024) por la costa central asturiana, al Correlimos común (Calidris alpina), una de las aves limícolas que con más frecuencia y cantidad podemos encontrar en las zonas costeras de nuestro país durante los pasos migratorios y la invernada.
Le pude observar y fotografiar en dos entornos diferentes: en compañía del anterior protagonista el Correlimos zarapitin en las charcas pluviales temporales que se forman por la rasa costera,
y también tuve la fortuna de que un confiadísimo ejemplar se aproximara una barbaridad a mi posición estática en el arenal de la playa de Bañugues coincidiendo con la subida de la marea.
A diferencia con su familiar, el Correlimos zarapitin, al Correlimos común le pude observar y fotografiar, luciendo sus dos plumajes: el más llamativo nupcial o primaveral, mucho más habitual en esta época, con el que exhiben un manto y escapulares de color castaño rojizo con manchas negras y los bordes de las plumas blanquecinos.
Tanto la garganta como el pecho y los flancos son de color blanquecino con manchas o pequeñas rayas de color marrón oscuro o negro. Por la parte inferior son de color blanco con una característica gran mancha de color negro en el vientre cuyos bordes están mal delimitados.
Durante la época no reproductiva (otoño/invierno) por la parte superior son de color gris pardusco claro uniforme con márgenes blancuzcos (coberteras alares). Presentan una franja pectoral gris pálida bien delimitada con flancos blancos o con un fino listado oscuro. Por la parte inferior son de color blanco.
Los correlimos comunes son aves con un comportamiento muy gregario, migran, se desplazan, se alimentan o crían, siempre en grupo. Además suelen estar junto a otros limícolas como son los chorlitejos, otras especies de correlimos (tridáctilos, zarapitines…) o los vuelvepiedras, entre otros.
Es habitual verlos en grupos caminando rápidamente por los arenales por lo que también se les conoce como "correplayas", por la costumbre que tienen de recorrerlas rápidamente en busca de alimento con la cabeza encogida entre los hombros y el pico inclinado hacia el suelo.
De pronto se echan a volar en un conjunto perfecto, volando a ras del agua mientras zigzaguean en cerrada formación y vuelven a posarse, tras describir algunas evoluciones.
Como ya vimos anteriormente, esta especie se distribuye ampliamente como reproductora por Europa, América del norte y América central. Crían en Alaska, Canadá, Groenlandia, Islandia, islas Británicas, algunos puntos de Centroeuropa, Escandinavia y Rusia. Durante la invernada desciende hacia el sur, hasta zonas templadas y subtropicales, pero sin superar el ecuador.
En España son habituales durante los pasos migratorios en las zonas costeras y, en menor medida, en aguas interiores, tanto en la Península como en las Islas Canarias. Una parte de ellos que se quedan para invernar en especial en el delta del Ebro, marismas del Guadalquivir, rías gallegas y bahía de Cádiz, aunque también se les puede observar en muchos otros humedales y áreas costeras, tanto del Atlántico como del Mediterráneo, así como en Canarias.
La especie se comporta como migradora en toda su área de distribución. El paso otoñal por nuestras costas (Península y baleares) se produce entre agosto y octubre. Una gran parte del flujo migratorio que atraviesa la Península continúa más allá del estrecho de Gibraltar, que cruza entre fines de agosto y principios de septiembre. El paso primaveral se produce entre abril y mayo y es menos ostensible en aguas del Mediterráneo.
El hábitat preferido por esta especie a lo largo de los pasos migratorios y en la invernada son las playas de las costas (zonas intermareales), estuarios, deltas de los ríos, marismas, rías, bahías, lagunas costeras y en las aguas interiores.
Su alimentación es fundamentalmente a base de pequeños crustáceos, gusanos, insectos acuáticos y sus larvas y otros pequeños invertebrados que atrapa a la carrera sobre la superficie o a poca profundidad dentro del lodo.
Las principales amenazas para esta especie son la transformación y destrucción del hábitat de invernada por el drenaje de humedales o el desarrollo industrial y urbanístico incontrolados en marismas y otros hábitats costeros. El Correlimos común se incluye en la categoría “De interés especial” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.
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