Continuo en ésta nueva entrada compartiendo los reportajes fotográficos que al inicio de la primavera he podido realizar a un nutrido número de especies de aves en una pequeña charca pluvial que habitualmente se forma en una rastrojera de maíz en el concejo de Gozón (Asturias).
Se trata, cómo comentaba anteriormente, de una rastrojera de plantas de maíz de unos 40X100 m en la que se forma una charca pluvial de escasa profundidad muy cercana a la rasa costera, que hace las delicias de las aves limícolas que se sedimentan allí en sus periplos migratorios. Ese es al caso de la primera especie protagonista de ésta entrada, el Correlimos gordo (Calidris canutus), un ave limícola que regularmente podemos observar a lo largo de las las migraciones prenupciales en las costas cantábricas pero, eso si, en muy pequeñas cantidades.
Luciendo en todo su esplendor su guapo plumaje nupcial, pude fotografiar a éste trio de ejemplares mientras descansaban en la charca y no sin dificultades para poder esquivar los abundantes troncos de la planta de maíz y poderles fotografiar de cuerpo entero.
El Correlimos gordo (Calidris canutus) pertenece al orden de las Charadiformes, familia “Scolopacidae” y género “Calidris”. La etimología de su denominación científica “Calidris” proviene del término griego “scalidris” (σκαλίδρις), (la picudilla de los antiguos griegos), y de “canutus”: en relación con “Canuto” (“Knut” el grande), rey de Inglaterra, Dinamarca y Noruega (995-1035; reinó entre 1016-1035), quien, según la leyenda, consideró al Correlimos gordo como un manjar exquisito.
Se trata de una limícola de talla pequeña (mayor que los otros correlimos), rechoncha (“gordo”) y de cuello muy corto, lo mismo que el pico y las patas. Viene a medir unos 23-26 cm de longitud, pudiendo alcanzar unos 53 cm de envergadura. Su peso viene a rondar los 165 gr. En esta especie no existe dimorfismo sexual.
Como se puede apreciar en las fotografías, durante la época reproductiva o nupcial los ejemplares adultos presentan unas plumas de las partes superiores de color pardo con un llamativo moteado castaño-rojizo (algo anaranjado) y negro, y con los bordes blanquecinos. El obispillo es de color gis pálido y está finamente barrado. La cola es corta y de color gris. Las patas son medianamente largas y de color negro.
En la cabeza se puede apreciar que el píleo está intensamente estriado de color marrón oscuro. La garganta es de color rojo-óxido. El cuello y el pecho son de color rojo-óxido en su zona central y de color rojo-óxido con pequeñas manchas y estrías negras en las zonas laterales. Las partes inferiores son también de color rojo-óxido, siendo más uniforme e intenso en los machos que en las hembras.
La cara es de color castaño-rojizo con una mancha de color más castaño amarronado en las auriculares y con algunas pequeñas motas parduzcas. También en ella se puede diferenciar una brida marrón oscura entre la base del pico y el ojo. Los ojos son de color marrón oscuro y están rodeados de un fino anillo periocular blanquecino. El pico es bastante corto, recto y de color negro. Destaca un anillo blanquecino junto a la base del pico.
Las alas tienen las plumas coberteras de color gris con márgenes blanquecinos, mientras que las plumas primarias y secundarias son de color pardo oscuro. En sus alas desplegadas se puede apreciar claramente la presencia de una fina franja alar clara.
En el Correlimos gordo están descritas seis subespecies con rutas migratorias diferentes. De mayor a menor tamaño son: Calidris canutus rosealaari (la mayor), Calidris canutus rufa, Calidris canutus canutus, Calidris canutus islandica, Calidris canutus rogersi, Calidris canutus piersmai (la menor).
Estas seis subespecies se distribuyen por Europa, Asia, África, América y Australia. Se reproducen en torno al Ártico (Groenlandia, costas del norte de América y Asia) e inverna, sobre todo, en las costas atlánticas de América y África (hasta Patagonia y Sudáfrica) y en el litoral pacífico de Asia y Australia, así como en diferentes zonas del oeste de Europa.
En nuestro país suele encontrarse la subespecie nominal (“C. c canutus”), que se distribuye por el norte de Alaska, Groenlandia, Siberia (Taimyr) y las islas Spitsbergen y los podemos observar habitualmente durante los pasos migratorios aunque en escaso número y principalmente por las costas atlánticas (Galicia, el oeste de Andalucía y Canarias) y menos aún por el Mediterráneo (Baleares). Inverna principalmente en el Banc d´Arguin en Mauritania. Tan solo una parte de los emigrantes se quedan para invernar tanto en la Península como en las Islas Baleares y en las Canarias.
El Correlimos gordo, como vimos anteriormente, es una de las aves limícolas que más kilómetros recorren durante la emigración y habitualmente solo realizan una o lo máximo dos paradas para descansar y alimentarse. En invierno llegan a nuestros litorales procedentes del norte de Canadá, Groenlandia y Siberia; algunas de ellas continúan hacia África y alcanzan, incluso, el extremo sur del continente. El paso posnupcial es poco destacado y ocurre entre finales de septiembre y octubre por zonas costeras, mientras que el prenupcial tiene lugar entre mayo y junio. Durante la emigración son gregarias y forman bandos enormemente grandes.
Su hábitat durante los pasos migratorios y la invernada se encuentran en las playas de arena de la costa, en los estuarios y en las marismas sujetas a la acción de las mareas. Durante la época reproductiva se encuentran en zonas pedregosas, abiertas, con poca vegetación y situadas cerca de la costa, en penínsulas o grandes islas al norte de las tierras continentales.
Se alimentan de invertebrados que aparecen en la zona intermareal: moluscos, crustáceos, insectos, gusanos y otros pequeños invertebrados marinos que capturan principalmente en el período entre mareas. Durante la época de cría también comen insectos y alimentos de origen vegetal en proporciones variables.
El siguiente protagonista de esta amplia serie qué pude fotografiar ésta primavera en esa pequeña charca, fue el pequeño Chorlitejo chico (Charadrius dubius). Su pequeño tamaño y esos ojos perfilados de un llamativo color amarillo, llaman rápidamente la atención del observador y de cualquier aficionado a la fotografía de aves.
El Chorlitejo chico (Charadrius dubius) es un ave limícola que pertenece a la familia “Charadriidae”, género “Charadrius”, de pequeño tamaño, pues tan sólo miden entre los 15-18 cm de longitud y alcanzan una envergadura que puede llegar a los 35 cm y un peso de unos 55 gr aproximadamente. En esta especie, como luego veremos, existen unas ligeras diferencias entre los machos y las hembras (dimorfismo sexual).
Ambos sexos tienen el plumaje de la parte dorsal de color pardo grisáceo, al igual que el píleo y las alas con lo que consiguen un gran mimetismo con la arena de la playa, cuando los observas desde arriba. La parte ventral y el pecho son totalmente de color blanco. El cuello también es de color blanco y por su parte dorsal sirve para delimitar claramente la cabeza (píleo) de la espalda del ave. En la base del cuello y rodeándola completamente, presentan un collar de color negro que se cierra por su parte delantera, por donde es mucho más grueso, y que contrasta notablemente con el blanco que lo rodea. La cola es corta y estrecha y de color oscuro por la parte superior. Las patas son largas, de color rosáceo pálido (de color “carne”).
La cabeza es sin duda el rasgo más característico de esta especie. Tienen la frente de color blanco con una franja frontal negra que va de lado a lado (a modo de "diadema") y que se continúa por su parte inferior de otra zona blanca que llega hasta la base del pico. En la época de reproducción, también presentan un característico antifaz de color negro que incluye al ojo y que se continúa por su parte delantera de una gruesa brida también negra. Por encima del antifaz tienen una línea blanca que se dirige hacia la nuca. La garganta, por debajo del antifaz y de la brida, es de color blanco. Los ojos son grandes y de color negro con el iris marrón y con un conspicuo anillo periocular de color amarillo, que es mucho más intenso durante la primavera. El pico es corto, recto y puntiagudo y de color negro casi en su totalidad, excepto en la base de la mandíbula inferior que la tienen algo amarillenta.
En la época estival el macho tiene colores más intensos y vivos, al contrario que la hembra que son más apagados, desapareciendo incluso (dependiendo de cada ejemplar) el intenso color negro de los anillos pectorales y de la cabeza y presentando en general, colores más amarronados. En las hembras, las manchas faciales son igualmente de color blanco y negro, pero su antifaz negro finaliza en forma angular cerca de las cobertoras del oído (no es redondeada como en el chorlitejo grande) y la franja negra de su frente, entre los ojos, está separada de la tonalidad pardusca de la parte posterior del capuchón, por una franja blanca.
El Chorlitejo chico se distribuye ampliamente por Europa (excepto Escandinavia, Escocia e Irlanda) y Asia. Se reproduce en zonas templadas y mediterráneas, e inverna en África occidental al sur del Sahara.
En la Península y Baleares se encuentra la subespecie Ch. d. “Curonicus” y está presente como reproductora en todas las comunidades autónomas, destacando por su abundancia en Andalucía, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Aragón y Cataluña. Cría también en Baleares, Canarias y Melilla, pero no se ha citado en Ceuta. En el noroeste es bastante escaso y en Asturias, en concreto, tan sólo se han podido confirmar la reproducción de unas pocas parejas (menos de dos decenas) en los últimos años y sobre todo en el área central (Llanera, Gijón, Corvera, Morcin, Siero y Oviedo). En España son residentes habituales aunque su número aumenta en marzo-abril y julio-octubre, coincidiendo con los pasos migratorios.
En cuanto a sus hábitats preferidos, decir que en la época reproductora prefieren distintos tipos de hábitats interiores donde el agua sea dulce y existan guijarros y piedras en las orillas, fundamentalmente en orillas de ríos, pero habiéndose adaptado también a nuevos hábitats como las graveras o a charcas de agua estancada. En el invierno, fuera de la época reproductora prefieren los arenales de las playas, marismas, estuarios, salinas, albuferas y arrozales.
Su alimentación es fundamentalmente insectívora (escarabajos, moscas, hormigas, grillos, libélulas, mariposas, polillas…) pero también comen gusanos, moluscos y arañas.
A modo de curiosidad, decir que estas aves cuando está criando y se acerca algún intruso o potenciales predadores, son capaces de adoptar una conducta de distracción, consistente en alejarse lo suficiente de los huevos o de los pollos, simulando una actitud de ave herida, con un ala semi-arrastrada, para así reclamar la atención del intruso y alejarle del nido. Cuando éste se ha alejado lo suficiente, emprende un rápido vuelo de huida. No obstante no duda hacer frente a individuos mucho mayores que merodeen su nido.
La tercera especie de ave limícola de la que quiero compartir alguna fotografía en ésta segunda parte, es el Archibebe común (Tringa totanus). Un ave limícola que no por el hecho de ser el más abundante de los cuatro archibebes que habitualmente podemos ver en nuestros litorales (A. común, A. oscuro, A. claro y A. fino), deja de ser, desde mi punto de vista, un ave zancuda con una belleza y elegancia muy particular.
Aparte de ser el archibebe más común o abundante en España, el Archibebe común tiene el privilegio de ser el único que se reproduce en ella, aunque eso sí, en escaso número. Existen núcleos de reproducción en Andalucía occidental, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cataluña, el sureste ibérico, las islas Baleares y, ocasionalmente, Aragón, Galicia y Extremadura.
Se trata de una limícola de mediano tamaño de nos 30 cm de longitud, una envergadura que puede alcanzar los 65 cm. y un peso que puede llegar a los 170 gr. No hay dimorfismo sexual en esta especie. En general, ésta especie presenta unos tonos pardo-grisáceos por la parte superior, que durante la época nupcial (adulto) adquiere unas plumas de color pardo más oscuro, con estrías más pálidas, que en algunas coberteras del ala muestran márgenes blancos.
En los laterales del cuello, pecho, flancos y por la parte inferior, tienen manchas y rayas de color pardo oscuro. En la zona posterior de las alas se puede apreciar una banda blanca cuando las extienden. El obispillo es blanco y la cola es corta, estrecha y de color blanco con unas franjas horizontales grises. Las patas son largas y son de un conspicuo color anaranjado que se intensifica en la época estival.
Tienen el píleo es de un color pardo muy oscuro con un rayado aún más oscuro. En la cara tienen manchas y rayas de color pardo oscuro y una brida gruesa de color negruzco que va desde el pico hasta la parte anterior del ojo. El pico es largo, delgado y recto; es de color rojo anaranjado en la mitad anterior y negro en la mitad distal. Los ojos son grandes y de color marrón muy oscuro con un marcado anillo periocular blanco.
Sus hábitats habituales se encuentran en las aguas costeras, humedales, lagunas y marismas.
Su alimentación es bastante variada y está compuesta fundamentalmente por gusanos, lombrices, moluscos, insectos, crustáceos y alguna materia vegetal.
No podía dejar de incluir en ésta segunda parte al Correlimos común (Calidris alpina) una de las aves limícolas que con más frecuencia y cantidad podemos encontrar en las zonas costeras de nuestro país durante los pasos migratorios y la invernada.
Es precisamente por su gran abundancia, por lo que desde mi particular punto de vista, no le prestamos la suficiente atención cuando nos los encontramos por los arenales de nuestras zonas costeras, desviando nuestras observaciones y fotografías a otras especies de limícolas con las que habitualmente se relacionan y que se “cotizan” más en el catálogo de aves que, poco a poco, vamos almacenando los aficionados a la observación y fotografía de aves.
De hecho, no es muy frecuente ver fotografías de esta especie en las diversas redes sociales o blogs que se publican al respecto a pesar de ser la limícola pequeña más común durante la migración y la invernada en nuestro entorno.
Además, en esa pequeña charca del concejo de Gozón, esta primavera no sólo le pude fotografiar con su plumaje invernal con algo de transición al nupcial, sino también con el nupcial, mucho más habitual en esta época, con el que exhiben un manto y escapulares de color castaño rojizo con manchas negras y los bordes de las plumas blanquecinos. Tanto la garganta como el pecho y los flancos son de color blanquecino con manchas o pequeñas rayas de color marrón oscuro o negro. Por la parte inferior son de color blanco con una característica gran mancha de color negro en el vientre cuyos bordes están mal delimitados.
El hábitat preferido por esta especie a lo largo de los pasos migratorios y en la invernada son las playas de las costas (zonas intermareales), estuarios, deltas de los ríos, marismas, rías, bahías, lagunas costeras y en las aguas interiores.
Su alimentación es fundamentalmente a base de pequeños crustáceos, gusanos, insectos acuáticos y sus larvas y otros pequeños invertebrados que atrapa a la carrera sobre la superficie o a poca profundidad dentro del lodo.
Ya para terminar éstas extensas entradas en las que he compartido los reportajes fotográficos de once especies de aves limícolas - qué no está nada mal - que les pude realizar al comienzo de ésta primavera en esa pequeña charca pluvial, así cómo el de algún ave rapaz y de un ánade, comparto con vosotros a la última especie que también pude fotografiar llegando a esa charca.
Se trata, cómo podéis observar en estas fotografías, del Zarapito trinador (Numenius phaeopus) del que en esos comienzos de primavera pudimos observar un buen número de bandadas por ese y otros entornos cercanos.
Nada más por ahora, seguiremos, si Dios quiere, pajareando y compartiendo mis fotografías con los aficionados que tengáis a bien seguir mi blog. Muchas gracias.
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